El gobierno de Gustavo Petro le ha puesto el acelerador al debate de la reforma política. Apenas pasaron dos semanas desde la radicación del proyecto y la presentación de la ponencia. Se espera que en los próximos días se agende el primer debate. Por eso es necesario ver los cambios que hubo entre el proyecto original y la ponencia.
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El texto final para el primer debate ha tenido algunos cambios importantes frente a la propuesta original del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. La principal modificación entre propuestas está en la forma de elección de los magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE). Este ha sido un tema polémico pues justo el presidente Gustavo Petro enfrenta un proceso en dicha instancia, pero el ministro Cristo ha insistido en que es un cambio que el país tiene pendiente desde hace mucho.
“Todos los presidentes han tenido procesos de sus campañas en el CNE. Ese no es un argumento, es muy pobre. Lo que quieren decir es que ahora el CNE resultó con defensores por cuenta de la investigación al presidente Petro, cuando todos sabemos que debemos reformar la autoridad electoral en Colombia”, dijo el ministro en entrevista con EL TIEMPO,
Bajo esta lógica, Cristo presentó inicialmente una propuesta para eliminar el origen partidista de los miembros del CNE. La solución planteada inicialmente fue que las altas cortes (Constitucional, Suprema y Consejo de Estado) eligieran los nueve magistrados del CNE, cuya postulación se daría por una convocatoria pública. No obstante, en el Congreso no hubo buen recibimiento a esta propuesta.
Sectores del Pacto Histórico no eran afines a esta propuesta puesto que cuestionan entregar aún más funciones electorales a las altas cortes. Para estos, el tema de la terna a Procuraduría demostró la politización de estos tribunales con los candidatos que presentaron. De esta manera, en la ponencia para primer debate se hicieron algunos cambios de fondo a la propuesta inicial de Cristo.
Se llegó a un punto medio para reducir en gran medida el origen político de los magistrados del CNE. En el texto a discutir en la Comisión Primera de Cámara se determinó que se mantiene la elección por parte del Congreso, tal como actualmente está, pero se limita la politización del tribunal al mantener la postulación por convocatoria pública.
Algunos expertos han llamado la atención sobre este cambio, pues consideran que era uno de los puntos centrales de la reforma. “En plena polémica sobre las funciones del CNE, el Congreso ya quitó lo esencial del tema de la propuesta de reforma política”, dijo en sus redes sociales el analista y profesor Yann Basset.
Otro de los cambios de fondo entre proyecto y ponencia de primer debate es el tema de la adquisición progresiva de derechos planteada por el ministro del Interior, juan Fernando Cristo. Aunque se mantiene el reconocimiento de personería jurídica tanto a movimientos políticos como a partidos, a los primeros se les pone condiciones más duras a las planteadas en el texto inicial para lograr este reconocimiento.
En el proyecto radicado hace dos semanas se indicaba que se entregaba la personería a los movimientos políticos si se tenía afiliados equivalentes al uno por ciento del censo electoral, esta cifra se subió en la ponencia a tres por ciento. El argumento con el que se hizo este incremento es que se está creando una analogía con el sistema que actualmente le da personería política a los partidos, pues se les exige obtener una votación mínima del tres por ciento del censo en las elecciones del Senado.
El texto para primer debate quitó uno de los temas más polémicos del proyecto original y era un parágrafo transitorio que permitía que para 2026 no hubiese pérdida de personería jurídica si no se superaba el umbral electoral. Hubo críticas a este punto pues se consideraba que era una forma de proteger las personerías de partidos como Comunes, que están en riesgo de no alcanzar un mínimo de votos en los próximos comicios para seguir siendo partido.
Otro elemento diferenciador frente al proyecto original es que se introducen dos artículos que buscan acabar una vez por todas con el debate de cuándo se debe renunciar a la afiliación de un partido y a una curul para poder aspirar por una colectividad distinta. En los dos artículos se deja claro que la renuncia debe ser un año antes de la inscripción, de esta manera se acaba la polémica de si el abandono del cargo y del partido debía ser con referencia al día de la elección o al de la inscripción de la postulación.
Este punto es llamativo pues no solo entra a acabar un debate jurídico de vieja data sino que los ponentes evitaron meterse con el tema del transfuguismo. Hay un proyecto paralelo que busca habilitar esta figura y esta reforma era un espacio para introducir esta propuesta crucial para el Pacto Histórico.
El otro aspecto que cambia entre textos es una aclaración que organizaciones como la MOE venían reclamando. En el texto original se dejó un vacío sobre cómo sería la financiación de los procesos de democracia interna pues al instaurarse las listas cerradas se podían trasladar los vicios de las listas abiertas a esta etapa previa.
Ante este cuestionamiento se dejó claro que serán los mismos principios de los procesos electorales nacionales consagrados en la reforma. Es decir, será financiación estatal a totalidad. Aunque esto abre nuevos cuestionamientos pues hay que aclarar el costo fiscal del proyecto.
Un debate que se dará desde el comienzo
Hay un punto que no se incluyó en la ponencia pero que será un debate seguro y es el voto obligatorio. El representante Carlos Felipe Quintero es uno de los ponentes y reveló este jueves que insistirá en el debate que se incluya un artículo para hacer obligatoria la participación en las jornadas electorales.
"Vamos a proponer el voto obligatorio. En Colombia es necesario ese voto obligatorio para evitar tanta corrupción, tanta compra de votos que es lo que hemos criticado. La mayor corrupción en Colombia parte de las elecciones política", dijo Quintero.