De aquí al 2035 Colombia necesitaría construir alrededor de 4,1 millones de viviendas para atender las necesidades de la población. La pregunta es si estas nuevas construcciones se realizarán de manera formal o del lado informal, uno de los flagelos que más le afecta en estos momentos al sector.
Invasiones en Bogotá. Foto:Archivo EL TIEMPO.
“La carrera que tenemos es contra la informalidad urbana. Hay que atacar este problema. El 40 por ciento de las viviendas en Colombia son informales. La informalidad afecta los derechos fundamentales”, aseguró Guillermo Herrera, presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) en el congreso verde que realiza en Bucaramanga.
En total, el gremio destacó que el acceso a la vivienda formal se ha reducido en solo dos años. Según sus cálculos, si bien en el 2022 cuando comenzó el gobierno de Gustavo Petro siete de cada 10 hogares podían acceder, hoy en día son solo cuatro de cada 10, es decir, el resto está en la informalidad.
“Lo único que genera la construcción informal es pobreza y precariedad. La política de vivienda no puede ceder espacio a la informalidad. Más de 1,6 millones de hogares en Colombia no cuentan con acceso a acueducto", sentenció Herrera.
Además, aseguró que el futuro de la construcción en el país no puede dejar de lado la sostenibilidad. En la actualidad, tienen la certificación Edge, otorgada por la Corporación Financiera Internacional (IFC), miembro del Grupo del Banco Mundial, alrededor de 21 millones de metros cuadrados, la mayoría viviendas de interés social.
Las construcciones son certificadas como sostenibles. Foto:iStock
Con cifras a marzo, tenían este tipo de certificación más de 295.000 unidades de vivienda en el país repartidas por 19 regiones. De ellas, el 72 por ciento eran VIS.
La meta del gremio Camacol, el cual impulsa esta certificación en el país, es que el 50 por ciento de las viviendas entregadas al 2030 tengan esta certificación, lo que representa un total de 428.000.
“Hoy somos el país número uno en certificación Edge y tenemos alrededor del 25 por ciento de los metros cuadrados en todo el mundo”, manifestó Herrera.
Para las personas, habitar una vivienda certificada Edge supone beneficios como ahorro en el costo de los servicios públicos. Se estima que la factura de la energía y del agua puede reducirse entre un 20 y un 40 por ciento. Entre tanto, los constructores cuentan con beneficios tributarios y pueden acceder a tasas diferenciales.
Pedro Martínez, codirector ejecutivo de Jaramillo Mora Constructora, señaló que ya el 100 por ciento de sus proyectos están certificados. “Tenemos alrededor de 20.000 unidades de vivienda certificados, lo que impacta a más de 60.000 personas. Lo importante es arrancar y montarnos todos”, dijo.
Renovacion Urbana Centro Foto:Empresa de Renovación Urbana (ERU)
Para la arquitecta Eliza Pozo, experta invitada al congreso, las ciudades son lugares donde las personas viven y se desarrollan y estas influyen directa o indirectamente en la salud por lo que es necesario generar espacios sostenibles y saludables.
“La regeneración urbana puede garantizar una vida sana y promover el bienestar de los residentes de todas las edades mediante la mejora del conjunto de los determinantes sociales de la salud como la calidad del aire, el acceso a espacios verdes o la seguridad en las calles y acceso universal”, indicó.