Para muchas personas, dormir sin abrazar una almohada resulta casi imposible. Aunque puede parecer un simple hábito, expertos afirman que esta posición puede reflejar mucho sobre nuestra forma de ser.
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Al dormir, cada quien adopta una postura que le brinda comodidad, y prestar atención a cómo descansamos no solo ayuda a evitar dolores musculares, sino que puede revelar aspectos de nuestra personalidad. Abrazar una almohada al dormir podría no ser un gesto sin importancia, sino que tendría una interpretación psicológica interesante.
La búsqueda de cercanía y afecto
Especialistas en el sueño sugieren que la postura que adoptamos al dormir puede estar relacionada con ciertos rasgos de nuestra personalidad. Aunque, según la doctora Kara Bagot, psiquiatra de la Sleep Foundation en Estados Unidos, no existen estudios concluyentes al respecto, cada vez más expertos coinciden en que diferentes posturas reflejan diferentes características personales. Sin embargo, como señala la especialista, estas afirmaciones se deben tomar a la ligera debido a la falta de datos duros.
Dormir abrazando una almohada, de acuerdo con la psicología, podría revelar que la persona busca inconscientemente la compañía y seguridad que le ofrecen quienes le rodean.
Este gesto indica una inclinación hacia el afecto y la cercanía emocional, reflejando un gran valor por la intimidad y la conexión emocional con los demás. Esta postura, explica un artículo de 'El Confidencial', puede expresar la necesidad de alguien que busca constantemente el apoyo y la protección de su círculo cercano.
Características de quienes duermen abrazados
Quienes prefieren dormir en esta posición suelen mostrar una personalidad cálida y confiada. Generalmente, estas personas:
- Mantienen un fuerte apego emocional hacia los demás.
- Confían rápidamente en otros, y suelen inspirar confianza en quienes los rodean.
- Están dispuestas a ofrecer su apoyo a quienes lo necesiten.
- Cultivan vínculos profundos tanto familiares como de amistad.
- Son protectoras con sus seres queridos y capaces de realizar sacrificios por ellos.
- Pueden presentar dependencia emocional en algunos casos.
- No disfrutan de la soledad.
Además, abrazar una almohada durante el sueño puede ser una respuesta ante momentos de estrés o ansiedad, ya que esta postura contribuye a crear una sensación de seguridad y calidez. Esto podría estar relacionado con experiencias de la infancia, cuando la cercanía y el contacto físico se asocian con la protección y el cuidado.
Algunos buscan esta misma sensación de comodidad incluso con otros objetos, como peluches, o en la compañía de una mascota o pareja.
Por último, el doctor Carlos Suárez Ahedo, ortopedista y traumatólogo, recomienda en SuMédico adoptar una postura de lado al dormir, idealmente con una almohada entre las rodillas para mejorar la alineación corporal.
Señala que dormir boca abajo es una de las peores posiciones, ya que ejerce presión en el cuello, causando dolores que pueden extenderse a la espalda.
SUSANA CARRASCO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.