'¿Por qué no nos unimos y promocionamos nuestro licor a nivel mundial?': gobernador de Caldas sobre fallo a favor de Aguardiente Amarillo de Manzanares

hace 3 horas 31

La Corte Constitucional acabó con el monopolio rentístico del aguardiente, el cual no dejaba que algunas marcas se vendieran  en algunos departamentos del país. El más conocido es el aguardiente Amarillo de Manzanares, que hasta antes del fallo del alto tribunal no podía comercializarse en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali.

Quienes estaban de acuerdo con el monopolio argumentaban que era por proteger el mercado local, mientras que quienes estaban en contra, alegaban que la restricción vulneraba el derecho de las personas a elegir qué bebida embriagante consumir.

Con una apretada votación entre sus magistrados, y después de haber escuchado en octubre a todos los expertos en el tema, la Sala Plena de la Corte Constitucional determinó que las medidas restrictivas de prohibir determinada marca en un departamento afectan la libre competencia de las empresas colombianas.

La Industria Licorera de Caldas (ILC), a favor de la cual se dio el fallo, es una de las más rentables del país. Al respecto de esta decisión de la Corte y de sus implicaciones para el departamento cafetero, en diálogo con EL TIEMPO, el gobernador Henry Gutiérrez Ángel explicó los argumentos de su administración para interponer la demanda que conllevó este fallo a su favor.

La Corte Constitucional acabó con el monopolio rentístico del aguardiente, el cual no dejaba que algunas marcas se vendieran  en algunos departamentos del país. El más conocido es el aguardiente Amarillo de Manzanares, que hasta antes del fallo del alto tribunal no podía comercializarse en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali.

Gobernador, como autores de la demanda que, a propósito, estudió la Corte por el caso del Aguardiente Amarillo de Manzanares, que tuvo una restricción para ser distribuido y comercializado en Cundinamarca, ¿qué opina de este fallo? ¿Cómo lo toman desde su administración?

Estamos altamente complacidos. Fue una larga lucha, una larga espera, una ansiosa espera, pero estábamos convencidos de que la Corte Constitucional nos iba a dar la razón y así fue después de muchos debates y de mucha espera. Nosotros consideramos, así lo dijimos en la Corte y así lo sustentaron nuestros abogados, que el país es uno solo si estamos sujetos a tratados internacionales, Organización Internacional del Comercio. No era justo, bajo ningún punto de vista, que se pusieran barreras, cortapices, fronteras, a la venta de nuestros licores, los licores propios de los colombianos en todo el país. 

Esa salvaguarda que rezaba o que estaba en la Constitución le autorizaba a los gobernadores que tuvieran licorera o maquila de licores prohibir la venta de licores anisados en su territorio. Como tal, la primera que nos lo aplicó específicamente con nuestro aguardiente amarillo fue Cundinamarca. Hace algo más de un año y medio iniciamos la demanda. Otros departamentos se sumaron a ello. Valle, Cundinamarca, departamentos con sus licoreras que producían aguardientes, se unieron todos y nos impedían la venta de aguardiente amarillo y en algunas partes hasta aguardiente cristal en la nación. 

Nosotros demandamos la norma, afortunadamente salió favorable. Creemos que es un triunfo de la libre demanda, de libre albedrío, y les estamos diciendo a nuestros gobernadores de Colombia: compitamos. Compitamos, como lo ha hecho la Industria Licorera de Caldas, a través del tiempo. Es una industria licorera que se ha posicionado a nivel nacional bastante, siendo de un departamento pequeño como Caldas, y se ha posicionado en altísimos lugares. 

Nosotros, con calidad, con innovación, competimos con licores de esas características. De cien botellas de ron que se consumen en Colombia, setenta y tres son nuestras. Y con el amarillo, el aguardiente está hace muchos años en el comercio y funciona y se comercializa. Pero el boom fue la producción y la comercialización de nuestro Aguardiente Amarillo de Manzanares. El año pasado vendimos trece millones de botellas en Colombia, sabiendo que no puede aumentar sino el treinta y cinco por ciento del territorio. 

