El presidente de Estados Unidos Donald Trump presentó el viernes un permiso migratorio destinado para los millonarios. Se trata de la llamada “tarjeta dorada” (golden visa, en inglés), la cual, por un precio de 5 millones de dólares “podría ser suya", declaró Trump el día en que reveló la tarjeta que, además de tener el color del noble metal, lleva su cara.
Según señaló Trump, aquellos que la paguen gozarán de los mismos privilegios que los residentes permanentes, quienes poseen la green card o “tarjeta verde”.
No obstante, según medios locales, a diferencia de los ciudadanos estadounidenses, los titulares de la "tarjeta dorada" estarán exentos de pagar impuestos estadounidenses sobre sus ingresos en el extranjero.
Donald Trump presenta la nueva 'tarjeta dorada' que lleva su imagen. Foto:iSotck / Fox News
Y si bien Trump asegura que la iniciativa "atraerá a mucha gente a Estados Unidos, que será rica, que ha tenido éxito y gastará mucho dinero, pagará impuestos y dará trabajo a muchas personas", expertos consideran que la golden visa puede no tener la suficiente aceptación entre inversionistas.
Aquí le explicamos todo lo que debe saber sobre este proceso migratorio.
¿En qué consiste la golden visa de Trump?
La propuesta de Donald Trump consiste en reemplazar el tipo de visa EB-5, uno de los programas de residencia por inversión más antiguos del mundo, que en 2024 tuvo 5.000 solicitudes, lo que supuso un aumento anual del 85 por ciento, de acuerdo con la consultora Astons, una empresa que ofrece asesoría de residencia y ciudadanía en la Unión Europea y el Caribe.
El programa EB-5 es una iniciativa que permite a los inversionistas extranjeros obtener una visa al realizar una inversión calificada en una empresa estadounidense.
Esta inversión debe cumplir con requisitos específicos de capital y generar un mínimo de 10 empleos por inversionista, explica el sitio web de la empresa de asesorías EB5 United.
Si el proyecto de inversión se encuentra en un Área de Empleo Dirigido (TEA), el monto de inversión requerido es de 800,000 dólares. Fuera de un TEA, los inversionistas deben aportar 1’050,000 dólares.
El nuevo permiso migratorio está destinado para los millonarios. Foto:iStock
“Aún no está claro si el programa de Trump ofrecerá alguna ventaja sustancial -como una tramitación acelerada”, señala Denis Kravchenko, jefe de la oficina de Astons en Chipre. Actualmente, la vía EB-5 para obtener la tarjeta de residencia tarda entre uno y diez años, dependiendo de la nacionalidad, con la ausencia de comprobaciones estrictas de antecedentes- para motivar a los inversores a comprometer más fondos.
De momento se sabe que la tarjeta dorada no requerirá crear nuevos empleos.
¿Cuáles son los retos que enfrenta la ‘visa dorada’ de Donald Trump y qué experiencias hay en otros países?
Por otra parte, el programa de Trump puede enfrentar retos como las alternativas más accesibles que hay en otros países para un permiso similar.
Por ejemplo, un inversor podría optar a la ciudadanía maltesa mediante una inversión de alrededor de 1 millón de euros, con la que puede obtener la ciudadanía de un Estado miembro de la Unión Europea en una media de 1,5 años sin necesidad de un traslado permanente.
Existen multitud de programas europeos de “Golden Visa” que también son mucho más asequibles que la nueva iniciativa de Trump. Hungría lanzó un nuevo programa de residencia en el verano de 2024, que requiere una inversión mínima de al menos 250.000 euros, y la oferta de Portugal comienza con una inversión mínima de 500.000 euros.
Es entendible que la idea de tener la ciudadanía estadounidense sea diferente, sin embargo, “puede que la golden visa no tenga la suficiente aceptación entre inversionistas”, señala Kravchenko.
Mientras que los partidarios de Trump argumentan que esto podría aportar importantes beneficios económicos a Estados Unidos, pues servirá para reducir el déficit nacional del país, los críticos advierten de que puede abrir la puerta a riesgos de seguridad y corrupción, similares a los problemas que suceden con los programas de visados dorados en Europa.
En Portugal se puede adquirir la residencia con una inversión mínima de 500.000 euros. Foto:Maison Paineiras sitio oficial.
Estos programas atraen miles de millones de euros en capital extranjero, pero también provocaron consecuencias imprevistas, como el aumento del precio de la vivienda y la preocupación por el lavado de dinero, señala un reportaje del diario español El País.
Debido a estos problemas, algunos países europeos han empezado a dar marcha atrás en sus programas. Irlanda y el Reino Unido ya han cerrado sus versiones debido a riesgos de seguridad y acusaciones de mala gestión financiera. Por su parte, España anunció que pondrá fin a su iniciativa del visado de oro en abril de 2025, con el argumento de que se crearon problemas de asequibilidad para los residentes locales.
España: ejemplo de la crisis de vivienda derivada de los migrantes acomodados
La 'Golden Visa' en España podía obtenerse con la compra de inmuebles de más de 500.000 euros o mediante inversiones en depósitos bancarios, deuda pública, acciones, fondos de inversión y proyectos empresariales, entre otras vías.
Así fue la manifestación en Madrid. Foto:AFP
Estos visados se aprobaron en 2013 y hasta 2023 se habían registrado más de 14.500 por inversiones inmobiliarias, en su mayoría de nacionalidad china y rusa, con un notable crecimiento en los últimos años por el brexit y la guerra de Ucrania.
Pero su llegada provocó problemas como el encarecimiento de la vivienda en algunas ciudades, caso de Barcelona y Madrid, al generar un "negocio especulativo".
La manifestación fue celebrada simultáneamente en 40 ciudades de toda España. Foto:AFP
En los últimos diez años, el precio del metro cuadrado de alquiler prácticamente se duplicó en España, de acuerdo con los datos del portal inmobiliario Idealista.
De hecho, el sábado, en 40 ciudades de España hubo manifestaciones para protestar contra el "negocio" de la vivienda y exigir la bajada del precio de unos alquileres que denuncian cada vez son más altos e inaccesibles.
Portando pancartas en las que se leía "Bajemos los alquileres" o "Stop especulación", los asistentes protestaron por las dificultades para acceder a una vivienda en Barcelona, donde la presión turística, la fuerte demanda o la disminución de la oferta dispararon el precio de los alquileres un 68 % en la última década, según cifras municipales.
LAURA JULIANA CASTELLANOS GUEVARA - Periodista Internacional - EL TIEMPO