Más allá de quién gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos, a partir de enero del 2025, cuando la Casa Blanca tenga oficialmente un nuevo inquilino, se vendrán ajustes en la política exterior incluidas las relaciones bilaterales con Colombia, uno de los aliados más cercanos de Washington en la región.
Conforme a los criterios de
No obstante, el ajuste promete ser telúrico dependiendo de quién termine imponiéndose entre la vicepresidenta Kamala Harris y el republicano Donald Trump.
De acuerdo con una serie de analistas entrevistados por este diario, a pesar de las diferencias ideológicas con el gobierno de Gustavo Petro, la permanencia de los demócratas en la Oficina Oval, probablemente, se traduciría en la continuidad de las políticas actuales de la administración de Joe Biden que se han caracterizado por el pragmatismo.
“Es muy probable que una administración Harris siga políticas muy similares a las de la actual administración. Esto incluiría un apoyo público a la Paz Total y un fuerte respaldo a la agenda medioambiental de Petro”, dice el exembajador estadounidense ante Colombia, Kevin Whitaker.
Whitaker advierte que si bien los que toman las decisiones en Estados Unidos tienen motivos para estar decepcionados con las políticas de Petro en los asuntos de su mayor interés: “la erradicación de cultivos de coca, frenar el flujo masivo de inmigrantes de terceros países a través del territorio colombiano y tomar una postura más franca frente a la resolución democrática en Venezuela; la administración Biden ha optado por centrarse en lo positivo, al menos públicamente, y eso no cambiaría con Harris”.
Es muy probable que una administración Harris siga políticas muy similares a las de la actual administración. Esto incluiría un apoyo público a la Paz Total
Algo en lo que coincide Michael Shifter, ex director del think tank Diálogo Interamericano y académico de la Universidad de George Washington.
Según Shifter, Colombia, por un tema de prioridades, no estará tan alto en la agenda de la vicepresidenta que, desde su perspectiva, probablemente nombrará un equipo de trabajo cuya tarea será mantener la relación bilateral aceitada y funcional.
“No creo que Kamala Harris se vaya a dar un cálido abrazo con el gobierno Petro, pero tampoco buscará una confrontación. Más bien, optará por brindar un compás de espera hasta que se determine quién será el presidente de Colombia en 2026 y con quien tendrá que trabajar de allí en adelante”, afirma el analista.
Sobre este asunto, la analista del Centro Woodrow Wilson y profesora adjunta de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Johns Hopkins, Cynthia Arnson, destaca que Harris “buscará la manera de construir puentes y mantener una relación que ha florecido durante muchas décadas entre las fuerzas armadas y la policía colombiana, mientras se concentra en líneas de cooperación que tengan eco como los temas migratorios, de energía renovable, diversidad y medioambiente”.
Ahora bien, pese a que con Harris se prevé que habrá un reconocimiento de la importancia de Colombia como actor regional y de la relación histórica que ha trascendido a los presidentes de turno, eso no implica que no puede haber roces.
Si los cultivos de coca continúan creciendo -según la ONU en 2023 alcanzaron su nivel más alto en toda la historia-, se deteriora aún más la seguridad en el territorio y Colombia sigue siendo un trampolín para los indocumentados con rumbo a EE. UU., es posible que la administración Harris ejerza una mayor presión sobre el gobierno Petro.
Pese a ello, nadie anticipa grietas de consideración, salvo que en el país se presente una ruptura de la democracia.
" title="YouTube video player" frameborder="0" allowfullscreen width="560" height="315" >
¿Qué le puede esperar a Colombia si gana Donald Trump?
Así como los expertos coinciden en el diagnóstico de lo que se vendría con Harris, hay unanimidad en que con Trump las relaciones bilaterales entrarían en una era mucho más explosiva.
“Dada la suposición razonable de que el Trump 2.0 que regrese a la Casa Blanca será mucho menos diplomático que el de antes, es fácil imaginar que le exigirá públicamente a Petro que reanude la erradicación aérea de la coca, pida el establecimiento de barreras físicas más efectivas contra la migración ilegal e insista en que Colombia ejerza una mayor presión sobre la dictadura de Maduro”, sostiene Whitaker.
