El crítico de cócteles más joven que desafió a un chef estrella

hace 9 horas 12

En el 2022, el chef Jean-Georges Vongerichten estaba trabajando en la cocina de Happy Monkey, su restaurante en Greenwich, Connecticut, cuando un empleado le avisó de algo. Los visitaría un crítico.

Siempre me pongo nervioso cuando alguien prueba mi comida”, dijo Vongerichten.

Pero esta vez fue diferente. El crítico tenía 8 años y planeaba pedir un artículo que no estaba en el menú: un coctel Shirley Temple.

Vongerichten admitió que el coctel sin alcohol favorito de Estados Unidos había sido pasado por alto. “El Shirley Temple no es algo con lo que crecí en Francia”, dijo. “No estábamos preparados”.

El chef y su equipo rápidamente inventaron una receta de Shirley Temple usando granadina en lotes pequeños, jarabe de jengibre casero y condimento Tajín. El crítico le otorgó una calificación de 9.3.

Este es el efecto de Leo Kelly, hoy de 11 años, que ha estado calificando la bebida durante aproximadamente la mitad de su vida como el “Rey del Shirley Temple”. En videos en Instagram, califica las bebidas en una escala de 10 puntos, considerando el color, la carbonatación y la calidad de la granadina.

“Creo que si los restaurantes ven esto, pueden mejorarlos”, dijo en el Smith, en Nueva York.

La mayoría de los restaurantes y bares no incluye un coctel Shirley Temple en el menú, aunque la mayoría de los cantinero pueden preparar uno fácilmente.

Filmó su primera reseña cuando tenía 6 años. Estaba bebiendo un Shirley Temple junto a la piscina de Gurney’s, un resort de lujo en Newport, Rhode Island, cuando le pidió a su padre que grabara un video. “Pensé que sería un éxito”, dijo su padre, Tom Kelly, vicepresidente de una agencia de deportes y entretenimiento. “Tiene una personalidad que a la gente le encanta”.

Sus padres manejan su perfil en Instagram —con 240 mil seguidores— y lo consideran su pasatiempo. También es hermano, estudiante y actor.

En enero, Leo viajó de su casa en Fairfield, Connecticut, al restaurante Smith para hacer una reseña. La bebida sobre la mesa estaba a punto de ser examinada. “Tiene un color bastante bueno”, dijo. “Quizás un poco demasiado rojo. Desafortunadamente, es refresco lima-limón y tiene un poco más de granadina de la que quiero”. Le otorgó un 6.1.

Leo prefiere el ginger ale al refresco lima-limón y resta puntos por diversas faltas, como usar granadina comprada en la tienda o adornar con menos de tres cerezas.

Para mantener sus calificaciones honestas, normalmente visita restaurantes sin previo aviso. De vez en cuando sale a cenar con una gorra de ala baja o un bigote postizo.

“Es una bebida sencilla, pero hay un millón de maneras de hacerla mal”, dijo.

Sus reseñas pueden tener consecuencias para los restaurantes. En el 2019, Leo le dio al Shirley Temple servido en un LongHorn Steakhouse un 5.0 por no tener cerezas. Cuando la reseña se volvió viral, los ejecutivos tomaron nota y actualizaron la receta en más de 500 sucursales. Ahora se elabora con cinco cerezas.

Para Leo, ese tipo de respuesta es el propósito fundamental de la empresa crítica. “La razón de ser crítico es mejorar lo que sea que estás reseñando”, dijo.

“Es bebida sencilla, pero hay un millón de maneras de hacerla mal”.

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