Un estudio reciente sugirió que las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre podrían tener un impacto significativo en la salud cerebral a largo plazo, especialmente para los adultos mayores, para disminuir el riesgo de demencia.
La investigación, publicada en The Journal of Gerontology Series A y recuperada por New York Post, evaluó los patrones de actividad diaria de casi 400 personas mayores de 60 años y destacó que algunas sedentarias son más beneficiosas para la memoria y las habilidades cognitivas que otras, como por ejemplo leer, escuchar música, rezar, realizar manualidades o tocar un instrumento musical.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 55'000.000 de personas en el mundo sufren de demencia de algún tipo y se registran cerca de 10 millones de nuevos casos cada año.
Además, el estudio destacó que actividades sociales, como conversar con otras personas y mantener una vida social activa, también resultaron ser favorables para la función cognitiva.
La Dra. Maddison Mellow subrayó que aunque el mensaje de “moverse más y sentarse menos” sigue siendo válido para la salud general, la relación entre comportamientos sedentarios y la función cognitiva requiere un enfoque más detallado.
“Ya sabemos que la actividad física es un fuerte protector contra el riesgo de demencia, y esto debe priorizarse si se busca mejorar la salud cerebral”, dijo. Sin embargo, destacó que incluso pequeños cambios, como reemplazar cinco minutos de una actividad sedentaria con otra más estimulante, pueden marcar una diferencia.
Leer es un hábito que ayuda a estimular el cerebro y prevenir el deterioro cognitivo en la vejez. Foto:iStock
Las conductas que debería evitar para prevenir la demencia en Estados Unidos
De acuerdo al estudio que recuperó New York Times, en la vereda opuesta, actividades más pasivas, como ver televisión o jugar videojuegos, no ofrecen los mismos beneficios para prevenir la demencia.
Por otro lado, un estudio de la RAND Corporation en California que recogió el meido citado identificó factores de riesgo asociados con el deterioro cognitivo en personas de 60 años, con proyecciones hasta los 80.
Entre estos factores, se incluyeron la falta de ejercicio y un bajo compromiso con los pasatiempos. Según Peter Hudomiet, coautor del estudio y economista de RAND, “mantener una buena salud física y mental no solo es beneficioso para estar en forma, sino también para retrasar el deterioro cognitivo”.