Para muchas personas, amar a los gatos va más allá de una simple preferencia por las mascotas. Quienes sienten una conexión intensa con los felinos suelen describirlos como compañeros leales, confiables y reconfortantes en momentos de soledad. En ese sentido, la ciencia y la psicología han explorado por qué estos animales generan un vínculo tan fuerte con algunos humanos.
De acuerdo con información de Medical News Today, psicólogos como la doctora Patricia Pendry han observado que las personas emocionalmente sensibles tienden a formar lazos más estrechos con los gatos, por lo que se puede inducir que alguien tiene una personalidad con estas características si mantiene un vínculo cercano con su mascota felina. Según la experta, el comportamiento impredecible y reservado de estos animales hace que sus muestras de afecto se perciban como más valiosas. Cuando un gato decide acercarse, ronronear o frotarse contra alguien, esa interacción se interpreta como un gesto especial, casi como ser “elegido”.
Amar a los gatos puede revelar una personalidad introspectiva, sensible y emocionalmente abierta. Lejos de ser una obsesión poco saludable, este vínculo profundo con los felinos puede ser una fuente constante de bienestar emocional y equilibrio psicológico.
Por qué muchas personas aman a los gatos. Foto:Getty Images/iStockphoto
Además, hay razones evolutivas que podrían explicar esta atracción. Rasgos físicos de los gatos, como sus ojos grandes y su comportamiento juguetón, evocan respuestas similares a las que tenemos hacia los bebés humanos. Esto activa instintos de cuidado y protección, generando ternura y apego.
¿Por qué los gatos son buenos para la salud?
A nivel de salud mental, Medical News Today indica que se ha demostrado que convivir con gatos puede reducir el estrés, la ansiedad y la sensación de soledad. Interactuar con ellos estimula la liberación de oxitocina, la hormona del bienestar, y reduce el cortisol, asociado al estrés.