En un breve video, el ministro del Interior, Armando Benedetti confirmó que el texto de la propuesta de consulta popular por las reformas llegaría pronto a la plenaria de Senado, instancia que por orden de la Constitución debe avalar o no el llamado a las urnas.
"La consulta popular debe llegar a la plenaria de Senado más o menos en los primeros días de abril", dijo el ministro. De acuerdo con la ley que rige este tipo de mecanismo, el Congreso tendrá 20 días, prorrogables por otros 10 más, para estudiar la propuesta y avalarla o rechazarla.
El ministro del Interior también habló de la cantidad de preguntas que traería y dio pistas de algunos de los temas que se tocarían en esta. "Estas preguntas serían muy sencillas y no serían más de 12 o 12, más o menos", indicó.
También adelantó algunas preguntas que tendría el cuestionario: "Por ejemplo, está usted de acuerdo con que la jornada nocturna comienza a las 6 de la tarde, o usted está de acuerdo con que se pague el 100 por ciento del recargo los domingos y festivos".
En las cuentas que maneja el ministro del Interior, la convocatoria a las urnas se podría estar dando entre junio y agosto.
"Una vez que se presente la consulta ante la plenaria del Senado habría que esperar 30 días. Estaría saliendo a mediados de mayo y ahí se tendría tres meses para convocar", concluyó Benedetti.
El ambiente en Senado
Por el momento, no hay claridad en Senado sobre cuál será el futuro de la consulta. Por un lado, los cercanos al Gobierno han expresado su irrestricto apoyo, como se evidenció desde la misma sesión en la que se hundió la reforma laboral.
Apenas se votó el archivo, los congresistas del Pacto Histórico y los de la Alianza Verde afines a Gobierno comenzaron a gritar: "consulta popular, consulta popular".
También está clara la posición de Cambio Radical, que decidió ir en contra de la propuesta desde el inicio. A pesar de que el senador Carlos Fernando Motoa, uno de sus referentes, dijo estar dispuesto a tramitar la propuesta para hacer campaña por el no, luego la colectividad decidió cerrar filas para rechazarla.
En cambio, en el resto de partidos no hay claridad frente a la propuesta. Buena parte han señalado que esperarán a que el texto final llegue al Senado para ver cuáles son las preguntas. Estos sectores han entendido la difícil posición en la que se encuentran, pues un no a la consulta puede ser aprovechada por el Ejecutivo para impulsar su tesis del bloqueo institucional. Sin embargo, también hay preocupación por el contenido de las preguntas.