La llamada “inteligencia artificial” va camino de convertirse en una amenaza seria para el empleo. En el mundo y en Colombia. “Cuanto más potente sea la tecnología, más daño puede causar”, aseguran científicos. Dicen que la inteligencia artificial afectará casi el 40 por ciento de los empleos en todo el mundo. Lo afirma, por ejemplo, el futurista alemán Gerd Leonhard, autor de un libro cuyo título no deja lugar a dudas: Tecnología versus humanidad, el futuro choque entre hombre y máquina. “Hoy es el momento en que construimos nuestro futuro y este hoy es el mayor reto al que se ha enfrentado el género humano hasta el momento, la posibilidad de una especie de superhombre no tiene precedentes”, sostiene.
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La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez considera que “esos cambios en el mundo del trabajo están directamente en consonancia con el impacto de la tecnología. Eso significa adquisición de bienes y servicios, modernización de las empresas y con ello van también otras figuras como la reconversión laboral, la formación para el trabajo”.
La ministra, en diálogo con este cronista para EL TIEMPO, afirma que “los estudios nos muestran que, en el futuro, en unos diez años, el 40 por ciento de los empleos que hoy existen serán asumidos por las máquinas, estamos avanzando hacia allá” y precisa que “la reforma laboral tiene unos procesos de formación que enseñan tecnología a través de los desarrolladores de software y de programas sofisticados”.
¿Pero cómo va a hacer el Ministerio para evitar que el avance tecnológico, la inteligencia artificial provoquen más desempleo?
Estamos construyendo nuestro motor de inteligencia artificial. Ya hemos hecho las pruebas piloto con sistemas de información que nos permiten primero saber dónde están las vacantes y dónde están los trabajadores. Hoy un empresario cualquiera que entre a consultar las vacantes ingresa al sistema y se demora 14 segundos con el motor de inteligencia artificial, con todas las respuestas a sus requerimientos.
¿Cuál es la dirección?
A propósito, ¿cómo estamos de desempleo?
La cifra de desempleo está en 9,9. La informalidad está bajando del 57,5 por ciento a 55,9 por ciento y vamos implementando medidas.
¿Por qué es tan difícil integrar a la formalidad el trabajo informal?
Lo que hay es una informalidad de microempresas. Tenemos 4,6 millones de microempresas unipersonales en las 13 grandes ciudades y áreas metropolitanas, o sea, de una sola persona.
¿El crecimiento tecnológico del mundo, el avance de la inteligencia artificial no nos van a atropellar?
No, porque se pierden unos empleos, pero se generan otros. Por ejemplo, la bioeconomía va a generar muchos empleos, la biotecnología generará también.
¿Pero hasta dónde la robotización, las máquinas, nos van a reemplazar?
Ese es el debate que tenemos hoy.
Y ¿qué pasa, señora ministra, con el campo? No hay leyes... no hay normas...
La reforma laboral permite que las personas del campo se mantengan en el Sisbén y solo coticen para pensión y para riesgos laborales. Le mantenemos también el Sisbén en transición. Es decir, si usted es una persona del sector popular que tiene Sisbén nosotros le vamos a mantener ese Sisbén por seis meses. Usted hace la transición a su nuevo trabajo y de esa manera le hacemos compatible el Sisbén con el trabajo y usted paga pensión y riesgos laborales.
Pero hay que decir que el campo en Colombia no tiene ninguna ley laboral...
Cierto. Y tiene el 84,4 por ciento de la informalidad. El campo es lo más informal.
¿Qué hará para corregir esa situación?
Estamos haciendo una reclasificación para tener un subsidio especial y poder garantizarles a estos trabajadores del campo que se formalicen.
¿El Ministerio de Trabajo va a formalizar al trabajador del campo?
Sí. Más de un millón doscientos mil trabajadores. A estos los vamos a formalizar.
¿Qué quiere decir formalizar?
Quiere decir que tengan seguridad social y que puedan tener un salario digno.
Hoy, no existe…
No existe. Les pagan a destajo.
¿Tendrán derecho a un salario mínimo?
La reforma laboral permite que las personas del campo se mantengan en el Sisbén y solamente coticen para pensión y para riesgos laborales
Van a tener un derecho salarial mínimo donde nosotros le ponemos un 30 por ciento, la cobertura de su seguridad social, y eso se paga con proporcionalidad. Hay personas que trabajan en tiempo una semana completa, otros que trabajan menos, pero la figura que colocamos es trabajo a tiempo parcial, con proporcionalidad, es decir, le pagan su seguridad social.
¿Qué significa formalizar?
Darles seguridad social y permitir que efectivamente mejoren sus ingresos.
Otro tema: la reforma pensional...
Ya tenemos los decretos de reglamentación, con todo el tema de la transición. Todas aquellas mujeres que tengan 750 semanas a la hora de entrar en vigencia la ley tienen derecho a la transición, es decir, se quedan con el régimen que está y los hombres que tengan 900 semanas se pueden quedar en el régimen tal y como está.
¿Qué va a pasar con los adultos mayores que hoy no tienen pensión?
Les vamos a entregar un subsidio. Son 2’800.000 personas adultas beneficiadas.
¿Cuánto vale eso?
Eso vale 4,5 billones de pesos.
Ese dinero, ¿de dónde sale?
La primera fuente de financiación es el presupuesto general de la Nación. Y el segundo es del fondo de subsistencia que tiene el Ministerio del Trabajo.
¿Y en el semicontributivo?
Tenemos para el año 2025 con esta reforma 130.983 personas que llegan del semicontributivo y que van a tener el beneficio también de la renta vitalicia, que ya fue aprobada por el Congreso, y va a ser reglamentada. Entra en vigencia el 1.º de julio del 2025.
