Carlos José Reyes era uno de los intelectuales más destacados de la cultura en Colombia. Su nombre figura al lado de los más grandes del teatro colombiano, como Enrique Buenaventura y Santiago García. Fueron 60 años dedicados a las artes escénicas, a concebirlas, a cimentar las bases de una dramaturgia moderna y a darles el vuelo que se merecían. Su muerte, ocurrida en Bogotá el domingo 15 de septiembre a los 83 años, deja un vacío difícil de llenar en el arte de este país.
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Dramaturgo, actor, escenógrafo, investigador e historiador teatral, también incursionó en la radio, el cine y la televisión; sin embargo, el teatro fue su primer y eterno amor, en el que desarrolló la mayor parte de su carrera, y también la más representativa.
Esa semilla se gestó desde la infancia, por influencia de su madre y cuando en su hogar se montaban pequeñas comedias para las reuniones familiares. Esa pasión lo llevó a formar grupos de teatro y a participar en talleres de creación colectiva. Estuvo en el Teatro Popular de Bogotá, una de las instituciones teatrales más importantes del país y fue fundamental su papel en la fundación de la Casa de la Cultura, que más tarde se convirtió en el Teatro La Candelaria.
Apenas terminó el colegio, ingresó a la academia, llamada Club de Teatro Independiente, donde participó en el desarrollo de producciones teatrales. “Después de eso entré a estudiar Bellas Artes y allí monté un grupo de teatro, con el que hicimos El maestro, de Eugenio Ionesco, que fue la primera obra que estrené fue en 1959, durante el tercer Festival de Teatro Colombiano, en el Colón”, recordaba Reyes en una entrevista con Idartes, en 2021. Luego se unió al grupo El Búho, en el que compartió con Santiago García y Fausto Cabrera, que habían sido alumnos de Seki Sano, el actor, director de teatro y coreógrafo japonés que formó a varios actores en la década de 1950. Esta etapa de su carrera fue crucial para su evolución como dramaturgo y escenógrafo.
En los años 60, ya con su grupo Teatro de Arte Popular (TAP) hizo montajes inolvidables en teatro para niños, como Dulcita y el burrito en el que participó Margalida Castro, y con el que realizó giras por el país. “Es muy importante realizar un teatro para niños que motive los juegos infantiles, que les dé material para enriquecer la parte lúdica en ese periodo tan importante, pero, sobre todo, el teatro como juego, de lo que hay toda una teoría -de hecho la palabra en francés para teatro es el juego escénico ( jeu de scène)- así que es la mejor manera de formar espectadores para el futuro y la mejor manera de crear una cultura de la paz”, decía en la misma entrevista.
“Partió Carlos José Reyes, referente del teatro colombiano, investigador, intelectual crítico, dramaturgo, historiador, pero sobre todo una persona que siempre estuvo cerca de la escena y sus protagonistas con palabras amables y sabias. Duele su ausencia, el teatro de Iberoamérica lamenta su pérdida”, comentó para EL TIEMPO Octavio Arbeláez, gestor cultural y fundador del Festival de Teatro de Manizales.
'Un hombre sabio'
A Carlos José Reyes Posada, nacido en Bogotá el 12 de marzo de 1941 y que dedicó su vida entera a la cultura en Colombia, los títulos le sobraban: fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, de la Academia Colombiana de Historia y de la Academia de Historia de Bogotá; estuvo en la Junta Directiva del Instituto de Cultura Hispánica y fue delegado del Ministerio de Cultura en la Junta del Archivo General de la Nación;profesor universitario (dirigió el grupo de teatro del Externado); director de la Biblioteca Nacional durante una década; autor de guiones para cine y televisión, y de obras de teatro para adultos y niños; además de analista de la literatura nacional e investigador de las artes escénicas.
Reyes fue guionista del programa de televisión 'Revivamos nuestra historia', un espacio inolvidable que dramatizaba eventos históricos locales y que contribuyó a la educación y la reflexión sobre la historia de Colombia en un formato accesible para el público masivo.
En el 2008, ganó el premio Vida y Obra que le otorgó la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá. La influencia de Carlos José Reyes se extiende más allá de su trabajo en el escenario y la pantalla. Su legado incluye una rica contribución al conocimiento histórico y cultural, así como una profunda influencia en las nuevas generaciones.
“Carlos José Reyes era una persona tan importante y tan sabia que creo que él no se daba cuenta porque se comportaba como si fuera un eterno aprendiz, siempre estaba atento a los estrenos de las nuevas generaciones, se admiraba con las propuestas de jóvenes creadores; veía todo el teatro del mundo, no había una obra que él se quedara sin ver. Sabía de todo: de historia, de narrativa, de poesía, pero todo eso era secundario porque principalmente era un hombre de teatro”, dijo a este diario Fabio Rubiano, fundador del Teatro Petra y director del Festival Internacional de las Artes Vivas (Fiav) Bogotá, que se celebrará en octubre.
A Carlos José le sobreviven sus hijos Pilar Reyes, directora Editorial de la División Literaria Penguin Random House Grupo Editorial; Juliana Reyes, dramaturga, responsable de los montajes de la compañía de danza L'Explose, y Carlos Felipe Reyes, gerente general de la empresa de renovación y desarrollo urbano de Bogotá.
“El teatro no debe hacer lecciones axiomáticas, es decir, no es dictar un curso. El teatro muestra ejemplos y el público saca las conclusiones. El teatro más que tener respuestas tiene muchas preguntas. Recuerda cuando el Hamlet habla: ‘ser o no ser, he ahí el problema’, ese es el meollo de la filosofía. Un hombre debe construir su propio ser, y eso es lo que tiene el teatro, ayuda a que la gente vea un espejo crítico de la sociedad y que los espectadores puedan responder las preguntas que quedan abiertas”, concluye Reyes.