El desayuno, conocido como la comida más importante del día, puede influir de manera significativa en la salud y el bienestar. Una investigación reciente analizó los efectos del consumo de huevo frente a la avena, revelando diferencias clave en marcadores de riesgo cardiovascular y sensación de saciedad.
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Avena o huevo para el desayuno, ¿cuál es mejor?
El estudio, titulado 'Consumir dos huevos al día, en comparación con un desayuno de avena, reduce los niveles de grelina plasmática y mantiene la relación LDL/HDL', evaluó a 50 personas jóvenes y saludables durante cuatro semanas. Cada participante consumió dos huevos al día o una porción de avena. Tras un periodo de tres semanas sin intervención, intercambiaron sus opciones de desayuno.
Se analizaron biomarcadores como colesterol, glucosa, triglicéridos y grelina, una hormona vinculada con el hambre. Los resultados mostraron que desayunar huevos aumentó tanto el colesterol LDL "malo" como el HDL "bueno", aunque el ratio LDL/HDL, un indicador clave de riesgo cardiovascular, permaneció sin cambios entre ambas opciones. Tampoco se detectaron diferencias en glucosa, triglicéridos ni en enzimas hepáticas, lo que sugiere que incluir huevos en el desayuno no tiene un impacto negativo en este grupo poblacional.
Un hallazgo destacado fue el efecto sobre la saciedad. Los participantes que consumieron huevos reportaron sentirse más satisfechos y con menos hambre a lo largo del día. Este efecto estuvo respaldado por la reducción en los niveles de grelina, lo que posiciona a los huevos como una opción ideal para quienes buscan controlar el apetito y evitar el consumo excesivo de calorías.
La avena y su aporte de fibra
Aunque los huevos sobresalen en cuanto a saciedad, la avena mantiene su lugar como una opción saludable por su alto contenido de fibra, especialmente beta-glucanos. Este tipo de fibra soluble ayuda a disminuir el colesterol LDL y a estabilizar los niveles de azúcar en sangre.
La avena también es rica en carbohidratos complejos, vitaminas del grupo B y minerales como magnesio e hierro, lo que la convierte en una excelente opción para proporcionar energía sostenida durante el día. Además, beneficia la salud digestiva al promover un tránsito intestinal regular y se puede combinar fácilmente con frutas, frutos secos o productos lácteos, lo que la hace muy versátil.
Ambas opciones tienen méritos que las hacen adecuadas para un desayuno equilibrado. Mientras que la avena aporta fibra y energía prolongada, los huevos destacan por su capacidad de aumentar la saciedad y mantener la relación LDL/HDL en equilibrio. La elección dependerá de los objetivos personales y necesidades específicas de cada persona.
GABRIELA CASTILLO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.