Casi tres años después del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, el conflicto está en una fase de evidente estancamiento y los ejércitos de ambos bandos están exhaustos, lo que estaría forzando a contemplar poner sobre la mesa un eventual diálogo para una tregua. De hecho, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, planteó recientemente por primera vez desde el comienzo de la guerra la posibilidad de negociar con Rusia un alto el fuego parcial que rebaje la intensidad del conflicto.
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Las tropas rusas, aunque están logrando ciertas conquistas territoriales, su avance en el terreno sigue siendo lento. Mientras que los ucranianos tampoco han conseguido inclinar la balanza a su favor luego de la incursión que lanzaron en la región rusa de Kursk en agosto y los ataques con drones y misiles que obligaron a la flota de Moscú en el mar Negro a reposicionarse.
Con ese telón de fondo, la ONG International Crisis Group asegura que las bajas ya se cuentan por miles, ambos han perdido enormes cantidades de equipo militar y gran parte de Ucrania está destruida a causa de la guerra. Por ese motivo, este centro de pensamiento cree que en Kiev ya “hay una creciente compresión de que un alto al fuego es más realista que una victoria en el campo de batalla”.
Hay una creciente compresión de que un alto al fuego es más realista que una victoria en el campo de batalla
“Con una elección crucial en el horizonte en los Estados Unidos, Ucrania y sus otros aliados occidentales enfrentan el desafío de definir un camino a seguir que pueda preparar el terreno para futuras conversaciones que podrían traer una paz sostenible y mitigar el impacto de las concesiones que Kiev pueda tener que hacer”, dice el Crisis Group en una columna titulada ‘Hacia un plan B para la paz en Ucrania’.
Eso sí, una eventual mesa de negociación no está a la vuelta de la esquina, como ellos mismos advierten. Todavía hay líneas rojas que ninguno de los dos países quiere cruzar. Sin embargo, ya incluso el mismo Zelenski habla de un acercamiento.
Para los ucranianos, un eventual acuerdo de tregua debería incluir una garantía de que Rusia no los volverá a atacar en el futuro. Además, ceder parte de su territorio no estaría tampoco en la baraja de opciones. Aunque al menos Kiev esperaría que se delimite una zona desmilitarizada y que los territorios hasta hoy ocupados por los rusos no sean reconocidos por la comunidad internacional. Mientras que, para Moscú, su principal exigencia es que los ucranianos no entren a la Otán.
Negociaciones para una eventual tregua parcial entre Rusia y Ucrania
Hace justo dos semanas, Zelenski presentó ante el Congreso de Ucrania su ‘Plan de la Victoria’, un documento de cinco puntos con el que el mandatario asegura que el conflicto con Rusia podría terminar el próximo año. A grandes rasgos, este plan pedía ayuda militar urgente para forzar a Rusia a negociar una paz sin que implique la cesión de territorios ucranianos.
Zelenski estuvo seis semanas de gira para tratar de “venderle” a sus aliados estas ideas. Sin embargo, el plan también incluye como condición que Kiev entre a la Otán, lo que arrastraría a la Alianza Atlántica a un conflicto directo con Moscú, algo que las potencias quieren evitar a toda costa. Desde entonces, Zelenski empezó a darle un giro a su discurso.
Nosotros no atacamos su infraestructura energética y ellos no atacan la nuestra. ¿Podría llevar esto a un final de la fase caliente de la guerra? Yo pienso que sí
“Nosotros no atacamos su infraestructura energética y ellos no atacan la nuestra. ¿Podría llevar esto a un final de la fase caliente de la guerra? Yo pienso que sí”, dijo el presidente ucraniano la semana pasada en un encuentro con periodistas.
Incluso, según publicaron esta semana medios como Financial Times, que citan fuentes conocedoras del proceso, representantes de Ucrania y de Rusia ya habrían iniciado contactos para este cese de los ataques mutuos contra objetivos relacionados con la energía que daría garantías a Kiev de afrontar el invierno sin nuevos bombardeos a sus centrales eléctricas y pondría fin a la destrucción con drones ucranianos de refinerías rusas.
Estas conversaciones para una tregua en este capítulo serían la reanudación de un proceso que ya se habría dado a mediados de año con la mediación de Catar, que sigue facilitando los contactos.
Las dificultades que enfrenta un acercamiento entre Ucrania y Rusia
En la práctica una eventual mesa de negociación sigue siendo un horizonte incierto.
“Los ucranianos ven el alto el fuego como una manera de tomar un descanso, reconstruir y luchar de nuevo hasta que puedan obligar a Moscú a repensar su propia capacidad de resistencia en la guerra”, apunta el Crisis Group que aclara que esto no significa una “rendición” para ellos.
Mientras que las perspectivas del lado del Moscú son aún más complejas y difíciles de dilucidar por la naturaleza de cómo manejan las comunicaciones los rusos. Este miércoles, de hecho, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, negó que se estén dando acercamientos con Kiev para detener los ataques a la infraestructura eléctrica. “Hay muchas noticias falsas”, dijo Peskov, según la agencia Tass.
Sin embargo, altos funcionarios ucranianos le confirmaron a la prensa local que, en efecto, esos diálogos sí se estaban adelantando. “La mayoría de los ucranianos entienden que, para el Kremlin, la guerra no es sobre la anexión de una región ucraniana u otra, sino sobre encerrar a todo el país en la esfera de influencia de Rusia”, agrega la ONG.
Así las cosas, el panorama puede cambiar luego de las elecciones en Estados Unidos, que serán el próximo martes. Dependiendo de quién ocupe la Casa Blanca a partir de 2025, la financiación militar que Washington le da a Kiev podría reducirse radicalmente si es Donald Trump quien ocupe la Oficina Oval, lo que cambiaría el tablero geopolítico el próximo año.
“Si bien las negociaciones siguen siendo poco probables por ahora, las demandas enumeradas por Zelenski y Putin deben verse como posiciones de apertura para el día en que ambas partes estén listas para sentarse a la mesa y llegar a un acuerdo”, puntualiza Crisis Group. Y una llegada de Trump al cargo podría ser uno de estos puntos de inflexión.