Según el embajador, es importante recordar que, durante la primera administración de Trump, el republicano emitió amenazas públicas y privadas contra el gobierno conservador de Iván Duque y estuvo a punto de descertificar el país en 2019 por el crecimiento de los cultivos ilícitos que se venía registrando.
“Duque, sabiamente, optó por ignorar las reprimendas públicas y se concentró en construir una relación bilateral lo más positiva posible. Sin embargo, Petro puede que no haga lo mismo”, explica Whitaker al considerar que “es importante que el gobierno colombiano tenga en cuenta la naturaleza transaccional de Trump, quien por todo espera una retribución. Y, en eso, existe espacio para trabajar”, agrega.
Y es que, con Trump, dice Arnson, la lucha contra las drogas vuelve a ser uno de los ejes centrales de la relación con Colombia, por lo que lo más probable es que, una vez regrese al poder, adopte la misma línea de la actual Cámara de Representantes -controlada por republicanos- que ha propuesto recortar la ayuda a Colombia y poner más restricciones al desembolso de la misma.
Lo más probable es que dirija mucha de su atención a México, puerta de llegada de los migrantes, al tráfico de fentanilo y a China
Shifter, por su parte, opina que, si bien la lucha contra las drogas y la inmigración serán centrales en las políticas de Trump, Colombia no sería el blanco central del expresidente en materia internacional.
“A Trump le encantan las peleas, pero no creo que quiera una con Petro porque no es un actor relevante para sus intereses. La coca, además, ya no está en el radar del grueso de la lucha mundial. Así las cosas, lo más probable es que dirija mucha de su atención a México, puerta de llegada de los migrantes, al tráfico de fentanilo y a China”, destaca el académico.
El problema, opina Shifter, es que sea Petro quien busque cazar una disputa con Trump, lo que indudablemente conduciría a un deterioro de las relaciones.
El Congreso, un actor clave en la relación con Colombia
Por supuesto, mucho de lo que está por venir dependerá de la composición del congreso estadounidense, que también se definirá en las elecciones del martes, pues el Legislativo es la rama encargada de aprobar el presupuesto de gasto y la que tiene el poder para imponer condiciones.
En ese sentido, no es lo mismo una Casa Blanca ocupada por Harris trabajando con un Congreso dividido o controlado por los republicanos, que un Trump en la Oficina oval bajo este mismo escenario.
Cabe destacar que, a pesar de que el republicano intentó disminuir la ayuda para el país durante los cuatro años que estuvo en la Casa Blanca (2017-2021), los recortes nunca se materializaron gracias a que los demócratas controlaron desde el 2018 al menos una de las dos Cámaras parlamentarias.
Y lo mismo sucedió en el actual periodo presidencial de Biden donde, pese a las presiones por reducir la ayuda a Colombia desde que los republicanos ganaron la Cámara de Representantes en 2022 y desde que Petro llegó a la Casa de Nariño, la situación ha sido neutralizada por los demócratas.
Por eso, un escenario complejo para nuestro país sería aquel en que Harris retenga la Oficina Oval, pero los demócratas pierdan el control del Congreso, pues podrían venirse grandes reducciones en la ayuda. Especialmente, ahora que existen tantos focos de gasto en política exterior siendo Oriente Medio y Ucrania una prioridad.
Ahora bien, si hay una victoria de Trump y los republicanos mantienen una de las dos cámaras o se llevan las dos, los recortes podrían ser aún más agudos. Al punto, dice Shifter, que la ayuda podría hasta eliminarse del todo o condicionarse de tal forma que nunca terminaría desembolsada.
Un panorama que demuestra que, para bien o para mal, hay mucho en juego para Colombia en estas elecciones estadounidenses.
" title="YouTube video player" frameborder="0" allowfullscreen width="560" height="315" >
SERGIO GÓMEZ MASERI - Corresponsal de EL TIEMPO - Washington