Fue el niño ‘más fuerte del mundo’ y 20 años después hizo una confesión desgarradora

hace 3 horas 9

Con apenas 11 años, Richard Sandrak llamó la atención del mundo entero por su sorprendente fuerza y su impresionante físico, que lo convirtieron en una estrella del fisicoculturismo infantil. 

Su habilidad para levantar hasta tres veces su peso lo llevó a ser reconocido como “el niño más fuerte del mundo” en 2005. Sin embargo, detrás de esa imagen de prodigio se ocultaba una historia de sufrimiento, que hoy, a sus 32 años, decidió contar.

Criado en Pensilvania tras haber nacido en Ucrania, desde muy pequeño se dedicó al entrenamiento físico con una disciplina extrema. Pero detrás de su impresionante condición, había una historia de abuso y control. 

A pesar de la admiración que generaba, muchas personas sospechaban que su padre lo obligaba a someterse a rutinas excesivas. Ahora, Sandrak confirmó esos temores y detalló la dura realidad que enfrentó mientras crecía.

El abuso que marcó su infancia

En una entrevista con el medio inglés 'Metro', Sandrak reveló el sufrimiento que vivió desde su niñez, sometido a entrenamientos extenuantes y el maltrato de su padre. 

“Cuando la gente habla de un recuerdo de la infancia normalmente se asocia a algo positivo. No me siento identificado con eso. Para mí, era algo cotidiano que mi padre abusara física y emocionalmente de mí”, expresó.

Su rutina diaria incluía jornadas de entrenamiento de hasta ocho horas, con una estricta dieta para mantener su musculatura. El control ejercido por su padre, Pavel, y su madre, Lena, iba más allá del gimnasio: no asistía a la escuela y su educación fue en casa, lo que lo mantuvo aislado de otros niños.

“Mi padre solía tener ataques de ira y lo que comenzaba como un entrenamiento normal terminaba conmigo haciendo una triple patada dividida [realizando tres patadas consecutivas en un solo movimiento] durante 12 horas”, relató.

“Nunca lo olvidaré, porque fue extremadamente agotador y emocionalmente pesado. Y hubo más momentos de los que puedo contar en los que una simple sesión de entrenamiento se convirtió en lo que parecía una situación de rehenes realmente intensa”, agregó.

Las exigencias físicas eran extremas, al punto de que debía hacer sentadillas sin descanso mientras veía películas. 

“Eso fue algo a lo que me acostumbré porque así fue toda mi infancia. Así me criaron. No tenía nada con que compararlo. No tenía un amigo que me lo dijera, eso no es lo que hacemos”, explicó. 

Historias de vida

'Sandrak reveló el sufrimiento que vivió desde su niñez. Foto:Redes sociales

Además, detalló cómo su padre recurría al maltrato para obligarlo a seguir entrenando. “Me golpearon físicamente para que lo hiciera. Mi padre era muy abusivo. Aprendí desde muy joven a no pedir que me detuvieran. Aprieto los dientes y sigo haciendo lo que me dicen”, confesó.

El momento que cambió su vida

A pesar de estar en el ojo público y rodearse de celebridades, su vida estaba lejos de ser ideal. Sin embargo, la atención mediática tenía un efecto inesperado: su padre se veía forzado a tratarlo mejor en público. “Fue una infancia muy confusa. No recuerdo demasiados recuerdos agradables hasta que se fue mi padre”, dijo.

Cansado del abuso, Sandrak tomó una decisión que cambiaría su destino. Se armó de valor y llamó al 911 para denunciar a su padre, a pesar del miedo que sentía. “Y los llamé y les dije que no hicieran sonar las sirenas; vinieron y se lo llevaron. Fue un soplo de aire fresco desde entonces”, recordó sobre ese momento crucial.

La intervención de las autoridades puso fin a su sufrimiento: su padre fue arrestado por abuso y posteriormente deportado a Ucrania. Desde entonces, el ex “Pequeño Hércules” no volvió a verlo y no tiene intención de hacerlo. “Siempre le guardaré rencor. Dicen que hay que perdonar y olvidar. Puede que esté dispuesto a perdonar, pero nunca olvidaré”, concluyó.

La Nación (Argentina) / GDA, 

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