Hace una semana se conoció una encuesta paga por el Departamento Administrativo de Presidencia (Dapre) y hecha por el Centro Nacional de Consultoría (CNC) en la que se mostraba un repunte en la aprobación de Gustavo Petro. Llegó a 51 por ciento en octubre, frente a un 44 por ciento de septiembre. También habría aumentado la buena imagen sobre la gestión, pasó de 47 a 54 por ciento.
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“Hemos llegado a una imagen positiva segun la encuesta CNC del 54% como nunca antes en mi vida política pública. Somos mayoría y seguiremos buscando la transformación de Colombia”, dijo el mandatario para celebrar su repunte de imagen.
El resultado fue llamativo, pues encuestas comerciales, como la hecha por Invamer, muestran otro escenario. En la Poll de octubre la aprobación fue del 34 por ciento y la desaprobación del 61 por ciento. Aunque también se muestra un repunte en la imagen presidencial. Esto debido a que en agosto –fecha del último sondeo- los números eran más contrarios a la cabeza del ejecutivo: 66 de desaprobación y 29 de aprobación.
Como el sondeo que le es favorable al Presidente es pago por el propio gobierno, desde la oposición se ha llegado a poner en duda su confiabilidad. Le han adjudicado los niveles de aprobación a una presunta manipulación
Sin embargo, expertos consultados han señalado que no sería así. Indicaron que la diferencia entre los resultados tendría más que ver con la población que participa de las encuestas y el objetivo de estas.
Mientras que las encuestas comerciales se concentran en las principales ciudades del país, las encargadas por el gobierno buscan tener una mirada que incluya ciudades intermedias y municipios pequeños. Eso se ve incluso en la ficha técnica de las encuestas.
En la Invamer Poll de octubre se observa que el universo son las seis principales ciudades del país (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena y Bucaramanga). En cambio, la del CNC busca tener una población objetivo de todo el territorio nacional, excluyendo Amazonas, Guaviare, Vaupés, Vichada y el archipiélago de San Andrés, pues “concentra menos del dos por ciento de la población objetivo”.
“La primera recoge el sentimiento y las percepciones urbanas, la segunda llega a otros municipios pequeños y zonas rurales”, reseñó la profesora Patricia Muñoz, directora de posgrados de Ciencias Políticas de la Pontifica Universidad Javeriana. Esta destacó que ambas encuestas, según muestran la ficha técnica, tiene un margen de confianza similar.
“Ambos estudios son claros y rigurosos en lo que estudian y el camino que siguen en la aplicación de la encuesta”, complementó. No obstante, reiteró que “en lo que sí hay diferencia es la visión de 6 ciudades capitales (Invamer) a 185 municipios (CNC).
Para la experta en estadística de la Universidad Nacional Hanwen Zhang, el tema de la disparidad se da debido a que “la población objetiva es diferente”. Mientras que la de CNC apunta a 15 millones de registros telefónicos de su base de datos, la de Invamer se enfoca las seis principales ciudades.
En ese sentido, se indicó que esta particularidad de cada encuesta ya de por sí marca una razón para que los resultados sean diferentes. Las divergencias en el tipo de muestra son cruciales para que exista resultados disimiles.
Para ampliar este punto, el profesor Mario Morales, experto en comunicación política, indicó que son estudios diferentes, que no son comparables entre sí. Aseveró que mientras que unas de las encuestas son de precepción, las otras son de conocimiento. Es una metodología diferente que hace que “no sean comparables entre sí”.
A esto añadió que las encuestas deben entenderse como una especie de fotografía, por lo que la comparación debe hacerse con estudios estadísticos que cumplan las mismas condiciones. En esa misma lógica apuntó que la diferencia entre temporalidades en la realización de las encuestas ya es un condicionante importante para entender el fenómeno.
“Invamer recolectó información del 4 al 13 de octubre y la de CNC del 16 al 21de octubre. Esta última más cercana a la COP16 y eso pudo recoger el entusiasmo que generó para el país y en particular al occidente colombiano”, añadió en este aspecto la profesora Patricia Muñoz.
Otro tema a tener en cuenta es que tienen objetivos diferentes. La primera es una medición de las principales ciudades del país, con un objetivo de difusión por medios de comunicación. La que es paga por el gobierno normalmente es de consumo interno y busca tener una mirada que vaya más allá de temas de favorabilidad. Cada encuesta también tiene preguntas de temas de interés para el Ejecutivo sobre sus políticas o aspectos similares.
Este punto es importante, pues la difusión de estas encuestas ante la sociedad civil es a discrecionalidad del presidente Gustavo Petro. Hace varios meses no se hacían públicos los resultados, se hizo en octubre, justo cuando al primer mandatario le va bien.
Eso sí, expertos indicaron que si se quisiera tener un mayor referente de orden electoral, es más preciso recurrir a las encuestas enfocadas en las grandes ciudades, pues hay más población y una mayor participación en los comicios.
La visión de cercanos al gobierno y del CNC
Ante la duda que genera la encuesta paga por Gobierno, por una supuesta manipulación de los resultados, conocedores de las comunicaciones en Casa de Nariño le dijeron a este diario que al Gobierno no le conviene tener unas mediciones alejadas de la realidad, pues son una de sus guías para saber cuál es la opinión de la población frente al gobierno y otros temas sobre sus políticas.
A esto le añadieron que el CNC tiene total independencia para hacer las encuestas, que hacen parte de un gran contrato que suscriben con esta entidad. Las únicas intervenciones hechas desde el Ejecutivo son el encargo de los temas que necesitan conocer y una solicitud hecha desde el comienzo del vínculo contractual para ampliar el universo más allá de las grandes ciudades, pues la intención era tener una visión más certera de lo que pasa en el territorio, no solo en las urbes.
En esto agregaron que “las encuestas en general son de las cinco ciudades del país y municipios aledaños” y en el gobierno querían ampliar la cantidad de municipios en los que se preguntaban. Aunque reconocieron que no es lo mismo preguntar en municipios pequeños que en grandes ciudades en cuanto al impacto de la muestra, estas posibles difracciones se pueden reducir en la ponderación de los resultados.
Al consultar el CNC, su máximo representante, Carlos Lemoine, respondió. “Nuestra encuesta va a muchos más municipios que las demás y es telefónica eso hace una diferencia, las grandes ciudades Bogotá y Medellín son muy críticas y si se hace la encuesta entre las grandes ciudades, ellas impactan enormemente el resultado”.
Luego agregó que a pesar de las diferencias, “las tendencias entre las encuestas son similares por ejemplo en el último mes el presidente subió un poco” y destacó que se muestra la “división profunda y pareja del país”. Al final reseñó que desde el gobierno Santos son los que hacen las encuestas a la Presidencia y han usado la misma metodología.