Deportación exprés o regulación migratoria: ¿Qué tan viables son las propuestas de Donald Trump y Kamala Harris y que afectarían a uno de cada tres latinos en Estados Unidos?

hace 3 semanas 28

La migración es uno de los temas centrales de las Elecciones de Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump, quienes proponen un abordaje diametralmente diferente.

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Mientras el candidato republicano promete llevar a cabo la mayor operación de expulsión de migrantes ilegales de la historia de Estados Unidos, Kamala Harris le apuesta a una reforma migratoria y asegura que quienes ingresen al país de forma ilegal tendrán que enfrentar "consecuencias".

El panorama luce más complejo de ganar Trump. Un estudio revelado este martes por FWD.us, que reúne a organizaciones defensoras de los inmigrantes, afirma que uno de cada tres latinos en Estados Unidos se afectaría por el plan de deportaciones masivas de Donald Trump, lo que podría crear una crisis humanitaria en las comunidades hispanas y golpearía la economía del país y de ciertas cadenas de suministros vitales.

El estudio detalló que del total de personas potencialmente afectadas, cerca de 20 millones son latinas y están en riesgo de ser deportadas o sufrir separación de familias, lo que representa una tercera parte de los miembros de esa comunidad en el país.

En entrevista con este diario, Ariel Ruiz, analista del Migration Policy Institute, un laboratorio de ideas independiente y no partidista establecido en 2001, asegura que el más grande desafío en el tema es encontrar sintonía con el legislativo. “El Congreso va a continuar dividido y va a ser muy difícil buscar un compromiso entre los partidos para poder avanzar ese tipo de políticas de migración”, afirmó Ruiz. 

Una reciente encuesta del Chicago Council on Global Affairs advierte que más de la mitad de los estadounidenses considera a los migrantes ilegales como una “amenaza”. ¿Hay razones para verlos de ese modo?

Esta perspectiva tiene que ver mucho con lo que hemos visto en los últimos tres años: un aumento importante de personas migrantes que llegan de manera irregular a la frontera México-Estados Unidos. No obstante, los medios de comunicación, especialmente en Estados Unidos, le han puesto demasiada atención en la forma en que llegan las personas sin profundizar en qué pasa después. Por eso, existe esa percepción de que no hay un control serio en la frontera y creen que quienes entran se quedan. 

¿Y no es así?

No. En realidad, la percepción es un poco injusta con lo que está sucediendo. La mayoría de las personas que hoy en día llegan a la frontera de manera irregular no tienen la opción de poder pedir asilo para poder entrar a Estados Unidos debido a las diferentes decisiones que han implementado el presidente Biden y Kamala Harris. Desde febrero, hemos visto que el número de personas que llegan de manera irregular a la frontera sur está disminuyendo de manera dramática mes a mes, incluso llegando al número más bajo, no solo durante la administración Biden, sino en los últimos meses del expresidente Trump.

Por lo tanto, lo que estamos viendo es una falsa percepción de las personas sobre lo que realmente sucede en la frontera y que es amplificado por los comentarios y el discurso que el candidato Donald Trump ha reforzado. 

Trump, además, señala que los migrantes irregulares son los responsables de la mayoría de crímenes del país…

Lo que estamos viendo es una falsa percepción de las personas sobre lo que realmente sucede en la frontera y que es amplificado por los comentarios y el discurso que el candidato Donald Trump ha reforzado.

Este si bien no es un tema nuevo, sí más visible durante esta campaña electoral. Lo que hemos visto desde nuestro Instituto, soportado además por otros estudios, es que en realidad la mayoría de las personas migrantes -legales o ilegales- no son autores de crímenes en Estados Unidos y, quienes están involucrados obedecen en su gran mayoría a crímenes menores. De hecho, los migrantes reportan la tasa de índices de criminalidad más bajas entre todos los grupos poblacionales.

Tenemos varios estudios con información desde 1970 que demuestran que los inmigrantes, sean documentados o indocumentados, están lejos de cometer crímenes en la misma proporción que personas nacidas en Estados Unidos. 

Pasemos a las propuestas, Donald Trump promete la deportación masiva más grande en la historia del país, así como insiste en la construcción de un muro con México, ¿Qué probabilidades tiene de lograr implementarlas en caso de ganar?

En realidad, la retórica del Partido Republicano, en este caso de la campaña del presidente Trump, lo que busca es generar miedo dentro la comunidad latinoamericana de inmigrantes en Estados Unidos. Pero, en la práctica, el gobierno no tiene los recursos necesarios para poder llevar a cabo ese tipo de deportaciones masivas.