¿Qué significa que entra en vigencia?
Que inmediatamente se empieza a pagar 225.000 pesos a los adultos mayores pobres.
¿Y la reforma laboral?
Es una reforma que está mejorada. Que contempla nuevas medidas para proteger a los microempresarios. Protege el trabajo familiar. Es una reforma que permite que efectivamente el campo, las domésticas, las plataformas se formalicen a través de llegar a la Seguridad Social y con el reconocimiento de la asociatividad, que es parte de la economía popular.
Se ha hecho una crítica a la reforma. Que no busca ni reducción de la informalidad ni generación de empleo…
La pregunta que yo hago es: ¿por qué nos quieren mantener en los términos de la reforma del 789 que hicieron sin los trabajadores y que mostró que ni aumentó el empleo ni tampoco disminuyó la informalidad? ¿Por qué nos quieren mantener allá si ya se demostró que recortar los derechos no aumenta el empleo? Nosotros estamos dando aquí unas oportunidades distintas, diferentes. Esta es una reforma que quiere lograr un trabajo digno.
Se ha advertido sobre la pérdida de empleos y el aumento de costos como consecuencia de la reforma laboral. ¿Qué le dice usted a las microempresas y a los emprendedores que hoy deben pagar la declaración de renta con su tarjeta de crédito?
Le pregunto: ¿Y qué decir a los trabajadores que tienen que pagar mensualmente, ir a comprar su mercado y ver que la plata no les alcanza para comprar el arroz, las lentejas, la carne, los huevos o la leche? Esto tiene que ser es de equilibrio.
Hasta ahora, dos años después de comenzar el gobierno, no hay un plan de choque para reactivar una economía que el año pasado tuvo un pobre crecimiento de 0,6 por ciento. A la par, el recaudo tributario ha bajado como consecuencia de la falta de capacidad de pago de los colombianos. En ese escenario, ¿le parece oportuno el trámite de una reforma laboral?
Es oportuno, porque entonces nunca hubiésemos salido de la esclavitud o nunca avanzaríamos en conquistas laborales, las y los trabajadores en Colombia deben transitar hacia un Estado con derechos.
Dentro del anuncio de que llega la legalización del trabajo en el campo, usted ha señalado que impedir la aprobación del contrato laboral agropecuario significa precarizar el trabajo. ¿Por qué?
Porque lo que me están pidiendo a mí los señores de la SAC y de Fedegán es que yo coloque en la reforma laboral que se pagará el tiempo efectivamente laboral, es decir, que yo permita que la Seguridad Social se pague por horas de trabajo, cuando hoy hacemos grandes esfuerzos para que la gente avance a la seguridad. Necesitas estabilidad laboral. Si yo reconozco el tiempo efectivamente laborado, estoy precarizando. Esa es la razón por la que les he dicho que nosotros vamos con el contrato agropecuario, que además fue pactado con ellos.
¿Qué han dicho los gremios?
Estamos trabajando. Ese es el debate. Avanzamos. Y estamos trabajando para que el Congreso, que quiere proteger a los trabajadores del campo, lo haga.
Pero están en los gremios que hablan de flexibilización...
Yo a los gremios les he dicho que hablan de flexibilización laboral, cuando la flexibilización laboral no puede ser igual a un trabajo sin derechos.
Entonces, con respecto al campo, ¿se va a formalizar el trabajo?
Se va a formalizar el trabajo en el campo. Estamos haciendo todo para hacer un proceso de transición. Mantener el Sisbén para el campo, en permitir que ellos paguen pensión y paguen riesgos laborales, porque el campo es la tercera rama de siniestralidad y de accidentalidad en el país y los vamos a proteger.
¿Pero entonces el trabajo agropecuario por horas no se autoriza?
No, eso no está en el imaginario del Gobierno colombiano.
¿Qué tipo de acuerdo es el que busca?
El acuerdo es que va el contrato agropecuario, que va el jornal agropecuario, que va el Sisbén para el campo, que mantenemos la protección al campo y damos toda la facilidad para que estos trabajadores puedan llegar a la formalización vía contrato laboral. Yo vengo del campo. Soy hija de campesino. Y sobre esa base conozco también qué pasa en el campo. Soy de Filadelfia, Caldas. Y mi papá era un campesino. Mi mamá era maestra. Conozco qué es ir a la cosecha y es muy importante que hoy Colombia recupere el valor del campo. Mire hacia el sector rural, que es el que realmente nos puede traer un potencial de desarrollo, porque allí está la garantía alimentaria del país. A mi papá le tocó vender su finca para poder pagarse un tratamiento médico. Y tengo que decirte, Yamid, que las mujeres del campo trabajan mucho, las mujeres del campo cuidan los animales. Las mujeres del campo alimentan trabajadores. Esos trabajos tienen que ser reconocidos.
¿Y cómo lo va a hacer, ministra?
Ahí tenemos en la ley la posibilidad de que a ellas también se les reconozca cuando ellas alimentan en una hacienda que tiene 100 trabajadores en una cosecha, pues hombre, ese trabajo que se lo paguen a la señora. Hay que buscar que la mujer campesina tenga algún tipo de subsidio. Que la mujer campesina también tenga subsistencia económica. Por otra parte, el mismo ministerio encara la altísima informalidad laboral urbana y la ausencia casi absoluta de normas que regulen el trabajo campesino, el trabajo en el campo.
La reforma laboral que avanza en el Congreso da la oportunidad para la formalización laboral, es decir, para que muchos sectores del país, con el campo incluido, que son más de 1’200.000 trabajadores afiliados a Sisbén puedan acceder a la Seguridad Social y puedan cotizar a pensión.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO