El accidente nuclear de Chernobyl, ocurrido en 1986, marcó un antes y un después en la historia debido a su impacto en la humanidad y el medio ambiente. Más de tres décadas después, los perros que viven en la zona de exclusión se conviertieron en un caso único para la ciencia, revelando datos clave sobre la capacidad de adaptación a la radiación.
Una reciente investigación publicada en Science Advances destaca cómo estos animales han desarrollado características genéticas que podrían transformar el entendimiento de los efectos de la radiación en los seres vivos.
Un entorno hostil, una población única
Estos perros enfrentan condiciones adversas, como altos niveles de radiación, escasez de recursos y temperaturas extremas. Pese a ello, lograron sobrevivir y establecerse como una población peculiar en el mundo.
Un equipo de expertos de la Universidad de Carolina del Sur y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano analizó el ADN de 302 perros localizados en distintas áreas de la zona de exclusión, incluidas aquellas cercanas al reactor nuclear.
Los investigadores compararon su material genético con el de perros de otras regiones y hallaron diferencias significativas en aquellos que viven cerca de la planta nuclear. Estas variaciones podrían ser resultado de mutaciones provocadas por la radiación, evidenciando un proceso evolutivo acelerado.
¿Qué revelaron los estudios sobre estos perros?
Entre los descubrimientos más relevantes, los científicos identificaron que esta población presenta una mayor homogeneidad genética, lo que sugiere la existencia de grupos familiares estables a lo largo del tiempo. Asimismo, encontraron una conexión genética con los pastores alemanes, lo que indicaría que descienden de perros domésticos abandonados durante la evacuación masiva tras el desastre.
Los investigadores también señalaron que ciertas mutaciones podrían haber permitido a los perros adaptarse mejor a las condiciones hostiles, como ha sucedido con otras especies de la zona, entre ellas ranas que desarrollaron tonalidades más oscuras para resistir los efectos de la radiación.
Mutaciones genéticas en perros de Chernobyl revelan evolución acelerada en condiciones extremas. Foto:iStock
Implicaciones más allá de Chernobyl
Este estudio no solo destaca la capacidad de adaptación genética de los perros en entornos extremos, sino que también abre la puerta a investigaciones relacionadas con la exposición prolongada a la radiación.
Según los expertos, estos hallazgos podrían tener aplicaciones prácticas en áreas como la exploración espacial, donde los organismos enfrentan condiciones similares.
Al desafiar las ideas tradicionales sobre los efectos perjudiciales de la radiación, los perros de Chernobyl ejemplifican la resiliencia biológica y ofrecen una visión esperanzadora sobre la evolución y la supervivencia en ambientes hostiles.
Desastre nuclear de Chernóbil: ¿qué pasó el 26 de abril de 1986? | El Tiempo
MATÍAS TORINO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.