Una nueva investigación científica sugiere que existe una prueba más precisa que el análisis de colesterol tradicional para evaluar la posibilidad de sufrir una enfermedad cardíaca.
Así lo establece un trabajo conjunto entre la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, y la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, titulado ApoB-containing lipoproteins: count, type, size, and risk of coronary artery disease, que significa en español “Lipoproteínas que contienen ApoB: recuento, tipo, tamaño y riesgo de enfermedad coronaria”.
Estudio revela nuevas formas de evaluación del riesgo cardíaco
El análisis concluyó que medir dos tipos de marcadores lipoproteicos mediante una muestra de sangre puede ofrecer una visión más exacta del riesgo individual que las evaluaciones tradicionales basadas únicamente en los niveles de colesterol.
De acuerdo con información de la plataforma eurekalert.org, los autores del estudio “han demostrado exhaustivamente que una combinación de dos marcadores de lipoproteínas, medidos mediante un simple análisis de sangre, puede proporcionar información más precisa sobre el riesgo individual de enfermedad cardíaca que el análisis de colesterol en sangre actual, lo que podría salvar vidas”.
Durante décadas, la medición de colesterol ha sido la principal herramienta para identificar posibles problemas cardiovasculares. Sin embargo, los resultados recientes podrían modificar ese enfoque, al mostrar cómo otros factores permiten detectar con mayor exactitud la presencia de condiciones que podrían desencadenar un infarto o un accidente cerebrovascular.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la causa de muerte más común en el mundo, según lo informa la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su portal. Por este motivo, detectar los riesgos con mayor antelación puede facilitar medidas preventivas o tratamientos específicos.
La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en el mundo, según la OMS.
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Qué midieron y por qué es diferente
La investigación analizó muestras de 207.368 personas del Biobanco del Reino Unido. Ninguno de los participantes presentaba antecedentes de enfermedades ateroscleróticas, diabetes ni estaba bajo tratamiento con medicamentos para reducir lípidos. A cada persona se le hizo un perfil lipoproteico completo con el fin de estudiar tanto la cantidad como el tamaño de las partículas que transportan colesterol en la sangre.
Estas partículas, conocidas como lipoproteínas, se dividen en cuatro tipos principales. Tres de ellas contienen en su superficie la proteína apolipoproteína B (apoB). Según se indicó en eurekalert.org, “tres de estas clases tienen una proteína especial en su superficie llamada apolipoproteína B (apoB). Cuando están presentes en exceso, estas lipoproteínas pueden depositar colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos. Por ello, el colesterol que transportan se suele denominar ‘colesterol malo’. En cambio, la cuarta clase principal ayuda a eliminar el exceso de colesterol del torrente sanguíneo y lo transporta de vuelta al hígado; a este se le suele llamar ‘colesterol bueno’ debido a su función beneficiosa”.
El enfoque del estudio consistió en evaluar si las diferencias en el tipo y la cantidad de portadores del ‘colesterol malo’ implicaban niveles de riesgo distintos para una misma concentración de colesterol total. El objetivo, como señaló el autor principal Jakub Morze, fue establecer la relevancia de esos parámetros. Morze, quien trabaja como investigador postdoctoral en Chalmers, también afirmó que “los resultados muestran por primera vez la importancia relativa de las tres familias principales de lipoproteínas para el riesgo potencial de enfermedad cardíaca”.
A lo largo de un seguimiento de hasta 15 años, los investigadores observaron qué combinaciones de lipoproteínas se asociaban más con la aparición de ataques cardíacos. Los hallazgos fueron verificados posteriormente en otra cohorte independiente en Suecia, conocida como Simpler. Según eurekalert.org, “esta combinación de perfiles sanguíneos avanzados, datos prospectivos a gran escala y replicación independiente permitió la evaluación más completa de cómo las lipoproteínas de ‘colesterol malo’ contribuyen al desarrollo de cardiopatías”.
Medición de apoB supera al colesterol en predicción de enfermedades del corazón. Foto:iStock
Qué significa la medición de la apoB
El colesterol en sí mismo no puede desplazarse por el torrente sanguíneo sin ayuda de las lipoproteínas. Por esta razón, la atención de los científicos se ha desplazado hacia la evaluación de las partículas que lo transportan. En este sentido, la apoB, presente en todas las lipoproteínas del llamado ‘colesterol malo’, se destaca como un indicador del número total de dichas partículas. Su concentración ofrece una medición más directa y eficaz del riesgo cardiovascular.
No obstante, los especialistas advierten que esto no implica que las pruebas convencionales deban ser descartadas. Estas continúan siendo útiles en muchos casos. Sin embargo, el estudio advierte que el enfoque actual puede pasar por alto una parte del riesgo real. En concreto, entre el 20 % y el 40 % de los casos iniciales de enfermedades cardiovasculares son mortales, lo que subraya la importancia de contar con herramientas de evaluación más precisas.
El cuidado del corazón | Le tengo el remedio
CÉSAR QUISPE ALCÓCER
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.