'Es una forma de arte en extinción': la cabina fotográfica analógica de la década de 1970 que atrae a cientos de turistas

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UUn sábado reciente, un grupo de cuatro jóvenes emocionadas vestidas en minifaldas y pantalones holgados se turnaron para meterse detrás de una cortina y dentro de un aparato 30 años mayor que ellas.

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Era una cabina fotográfica analógica de la década de 1970, ubicada en una tienda de maletas en Manhattan. Después de posar —formando corazones con las manos, sacando la lengua y abrazándose— las cuatro chicas se arremolinaron junto a la cabina y esperaron tres minutos a que se revelara una tira fotográfica en blanco y negro.

Habían llegado a la ciudad horas antes en un autobús desde Filadelfia, donde cursan su último año en la universidad. La cabina fotográfica era su destino principal.

El Old Friend Photobooth es propiedad y es operado por Zoë Lazerson y Brandon Minton. En junio, introdujeron la cabina fotográfica accesible desde la calle a la ciudad de Nueva York, donde anteriormente estas sólo habían estado dentro de bares y negocios, afirma un sitio web que rastrea las cabinas fotográficas.

El regreso a lo analógico está resonando en los miembros de una generación más joven que sienten nostalgia por una época que nunca experimentaron. Se han volcado a los álbumes de vinilo, CDs y fotografías tomadas con cámaras desechables —medios físicos que, dicen algunos, los obligan a reducir la velocidad y estar presentes.

En Old Friend, tomar docenas de fotografías a la vez para obtener la toma perfecta es imposible y no hay forma de editar los defectos.

“Soy muy crítica con toda la cultura de la toma de fotografías actual”, dijo Maddie Feldman, de 20 años, que estaba en la cabina con dos compañeras de segundo año de la Universidad de Princeton. “Me pongo un poco distópica al respecto”.

Feldman dijo que había heredado cuatro cámaras de película de su abuela y encontró afinidad por el proceso de revelado de fotografías. También tiene una lista de cabinas fotográfica analógicas en Google Maps —la mayoría de las cuales ha descubierto vía TikTok e Instagram.

Lazerson, de 27 años, y Minton, de 25, que están saliendo, comparten su entusiasmo. Se han sentido atraídos por las cabinas fotográficas desde que se conocieron en octubre del 2022 en una noche de fiesta en Salt Lake City, Utah. Fueron a su primera cabina fotográficas juntos en una visita a Nueva York.

Cuando se mudaron a la Ciudad en agosto del 2023, hablaron de comprar su propia cabina fotográfica. Minton, un fotógrafo independiente que había trabajado en un laboratorio de cine en Los Ángeles, habló con un ex técnico de cabinas fotográficas en St. Louis, Missouri, que tenía uno. Minton y Lazerson, una influencer, compraron la máquina, que no se había usado en 20 años. Convencieron al dueño de una tienda de maletas que les rentara un pequeño espacio. Al principio, les dio problemas: el papel se atascaba, hubo problemas con la luz estroboscópica y la cámara se rompió. Y como muchas piezas ya no se fabrican, ha sido un viaje complicado darle mantenimiento a la cabina fotoquímica. “Ahora, afortunadamente, es una máquina que funciona sin problemas”, dijo Minton. Con la creciente popularidad de la cabina fotográfica, Lazerson y Minton están buscando mudarse a un espacio más grande.

“Es una forma de arte en extinción”, dijo Lazerson. “Hay una comunidad de personas que quieren mantenerla viva. Y estamos cooperando”.

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