Con esas fronteras se favoreció el contrabando. Usted conseguía aguardiente amarillo en Bogotá, donde estaba prohibida su venta, lo conseguía de contrabando al doble de precio que se vendía en Caldas. Y los dineros que deberían quedar a Cundinamarca se quedaban en los departamentos vecinos desde donde comercializaban ese aguardiente. Ahora, con el permiso de vender nuestro aguardiente en todos los departamentos, esos recursos van directamente para los departamentos. Lógicamente, nosotros como productores nos beneficiamos y esos dineros son muy importantes para un departamento con afugias económicas como Caldas, porque van a enriquecer directamente nuestros proyectos en educación y en salud.

Usted mencionaba que estas rentas van hacia la salud y hacia rubros como la educación, ¿con esta apertura que da la Corte los otros departamentos no se pueden ver afectados por la disminución de las rentas de los tragos locales?

Si así fuese, ningún departamento permitiría la venta de ningún licor, de whisky, de tequila, de ron, de ninguna parte del mundo, porque sus rentas se verían menoscabadas.

Nosotros estamos diciendo dos cosas: uno, con esta frontera, con esa aplicación de salvaguarda, estamos favoreciendo el contrabando desde departamentos vecinos. Si estaban vendiendo amarillo, se conseguía amarillo en el Valle, en Medellín y en Bogotá, aguardiente amarillo de contrabando, que dejaba los réditos económicos en los departamentos vecinos desde los cuales se llevaba. Entonces, con eso esas rentas no se van a disminuir. 

Y lo otro es una sana competencia. Todas las licoreras de Colombia, a partir de este momento, pueden vender sus aguardientes en todo Colombia. Entonces, si hay unas buenas calidades de esos aguardientes, si hay unas comercializaciones amplias, si hay una publicidad adecuada, sus aguardientes van a ser vendidos en todo el país. Es una apertura de fronteras en todo Colombia para la venta de esos licores. 

Y nosotros, que tenemos muy buenas relaciones con los otros gobernadores, estamos proponiéndoles, ¿por qué no hacemos lo que hizo México? Las industrias productoras de tequila en México se unieron todas y promocionaron su licor a nivel mundial y lo posicionaron. ¿Y por qué no nos ponemos nosotros en el mismo tono con nuestros aguardientes? Con nuestro aguardiente, sea la marca que sea, del color que sea: verde, amarillo, rosado, blanco, tapa negra, tapa azul. ¿Por qué no nos unimos las licoreras y promocionamos ese licor a nivel mundial para posicionarlo? Nosotros estamos avanzando en esos mercados. 

El aguardiente amarillo se está vendiendo en muy buena forma. En Estados Unidos tenemos distribuciones norte, distribución sur. En Panamá, en Perú, en Ecuador, en España estamos vendiendo buena cantidad de nuestros licores. Entonces, creemos que es hora de estar juntos, y el mundo es una aldea y la globalización es un hecho y no estaba bien que en cualquier capital de Colombia, en Bogotá por ejemplo, tú consiguieses el whisky que fuera, de la marca que fuera, el tequila que fuera, de la marca que fuera, y no consiguieras nuestro aguardiente amarillo. Entonces, estamos invitándoles a una comercialización, a seguir compitiendo con innovación y con calidad. Nosotros tenemos unos excelentes licores y vamos a seguir compitiendo desde nuestra empresa licorera de Caldas.

Gobernador, se lo pregunto porque una de las justificaciones que dio la empresa de licores de Cundinamarca a la Corte para no derogar estos incisos fue precisamente un detrimento patrimonial a propósito de la llegada de aguardientes como el Amarillo de Manzanares que sin duda acapararon buena parte del mercado departamental. ¿Qué le dice usted a la empresa de licores de Cundinamarca entonces bajo este argumento?

Pero mira que, por ejemplo, en Cundinamarca se vendía el Néctar, el Antioqueño y nuestro aguardiente amarillo. Cuando suspendieron la venta de amarillo, lo que hizo fue disparar las ventas del Antioqueño. Entonces, si ese era el caballito de batalla, no dio resultado, porque las ventas de Néctar siguieron decreciendo. Yo creo que no es de salvaguarda, de monopolios, pues monopolios de producción sí hay, de comercio no los hay a partir del fallo de la Corte. Es simplemente competir con calidad.

