Ir al médico para un chequeo rutinario es una práctica que todos deberíamos considerar, ya que muchas veces las pruebas de salud pueden descubrir problemas antes de que se presenten síntomas evidentes. Este fue el caso de Tina O'Connor, quien, al someterse a un examen de rutina, recibió un diagnóstico devastador que cambió su vida para siempre. Lo más impactante fue que no tenía síntomas visibles.
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Según comentó Tina O'Connor, originaria de Irlanda, al medio Daily Mail, había formado una vida estable en Sydney, Australia, tras mudarse allí a los 27 años. A los 41 años, decidió acudir a su médico para realizar un chequeo de salud general antes de intentar formar una familia. Como parte del proceso, su médico sugirió realizar un examen opcional, debido a su edad, para evaluar su fertilidad y salud ginecológica. Aunque no experimentaba ningún síntoma alarmante, decidió someterse a las pruebas.
Lo que en principio parecía ser una revisión rutinaria para asegurarse de estar en óptimas condiciones de salud, pronto tomaría un giro inesperado. A los pocos días, recibió una llamada de la clínica: el examen había revelado la presencia de cáncer de endometrio, una forma de cáncer uterino que afecta principalmente a mujeres posmenopáusicas. Tina, que no sentía ningún dolor ni molestia, se vio confrontada con una de las noticias más impactantes de su vida.
La importancia de los exámenes preventivos y la historia de Tina
Afortunadamente, en su caso, el cáncer fue detectado en una etapa temprana, lo que permitió a los médicos actuar rápidamente. Tina se sometió a una histerectomía radical, un procedimiento quirúrgico para eliminar el útero y los ovarios, junto con otros órganos reproductivos. Aunque el diagnóstico fue devastador, el tratamiento oportuno permitió que el cáncer no se hubiera propagado, lo que aumentó sus probabilidades de supervivencia.
Ella enfrentó esta noticia en un momento particularmente difícil: su hermana había fallecido de cáncer el año anterior, y la pandemia de COVID-19 estaba dificultando la posibilidad de recibir apoyo familiar, ya que su madre no pudo viajar desde Irlanda debido a las restricciones de la pandemia. "Me sentí atrapada en Australia, mi madre estaba atrapada en Irlanda y había perdido a uno de sus hijos el año anterior; fue muy traumático", sostuvo al medio citado.
A pesar de todo, se mantuvo fuerte y apoyada por sus amigos más cercanos. A lo largo de su tratamiento, se concentró en sus hábitos de vida, se mantuvo activa con ejercicios, yoga y una rutina de bienestar, lo que le permitió sobrellevar de manera más positiva el proceso.