después de varios meses de crisis, y de que el mismo presidente Gustavo Petro puso sobre la mesa la posibilidad de terminar el proceso de paz con el Eln, esta semana ambas delegaciones acordaron reunirse para buscar salidas que permitan reanudar la negociación.
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La guerrilla, que protagonizó durante las últimas semanas atentados terroristas que incluso cobraron la vida de varios miembros de la Fuerza Pública, y que ignoró varios mensajes del Gobierno Nacional en la búsqueda, esta semana envió una comunicación en la cual informaron que, no obstante a los supuestos incumplimiento del Ejecutivo, abrieron la puerta para reunirse y "examinar la crisis".
El mensaje fue recibido con beneplácito por la delegación de paz del Gobierno, encabezada por Vera Grabe y el senador Iván Cepeda.
"La delegación de paz del Gobierno Nacional ha insistido en el diálogo en la mesa como instancia para resolver los problemas surgidos, buscar la prórroga del cese al fuego, cumplir con el compromiso firmado de dar continuidad a la participación de la sociedad en la construcción de la paz, e impulsar todos los puntos de la agenda contenida en el acuerdo de México", informaron este jueves 10 de octubre en un comunicado.
Y añadieron: "Al anunciar la suspensión de los diálogos, señalamos que se requería un gesto que demostrara la voluntad del Eln de avanzar en este proceso. Por esta razón, saludamos hoy la comunicación de su delegación de paz del pasado 9 de octubre. Aceptamos la invitación para llevar a cabo una reunión que nos permita abordar todos estos asuntos y retomar nuestro diálogo en busca de generar los hechos de paz que nos demanda la sociedad colombiana".
Pero hay serias dudas sobre si se puede retomar el rumbo de este proceso, que hasta hace unos meses era el más avanzado de la política de 'paz total' del gobierno del presidente Gustavo Petro.
El primer gran desafío será volver a recuperar la confianza, pues ambas partes se sienten traicionadas. El Eln ha cuestionado duramente el inicio de unos diálogos regionales en Nariño con la disidencia del grupo terrorista y, según ellos, el incumplimiento de la exclusión de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO). Incluso, esa fue una condición para prorrogar el cese del fuego que estuvo vigente durante un año. No obstante, el Gobierno no cedió.
Mientras que en el Ejecutivo quedan heridas abiertas por los múltiples atentados de las últimas semanas. Por ejemplo, un ataque en Arauca dejó 3 militares muertos y más de 25 heridos, hecho por el cual el mandatario puso sobre la mesa la posibilidad de cerrar el proceso.
"Como sucedió aquella vez en otro sitio, aquí cerca, en la Escuela de la Policía, donde murieron muchísimos agentes de Policía, alféreces, que estaban estudiando allí, pues prácticamente es una acción que cierra un proceso de paz con sangre", aseveró el mandatario el 17 de septiembre.
A este factor, se suma el cruce de mensajes entre el presidente Petro y alias Antonio García, máximo comandante del grupo guerrillero. 'García' acusó al mandatario de querer romper el proceso.
Lo primero que se podría esperar de ese encuentro es que las partes expresen sus inconformidades de manera verbal y en un espacio formal, no a través de comunicados, de X y de los medios de comunicación, como ha sucedido durante los últimos meses.
"Luego de casi seis meses de congelamiento del proceso, esta es una buena noticia porque permite avanzar en el primer reto que tenía esta crisis y era la falta de una comunicación fluida y directa entre las delegaciones", señaló Gerson Arias, investigador asociado de la Fundación Ideas para la Paz.
Aclara, sin embargo, que según el Eln "esta reunión se centrará en analizar las causas de la crisis, y por tanto un nuevo ciclo de conversaciones y retomar el ritmo de la negociación no será inmediato, sobre todo por las desconfianzas y la situación en Venezuela".
Pero sin duda, buena parte de lo que suceda está en manos del Eln, que congeló los diálogos y hasta el momento no ha mostrado ningún hecho de voluntad de paz tras los múltiples ataques que ha cometido. Según varios sectores, sentarse otra vez sobre la mesa no puede interpretarse como voluntad de paz.
Pero para el Gobierno, la comunicación de esta semana podría ser suficiente, por ahora. Así lo manifestó Grabe en entrevista con este diario.
"Ahora lo que se plantea es que el Eln tiene que manifestarse, dar alguna señal en el sentido de que le interesa la paz y de que le interesa volver a los diálogos", aseveró en entrevista publicada el 22 de septiembre. Y añadió: "No estamos poniendo condiciones. En este momento lo que estamos planteando es lo que dije anteriormente: que haya una señal, un gesto, una manifestación, una decisión, un pronunciamiento del Eln en el sentido de que le interesa seguir con el proceso. De eso se trata".
Pero es importante tener en cuenta que la negociación sigue congelada y que de esta reunión se espera que salga la ruta para descongelarla. Esta, en todo caso, debe de estar enfocada en la reactivación del cese del fuego.
"Confiamos en que las dos partes hagan lo que tengan que hacer para volverse a sentar a la mesa, tomar decisiones importantes para seguir avanzando, tomar decisiones como el caso del cese bilateral del fuego. Desafortunadamente, hemos visto que en las últimas dos semanas se han presentado muchas más muertes de las que se presentaron en un año, durante el cese. El llamado es a que piensen en la sociedad colombiana, en las comunidades, y se vuelvan a sentar en la mesa", dijo recientemente Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Mientras que para la oposición, ya no hay tiempo para salvar este proceso. Según el representante uribista José Jaime Uscátegui, ya los dejó el bus de la paz.
"No le veo arreglo a este proceso. Ya el Eln desperdició dos años y medio del gobierno Petro. No mostró ningún gesto de paz. Por el contrario, la soberbia que los caracteriza con los secuestros, extorsiones, masacres, ataques a unidades militares y policiales. Al Eln lo dejó el bus de la paz. Petro es quien podía brindar mayores garantías y ellos han decidido dejar pasar ese bus", aseguró el parlamentario.
Y en la misma línea opina Arias, quien no cree posible que en los 22 meses que quedan de este gobierno se logre un acuerdo: "Cuando se retome le negociación ambas delegaciones deberán revaluar los objetivos a corto y mediano alcance. Con base en la experiencia es poco probable un cierre de este proceso antes de finalizar este gobierno y por ahora el propósito debe ser avanzar, recuperar la credibilidad y concretar hechos y acciones específicas. Por ejemplo, reestablecer y tener un mejor cese al fuego y poner a funcionar el proceso de participación acordado".
Pero desde el Gobierno insisten en que la paz está en manos de la guerrilla y dependerá de ellos cerrar más de medio siglo de este conflicto, pues han señalado insistentemente que la voluntad de la Casa de Nariño no ha estado en duda.
MATEO GARCÍA
Subeditor de Política