"El suelo está sembrado de cadáveres y de pedazos de carne, y los heridos no encuentran un médico que los atienda", dice Ramiz al Amarin, un desplazado palestino, desde el hospital al Ahli en Ciudad de Gaza. "Reavivaron el fuego del infierno", añadió a la agencia AFP este palestino de 25 años al relatar el caos devenido tras los bombardeos israelíes lanzados desde la madrugada del martes contra el devastado territorio palestino.
Tras semanas de relativa calma, Israel llevó a cabo esta semana la oleada más mortífera de bombardeos en la Franja de Gaza desde el inicio de la tregua con Hamás el 19 de enero y que, según la agencia de Defensa Civil de la Franja, deja al menos 520 personas muertas, entre ellas 190 menores.
Se trata de uno de los balances más elevados desde que comenzó la guerra hace más de 17 meses con el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, alegó que solo la presión militar forzará la liberación de los 59 rehenes que aún tiene Hamás en su poder tras el impasse causado por su negativa de avanzar a la fase II del acuerdo.
Benjamin Netanyahu y Donald Trump en la Casa Blanca (feb/4/2025) Foto:AFP
"Si no se libera a todos los rehenes israelíes y no se elimina a Hamás de Gaza, Israel actuará con una fuerza nunca vista. Sigan el consejo del presidente de Estados Unidos (Donald Trump): devuelvan a los rehenes y eliminen a Hamás, y se les abrirán otras opciones, incluyendo ir a otros lugares del mundo para quienes lo deseen", afirmó Netanyahu al advertir que "la alternativa es la destrucción y la devastación totales".
Por su parte, el ministro de Defensa, Israel Katz, amenazó con la anexión a Israel de territorio gazatí si Hamás no entrega a más rehenes.
"El ataque aéreo contra los terroristas de Hamás fue solo el primer paso. El resto será mucho más difícil y pagarán el precio", dijo Katz antes de añadir que los gazatíes serán de nuevo desplazados de sus casas, como ya sucedió durante la ofensiva terrestre contra el norte del enclave y luego en Rafah (sur) que dejó a 1,9 millones de personas desplazadas, el equivalente al 80 % de la población.
Y si bien la milicia palestina Hamás dijo el viernes que se encuentra estudiando la propuesta de Estados Unidos para extender el alto el fuego hasta la tercera semana de abril con el objetivo de retomar el intercambio de rehenes y que comience una negociación para el fin definitivo de la guerra, varios analistas afirmaron que la probabilidad de extender el cese es baja y que, contrariamente, la posibilidad de que Israel reanude un ataque a gran escala es cada vez mayor.
Jonathan Panikoff, ex alto funcionario de inteligencia estadounidense, afirmó que el conflicto se encamina rápidamente hacia un escenario final: una ocupación militar israelí de Gaza que duraría meses, si no años.
Sale humo tras un ataque israelí cerca del campo de refugiados en Gaza. Foto:AFP
No hay nada que indique que Hamás esté listo para un nuevo acuerdo de inmediato, ni que los israelíes lo estén. Tanto la actual coalición gubernamental israelí como Hamás mantienen posturas maximalistas que no presentan una coincidencia significativa
Jonathan PanikoffEx alto funcionario de inteligencia de Estados Unidos
“No hay nada que indique que Hamás esté listo para un nuevo acuerdo de inmediato, ni que los israelíes lo estén. Tanto la actual coalición gubernamental israelí como Hamás mantienen posturas maximalistas que no presentan una coincidencia significativa”, expresó Panikoff, actualmente miembro del Atlantic Council.
Una muestra de la frágil posibilidad de negociación, fueron los ataques con cohetes lanzados hacia Tel Aviv por parte de Hamás el jueves y que forzaron al Ejército israelí a evacuar varias áreas costeras.
“El comportamiento asesino de Hamás, junto con los incesantes ataques de Irán, ya sea a través de aliados como Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen, o directamente mediante el lanzamiento de misiles y drones explosivos contra centros urbanos en Israel, refuerzan la necesidad de una respuesta firme y decisiva”, dijo por su parte a este diario Mattanya Cohen, director adjunto para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel al subrayar que “el Estado de Israel no permitirá que una organización terrorista siga controlando la Franja de Gaza una vez que termine la guerra”.
