EEn octubre, en una azotea a 11 pisos del nivel de calle, Mundano, un popular artista callejero brasileño, estaba sentado sobre una cubeta al revés, mezclando agua, barniz y ceniza recolectada de incendios que habían arrasado una selva tropical brasileña para crear una paleta de tonos grises.
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Sobre la cornisa aguardaba un muro de mil 400 metros cuadrados de un elegante edificio de departamentos, a la vista de los camiones y autos que recorrían una arteria principal que conducía al Centro de la Ciudad.
Esa noche, él y cinco asistentes comenzarían a pintar un enorme mural de una líder indígena, Alessandra Korap, en un paisaje amazónico abrasado, sosteniendo un letrero instando a Cargill, el gigante agrícola con sede en Minnesota, a eliminar de su cadena de suministro los cultivos cosechados en terrenos recientemente deforestados.
El proyecto es una colaboración con el grupo conservacionista sin fines de lucro Stand.Earth.
El resultado final se reveló oficialmente el 23 de octubre, aunque no era ningún secreto para quienes pasaban por allí.
Durante largos días y algunas noches, Mundano, cuyo nombre de pila es Thiago, y sus asistentes trabajaron desde ocho andamios suspendidos. Usaron pinturas hechas con ceniza de incendios en la Selva Tropical Atlántica de Brasil, lodo de inundaciones que destruyeron franjas del Estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, carbón de árboles carbonizados de la Amazonia y arcilla de cuencas fluviales plagadas de sequías en todo el País.
“Estoy conectando las sequías, las inundaciones y los incendios porque todo está relacionado”, dijo Mundano, quien afirma que este será el mural más grande de Brasil pintado sólo con materiales naturales (más un barniz acrílico a base de agua), un estilo que se ha convertido en su sello.
El último paso fue rellenar el letrero de seis pisos de altura que sostenía Korap, miembro de la tribu munduruku y que se crió en el Estado de Pará. Dice: “Detengan la destrucción” en inglés y portugués, con el hashtag #KeepYourPromise, en referencia a un compromiso que Cargill hizo en noviembre del 2023, fijando el 2025 como fecha límite “para eliminar la deforestación y la conversión de tierras de su cadena de suministro directa e indirecta” de cultivos en Brasil, Argentina y Uruguay. Cargill es uno de los mayores exportadores de soya brasileña.
En un reporte de abril, Stand.Earth citó a 18 empresas con “vínculos confirmados o sospechados” con Cargill que han deforestado o convertido tierras silvestres a la producción de soya. El grupo cubrió el costo del mural, alrededor de 80 mil dólares, dijo Mathew Jacobson, director de la campaña.
En un comunicado, Cargill dijo estar “camino a cumplir” su compromiso de “eliminar la deforestación en las cadenas de suministro de soya” en la región. También acusó a Stand.Earth de tergiversar el trabajo de Cargill.
De las empresas mencionadas en el reporte de abril, dijo Cargill, dos no son parte de su cadena de suministro, tres han sido eliminadas y cuatro tienen años de no hacer negocios con Cargill. Dijo que había investigado a las demás y las había absuelto de utilizar tierras deforestadas para cultivos.
El equipo de Mundano pintó, filmó y luego borró 21 versiones del letrero señalando a los miembros de la multimillonaria familia Cargill-MacMillan. Las versiones se basaron en pinturas realizadas por miembros de la comunidad munduruku en un taller que Mundano realizó con Korap en julio.
“Los vemos como los líderes y la fuerza impulsora de la industria que es la principal responsable de la destrucción de los bosques y otros paisajes”, dijo Jacobson, señalando que la propiedad privada de Cargill evita la rendición de cuentas a accionistas.
Cargill duplicó con creces sus ganancias en Brasil del 2022 al 2023, reportó en abril.
“Seamos ricos o pobres, vivamos en el bosque o en la ciudad, si no protegemos nuestra Madre Tierra, todos nos desmoronaremos”, dijo Korap.