Era guardia de prisión en EE. UU., recibió un pedido de una rea y cambió su vida para siempre

Roberta Bell era guardia en una prisión de mujeres de Luisiana, Estados Unidos, hasta que fue despedida, después de haber cumplido el pedido de una rea. Katie, quien hace dos años fue encarcelada, solicitó a la exfuncionaria penitenciaria que se hiciera cargo de su hijo para evitar que ingresara en un hogar de acogida. 

De acuerdo con CBS News, el supervisor de Katie se opuso al pedido, sin embargo, Roberta accedió, sacrificando así su trabajo, lo cual cambió su vida para siempre. 

La fuente citada relata que, a pesar del sacrificio de Bell, el niño finalmente terminó en un hogar de acogida cuando su madre biológica regresó a la cárcel debido a problemas de adicción. Fue entonces que Skylar y Christian Moore se convirtieron oficialmente en los padres adoptivos del pequeño.

Sin embargo, la historia no terminó ahí, ya que los Moore descubrieron que Roberta Bell había cuidado anteriormente al niño y se pusieron en contacto con ella. "Este era básicamente su bebé. Lo tuvo durante los primeros meses de vida y ahora no sabía dónde estaba", dijo la mujer del matrimonio. "En el fondo, le dije a mi esposo: 'No puedo dejarla dormir otra noche sin saber que está a salvo'”, agregó.

Tras ponerse en contacto con los Moore, Bell fue citada a un juzgado y fue testigo de la adopción legal del niño por parte de sus nuevos padres. El trámite fue oficializado por el juez Jeffrey Cashe, según CBS News. 

¿Cómo fue el reencuentro de la guardia que perdió su trabajo con el niño que cuidó por pedido de su madre en Estados Unidos?

CBS News informó que el reencuentro del niño con su primera cuidadora fue realmente emotivo. Ambos se reunieron afuera de un tribunal de Luisiana, donde Roberta Bell abrazó al pequeño después de no haberlo visto en casi dos años. "Oh, mi bebé. Mi bebé, mi hombrecito", dijo la ex guardia entre lágrimas mientras sostenía al infante.

El medio citado afirmó que tras la firma de la adopción en el tribunal, Bell expresó su aprobación por los Moore: "Son personas maravillosas. Son muy buenas personas. Recé para que lo pusieran con alguien que lo quisiera como a uno de ellos y lo cuidara".

Actualmente, Bell vive en Mississippi, a unas tres horas y media en auto de donde crecerá el niño que cuidó al nacer. Ahora, lejos del ambiente penitenciario, Roberta trabaja clasificando latas en una planta procesadora, un trabajo que encontró después de ser despedida por su decisión de cuidar al bebé.