Indudablemente, si quiere mantener la salud de sus riñones, debe reducir el consumo de sodio. Según el Instituto Nacional de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), un alto consumo de dicho mineral puede elevar la presión arterial, lo que a largo plazo deteriora nada más y nada menos que la función renal. A su vez, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica.
¿Cómo afecta el sodio a la salud renal?
De acuerdo a la entidad citada, el sodio es un mineral esencial para el organismo, pero su consumo excesivo puede generar retención de líquidos. ¿El motivo? Aumenta la presión arterial y fuerza a los riñones a trabajar más de lo debido.
Esta es la clave para mantener sus riñones sanos Foto:Istock
Con el tiempo, esta sobrecarga puede provocar daño en los vasos sanguíneos de los riñones. De esta manera, reduce su capacidad de filtración y favorece la acumulación de toxinas en el organismo.
Cabe destacar que los NIH advierten que las personas con diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas son especialmente vulnerables a estos efectos negativos. Debe saber, por otro lado, que el sodio se encuentra en muchos alimentos procesados y de preparación rápida. Algunas de las fuentes más comunes incluyen:
- Alimentos ultraprocesados como embutidos, enlatados y comidas congeladas.
- Aperitivos como papas fritas, galletas saladas y frutos secos procesados.
- Panes, sopas y aderezos comerciales, que a menudo contienen grandes cantidades de sodio añadido.
Para cuidar la salud renal, este organismo recomienda limitar el consumo de sodio a menos de 2.300 mg al día. Para lograrlo, puede seguir estas estrategias:
- Leer las etiquetas nutricionales y elegir productos con bajo contenido de sodio.
- Optar por alimentos frescos como frutas, verduras y carnes sin procesar.
- Cocinar en casa usando hierbas y especias en lugar de sal.
- Reducir el consumo de salsas y aderezos comerciales, que suelen ser altos en sodio.