Un empresario de la región de Campania, en Italia, llevó a cabo excavaciones ilegales en el centro de Nápoles, donde a una profundidad de ocho metros descubrió una iglesia medieval.
Conforme a los criterios de
Este terreno, que se encontraba bajo su control, fue intervenido por los Carabineros, quienes confiscaron el área y detuvieron las excavaciones. La iglesia medieval, que data del siglo XI, era desconocida hasta el momento, según informó la agencia 'EFE'.
Durante las excavaciones, se reveló un ábside semicircular decorado con frescos en buen estado de conservación, los cuales muestran a un Cristo entronizado. Aunque la imagen está parcialmente preservada, se pueden apreciar ornamentos en su parte inferior, junto con una inscripción que aún no ha sido descifrada en su totalidad.
Además, se descubrió el antiguo pavimento de la iglesia, compuesto por losas de mármol blanco.
Este importante hallazgo enriquece el patrimonio cultural, ya que se trata de un raro ejemplo de arte medieval, sumándose a los pocos testimonios pictóricos de esta época que existen en Italia.
Durante la investigación, las autoridades inspeccionaron varias propiedades del empresario en el centro histórico de Nápoles, descubriendo más pasadizos subterráneos con excavaciones no autorizadas.
En el proceso, se incautaron alrededor de 10.000 fragmentos de cerámica arqueológica de la época romana y medieval, probablemente provenientes de la antigua Neápolis. Además, la Policía recuperó un total de 453 piezas arqueológicas intactas de época romana, incluyendo ánforas, lámparas de aceite, pipas de terracota y monedas tanto romanas como medievales.
Todo el material recuperado, junto con la zona subterránea descubierta, será objeto de nuevas investigaciones y estudios científicos detallados.
Los hallazgos arqueológicos en Italia juegan un papel crucial en la preservación de la cultura, ya que proporcionan una conexión directa con el pasado y permiten una mejor comprensión de la historia y las tradiciones de la región.
La conservación de estos sitios no solo protege las piezas históricas de la degradación y el saqueo, sino que también asegura la transmisión de conocimientos a futuras generaciones, ayudando a preservar la identidad cultural y fomentando un sentido de pertenencia y continuidad.
Organizaciones como la Unesco han establecido directrices para proteger estos sitios, definiéndolos como lugares de valor universal excepcional que reflejan las características espirituales, materiales e intelectuales de una sociedad, según lo menciona la Universidad de Harvard.
Asimismo, entidades como el Getty Conservation Institute señalan que el manejo de estos recursos es esencial para equilibrar la conservación y el acceso público, dado el impacto que el turismo y el desarrollo urbano pueden tener sobre estos patrimonios.
El patrimonio cultural puede manifestarse de diversas maneras, y representa una herencia que se transmite de generación en generación.
Los aspectos intangibles incluyen tradiciones orales, lazos comunitarios y lenguas, mientras que el patrimonio tangible abarca elementos físicos que se han preservado a lo largo del tiempo, reflejando conocimientos históricos y culturales, facilitando así su transmisión, concluye la Universidad de Harvard en su informe sobre la importancia del patrimonio cultural.
La Nación Argentina / GDA.
Más noticias
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basada en información de La Nación Argentina / GDA. Contó con la revisión de un periodista y un editor.