Cuando se trata de establecer nuevos hábitos, es común que las buenas intenciones se desvanezcan antes de alcanzar los objetivos. Sin embargo, un experto en diseño conductual, Nir Eyal, sugiere que existe un truco mental efectivo para mantener esos hábitos: predicar.
Según comentó al medio CNBC Make IT, este enfoque, que implica compartir públicamente sus creencias y hábitos con otros, refuerza su identidad y también le ayuda a ser más consistente en sus acciones. Según remarcó, predicar algo no es simplemente hablar de ello, sino asumirlo como una parte integral de su identidad.
¿Cómo la predicación refuerza la identidad personal?
En principio, explica que cuando uno predica sobre algo, como un cambio de dieta o una nueva filosofía de vida, lo convierte en un aspecto esencial de su identidad. Este acto hace que se convierta en algo mucho más difícil de abandonar.
Por ejemplo, si declara públicamente que sigue una dieta keto o es vegetariano, será mucho más probable que continúe con este hábito, ya que se asocia directamente con su forma de ser. La idea detrás de esto es simple: al predicar, transforma lo que podría haber sido una simple opinión en una creencia profundamente arraigada.
Cuando uno predica algo, lo convierte en un aspecto esencial de su identidad Foto:Getty Images
El sesgo de coherencia es otro concepto clave que menciona al explicar cómo la predicación facilita la adherencia a nuevos hábitos.
Este principio, originado por el psicólogo Robert Cialdini, establece que las personas buscan ser coherentes con sus comportamientos previos, ya que el ser inconsistente genera incomodidad psicológica. Cuando uno declara un hábito o una creencia públicamente, siente una presión interna y externa para actuar de manera coherente con esa declaración.
La responsabilidad social juega un papel importante aquí, ya que al compartir sus metas con amigos, familiares o colegas, se crea una forma de presión que lo motiva a cumplir sus promesas.
En tanto, la predicación también tiene un efecto positivo en la disciplina personal, ya que, al comprometerse públicamente, se activa un mecanismo de responsabilidad que lo impulsa a no fallar.
El temor a ser percibido como inconsistente o poco confiable por sus pares puede ser un poderoso motivador. Además, como señala, el miedo a perder la conexión social debido a un cambio de comportamiento también refuerza el compromiso con el nuevo hábito.
Sin embargo, también advierte sobre la importancia de no caer en la exageración o el dogmatismo. Aunque es útil compartir sus hábitos, no debe imponerlos ni hacer sentir a los demás que deben seguir lo mismo. La clave es mantener un equilibrio para que su cambio de hábito no aísle a las personas a su alrededor.