El comportamiento asesino de Hamás, junto con los incesantes ataques de Irán, ya sea a través de aliados como Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen, o directamente mediante el lanzamiento de misiles y drones explosivos contra centros urbanos en Israel, refuerzan la necesidad de una respuesta firme y decisiva
Mattanya CohenDirector adjunto para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel
Pero, desde la perspectiva de Panikoff, “las posibilidades de que Israel destruya completamente a Hamás son nulas”. “Su ideología siempre resultará atractiva para algunos en Gaza, aunque muchos también culpan al grupo, junto con Israel, de la insondable destrucción y las pérdidas que sufren”.
Personas ondean banderas nacionales israelíes mientras permanecen detrás de ataúdes de los rehenes. Foto:BENJAMIN CREMEL / AFP
¿Qué mueve a al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu?
Los críticos de Netanyahu argumentan que el primer ministro ha evitado un acuerdo viable con Hamás con el fin de preservar su coalición política, que incluye a partidarios de la derecha radical.
El martes, Itamar Ben-Gvir anunció que su partido de extrema derecha, el Poder Judío, se reincorporaría al gobierno de Netanyahu para apoyar la renovada ofensiva, por lo que, una vez aprobado, los legisladores de este frente reforzarían la escasa mayoría de del premier en el Parlamento.
“La reanudación de las hostilidades refuerza el apoyo político del ala derecha del primer ministro, por lo que ya no cabe duda de que Netanyahu prioriza su permanencia en el poder por encima del bienestar a largo plazo de su nación o de la paz y la estabilidad en la región”, señaló Gina Abercrombie-Winstanley, del Atlantic Council y del Centro Scowcroft de Estrategia y Seguridad, al Washington Post.
Desde su perspectiva, “esta medida le otorga al premier la estabilidad política necesaria para contener la resistencia a sus acciones internas, ya sea el despido de su jefe de inteligencia nacional o sus continuos enfrentamientos con el poder judicial”.
La reanudación de las hostilidades refuerza el apoyo político del ala derecha del primer ministro, por lo que ya no cabe duda de que Netanyahu prioriza su permanencia en el poder por encima del bienestar a largo plazo de su nación o de la paz y la estabilidad en la región
Gina Abercrombie-WinstanleyAtlantic Council
Rehenes en la Franja de Gaza. Foto:AFP
Entretanto, los familiares de los palestinos fallecidos permanecen en la incertidumbre. "No esperaba que se reanudaran los combates, sobre todo después de que Trump dijo que no quería la guerra", comentó a la Netanyahu Gaza un palestino del barrio Al Nasr donde decenas murieron o resultaron heridos tras los bombardeos.
Al respecto, Abercrombie-Winstanley considera que Netanyahu accedió a un cese al fuego para darle “un regalo de bienvenida a Trump”, que había prometido detener esa guerra, así como la de Ucrania, en su “primer día” de gobierno.
Pero, aunque la administración republicana intentó extender la tregua y forzar el intercambio de prisioneros, aparentemente, esta semana Netanyahu convenció a Trump -que dio luz verde a los nuevos ataques- de que la paz no será posible hasta que no se destruya completamente la amenaza que representa Hamás.
De ahí que, los bombardeos de Estados Unidos contra los Hutíes en Yemen y las amenazas contra Irán para que negocie la entrega de su arsenal nuclear serían parte de esta misma apuesta maximalista de pacificación en Oriente Medio que, no obstante, la mayoría de los expertos cree que está condenada al fracaso, así como las anteriores apuestas tanto diplomáticas como militares respaldadas por presidentes estadounidenses en el pasado.
“La administración Trump, ocupada con Ucrania, indicó que aceptaría el enfoque de Israel en Gaza y, sin la presión para seguir con el plan acordado en un inicio, el gobierno israelí parece decidido a lograr ambos objetivos mediante una nueva ofensiva militar”, expresa a este diario Linda Robinson, investigadora del Consejo de Relaciones y experta en asuntos de Oriente Próximo.
Robinson añade que “Hamás tampoco ha ayudado a su imagen en la opinión pública internacional con acciones recientes, como exhibir los ataúdes de rehenes fallecidos, lo que generó una reprimenda del secretario general de la ONU”.
Por ende, y consciente de lo que viene, Trump parece estar preparando el terreno para un efecto doméstico del escalamiento del conflicto en Gaza con el anuncio de desfinanciar a las universidades que fueron epicentro de la movilización estudiantil contra la guerra el año pasado, así como el arresto y amenaza de deportación del activista que las encabezó, a pesar de contar con una green card.