Y no es solamente el amarillo, son muchos aguardientes. Nosotros vendemos setenta y tres de cada cien botellas de ron, pero la industria de licores de Antioquia vende más de sesenta de cada cien botellas de aguardiente en Colombia. La guerra no es contra el pequeño, la guerra, que no debe ser guerra, la competencia debe ser entre todas las licoreras, vendan mucho, vendan poquito, y la invitación es a eso: evitemos el contrabando, evitemos la adulteración de licores. Si un licor está con alto costo en un departamento, lo van a adulterar. Evitemos el contrabando y evitemos la adulteración, compitamos, compitamos con calidad y vamos a entrar a competir. Las otras licoreras también pueden entrar y van a entrar a todo el mercado nacional a competir con nuestro aguardiente, con sus aguardientes respectivos, como lo hacemos con los rones.

Caldas tiene una de las industrias licoreras más fuertes de todo el país, pero, ¿qué les dice a ustedes a los departamentos que tienen estas industrias un poco más pequeñas y a quienes de pronto podrían ver impactadas sus rentas que van destinadas a rubros como la salud y la educación por esta medida de la Corte?

Si hacemos una buena comercialización, no van a disminuir sus rentas. La sola venta de nuestro aguardiente amarillo va a impactar positivamente sus recursos. La competencia no es de aguardientes con aguardientes. Entonces, tenemos que competir, incentivar el consumo de lo nuestro, de los aguardientes por encima del tequila, del whisky, del brandy, de otros licores de otras naciones. Y no podemos prohibir la venta de esos licores. Y eso nunca va a suceder. Caldas, por ejemplo, nunca, nosotros nunca utilizamos esa salvaguarda. Aquí nunca se cerraron fronteras. Todo el tiempo se vendieron todos los licores de todas las licoreras y se van a seguir vendiendo. Pero todo el tiempo que existía la salvaguarda, nosotros no la utilizamos porque la competencia es con calidad. Entonces, si ese es el argumento, ningún departamento podría permitir la venta de ningún licor distinto a los que produzca. Y eso va contra los tratados internacionales, y contra la globalización internacional del mercado, y contra la aldea que se volvió este mundo, y contra el libre albedrío y la libre empresa, que es un dogma que opera a nivel mundial en este momento.

Gobernador, volvamos un poco al pasado, ¿la restricción exactamente para qué departamentos era, en cuáles departamentos ustedes no podían vender y de qué forma esa restricción les había afectado las finanzas a la empresa licorera de Caldas?

Sí, claro. Habíamos disminuido las ventas de lo proyectado, lógicamente. Grandes mercados, como Antioquia, Valle, Cundinamarca, no nos permitían la venta de amarillo. Nosotros vendíamos amarillo en el treinta y cinco por ciento del territorio nacional, en el sesenta y cinco, no. Y otros departamentos del centro y de la Orinoquía tampoco nos permitían la venta, que debe ser permitida ahora. Entonces, claro que nos afectaba.

Claro que nos afectaba, pero más que beneficiarnos nosotros, con seguridad, estaban beneficiándose los contrabandistas. Sí estábamos vendiendo amarillo en otras partes, alrededor de los grandes departamentos donde no nos dejaban vender amarillo. Se aumentaron las ventas, se cuadruplicaron las ventas, se triplicaron las ventas, pero no porque ese departamento estuviera consumiendo más licor amarillo, más aguardiente amarillo, sino porque ese aguardiente se lo llevaban para esos departamentos vecinos, para el Valle, para Cundinamarca, para Antioquia, de contrabando: vendiéndolo más caro y sin pagar los impuestos en esos departamentos. Entonces, tenga la seguridad de que no va en detrimento de las rentas departamentales. Esos departamentos van a ver cómo deben aumentar esos recursos. Y lo otro es que es una sana competencia. Es una sana competencia y es un pellizquito a las empresas que tienen los grandes mercados en Colombia para que incentiven, para que innoven, para que produzcan, para que tengan mejores productos y que sea una competencia abierta en un mercado abierto a nivel mundial y lógicamente a nivel nacional.

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