La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos trajo consigo algunas medidas importantes en cada uno de los estados y ciudades, tal como ocurrió en Los Ángeles, California, donde hay polémica por la designación de su nuevo jefe de policía, quien se estima que ayudará a deportar migrantes.
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Trump eligió a Tom Homan, exdirector del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) como el nuevo jefe de policía de Los Ángeles, y según contó él mismo en una entrevista a Fox & Friends, las autoridades federales están dispuestas a aumentar su presencia en la ciudad.
Lo mismo aplicaría para el resto de las ciudades si las mismas no “colaboran”, como sería el caso, entre otras, de Nueva York. El objetivo que tendrá Homan es tomar medidas para asegurar la frontera y mitigar el aumento de migrantes, coincidiendo con la postura del presidente electo.
Además, el nuevo zar fronterizo de Los Ángeles contó que reveló que se siente “honrado” de que Trump lo haya elegido para asumir esta responsabilidad en la ciudad, y sostuvo que el llamado respecto a las intenciones de aumento de seguridad contra migrantes en la frontera “es claro”.
¿Los Ángeles se convertirá en una “ciudad santuario”?
Según Telemundo 51, Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, mantuvo reuniones con grupos de defensa de los derechos de inmigrantes para incentivar una propuesta que convierta a la región en una “ciudad santuario”, lo que tiene como objetivo formalizar en la legislación local las políticas que ya existen en la ciudad.
En ese sentido, una de sus mayores atribuciones tiene que ver con que se prohíba utilizar los recursos de la ciudad para colaborar con las autoridades federales de inmigración, incluyendo personales, propiedades o recursos municipales en la aplicación de la ley de inmigración federal.
Incluso, se reafirmaría la vigente política que prohíbe que el Departamento de Policía de Los Ángeles realice interrogatorios sobre el estatus migratorios de las personas.