El viernes, la Universidad de Columbia terminó por aceptar las demandas del presidente para combatir el antisemitismo –que incluyen el nombramiento de un supervisor para el departamento de Oriente Medio y el Centro de Estudios Palestinos- en aras de evitar el recorte equivalente a 400 millones de dólares de fondos y contratos federales.
Huir de nuevo, la única salida que tienen los palestinos en Gaza
El Ministerio de Salud de la agencia de Defensa Civil, que suele prestar los primeros auxilios en la Franja, advierte que desde hace semanas carece de lo necesario para ayudar a los 2,4 millones de gazatíes dado que el centro opera de manera limitada debido al bloqueo por parte de Israel de la ayuda humanitaria y del combustible.
De hecho, la harina necesaria para hacer pan en Gaza, uno de los alimentos básicos para la población civil, podría agotarse en menos de una semana, según advirtió la agencia de la ONU para los refugiados palestnos, UNRWA.
Por eso, muchos han decidido huir de nuevo. Con bolsas y mantas, lo hicieron incluso antes de que el ejército ordenara evacuar las zonas fronterizas y pese a su estado de shock.
Y es que la gran incógnita es qué ocurrirá con los palestinos en Gaza cuando les resulta imposible permanecer en medio de los incesantes ataques y Egipto, la única frontera que tienen para huir, insistió este viernes en que no permitirá desplazar o reubicar a los gazatíes en su territorio, sea de forma "forzosa o voluntaria".
"Esto representaría la liquidación de la causa palestina y una grave amenaza a la seguridad nacional egipcia", señalaron en un comunicado al desmentir la información que circuló en medios árabes donde se señalaba que El Cairo estaría dispuesto a acoger a una parte de la población de Gaza de forma temporal.
Contrariamente, el plan de reconstrucción propuesto por Egipto, adoptado por los 22 Estados de la Liga Árabe y aprobado por la Organización de Cooperación Islámica (OCI), busca impedir la expulsión de los gazatíes de sus tierras, en contraposición a los planes de Trump de convertir el enclave en la 'Riviera de Oriente', eso sí, sin sus habitantes actuales.
Panikoff, no obstante, advierte que el problema del plan árabe “no es que no describa una hoja de ruta útil para la reconstrucción, sino que omite por completo la cuestión de Hamás y la seguridad en la Franja de Gaza”.
De ahí que, como lo explica Cohen, “Israel no amenaza con una evacuación forzosa, pero insta a la población no involucrada en actividades terroristas a trasladarse a zonas previamente designadas para garantizar su seguridad”.
Y mientras se escribe el futuro, es claro que los problemas fundamentales persisten tanto para la sociedad israelí como para la gazatí.
Hamás es una amenaza que juega con el destino de los rehenes restantes, en particular de aquellos que se cree que aún siguen vivos, mientras que los bombardeos y las acciones militares israelíes provocarán la masacre de cientos de civiles y jóvenes no implicados que no tienen escapatoria de la zona de combate.
Ahmed Fouad AlkhatibAtlantic Council
“Hamás es una amenaza que juega con el destino de los rehenes restantes, en particular de aquellos que se cree que aún siguen vivos, mientras que los bombardeos y las acciones militares israelíes provocarán la masacre de cientos de civiles y jóvenes no implicados que no tienen escapatoria de la zona de combate. Además, es probable que la diplomacia árabe continúe con declaraciones inconexas que no instan explícitamente a Hamás a dimitir y abandonar Gaza, como se ha ofrecido de forma creíble en múltiples ocasiones”, comentó Ahmed Fouad Alkhatib, investigador senior del Atlantic Council y fundador y director del proyecto Realign For Palestine.
“Mientras no haya voluntad de dejar claro este hecho y aclarar que no habrá un periodo posconflicto en Gaza a menos que Hamás sea derrocado, prácticamente nada cambiará ni para los palestinos ni para los israelíes”, sentenció el experto.
STEPHANY ECHAVARRÍA (*) - EDITORA INTERNACIONAL – EL TIEMPO @stephechavarria
(*) El artículo contó con la colaboración en reportería de Jana Beris en Jerusalén, Sergio Gómez Maseri en Washington y Carlos José Reyes en Bogotá