Sí se puede aumentar el número de personas que son expulsadas de Estados Unidos en un número importante, pero no puede llegar a impactar a los 11 millones de personas indocumentadas que viven en Estados Unidos como lo quiere hacer ver.

El tipo de discurso de Trump tiene que ver más con convencer a esos sectores electorales que son decisivos este año, pero en la práctica es muy difícil de ejecutar su promesa dado que requeriría de muchos más recursos que tienen que ser aprobados por el Congreso de Estados Unidos. Y no se nos puede olvidar que requiere la ayuda del Partido Demócrata para poder pasar ese tipo de leyes.

A eso se suma que necesitaría de muchos esfuerzos para poder contar con la logística necesaria: más aviones, personal capacitado y mejores condiciones para detener a las personas bajo condiciones dignas.

El candidato presidencial republicano Donald Trump en un mitin de campaña en Atlanta, Georgia.

El candidato presidencial republicano Donald Trump en un mitin de campaña en Atlanta, Georgia.

Foto:AFP

Algo que, además, no solo depende de Estados Unidos…

Tenemos que ser claros con esto: aunque en Estados Unidos un presidente quiera deportar a más personas, al final del día, se requieren acuerdos para las repatriaciones a países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, en donde usualmente será muy difícil, sea Harris o Trump, poder convencer a esos países que reciban a sus ciudadanos de vuelta. 

Trump no solo se concentra en los ilegales, sino que promete restringir la migración legal de profesionales calificados. ¿Ve esto posible? 

En este caso, pienso que la postura del expresidente Trump no ha sido consistente. A principios de este año, el candidato habló de las posibilidades de poder ayudar a personas inmigrantes que lleguen con títulos universitarios a Estados Unidos para que logren su residencia. Pero, en los últimos meses, ha cambiado su postura diciendo que va a limitar el acceso a visas de personas de diferentes países para poder ingresar a Estados Unidos, algo que también dijo en su primer mandato al señalar que priorizará las plazas de trabajo para los estadounidenses. 

¿Existe realmente una competencia entre los profesionales extranjeros y los estadounidenses?  

Hemos visto en diferentes estudios y datos que, en realidad, los inmigrantes no compiten en general con personas nacidas en Estados Unidos porque trabajan en diferentes industrias y tipos de trabajo que la mayoría de las personas estadounidenses no ocupan.

Por eso, un punto clave para estas elecciones es en qué áreas del flujo migratorio se va a concentrar el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos. Hemos visto que, no solamente estudiantes, sino trabajadores buscan quedarse o reunirse con sus familias en Estados Unidos, por lo que si se restringe de manera radical ese tránsito legal podría ser contraproducente para la economía y en general para la estabilidad del país. 

Hablemos ahora de Kamla Harris, una vicepresidenta que heredaría lo ejecutado por Joe Biden. ¿Seguirá Harris el modelo actual o impulsará cambios?

Harris no sólo heredaría el modelo, sino también los retos que existen para implementar este tipo de cambios que busca hacer si es que gana la presidencia. Dos cosas. Para empezar, al principio, de hecho, el presidente Biden sí continuó muchas de las políticas de migración que empezó a poner el presidente Trump. En este caso, el más famoso ejemplo es el título 42, el cual ayudó a expulsar a millones de personas desde Estados Unidos a México o a sus países de origen, aún al empezar y hasta el año pasado, cuando decidieron terminar ese programa. Eso fue una continuación de una política del presidente Trump y hay otros ejemplos también.

El Congreso va a continuar dividido y que va a ser muy difícil buscar un compromiso entre los partidos para poder avanzar ese tipo de políticas de migración

Pero, en los últimos meses, especialmente en el último año, hemos visto un cambio en general, no solamente de la administración Biden, sino también de la ahora candidata Harris, al intentar ser más restrictivos en cómo pueden ayudar a acceder al asilo cuando una persona llega a la frontera de Estados Unidos-México. Hemos visto a los demócratas que han tomado posturas más y más estrictas a aquellas personas que buscan ingresar a Estados Unidos de manera irregular para solicitar asilo en Estados Unidos. Ahora hemos visto que el número está bajando.

Les repito que desde febrero el número ha bajado cada mes y ahora estamos en el mes más bajo de encuentros de migrantes en la frontera hasta tan siquiera septiembre del 2020. Pero, quizás lo más importante que va a tener que enfrentar la candidata o presidenta Harris, es encontrar el apoyo bipartidista que se requiere en el Congreso para poder llevar a cabo ese tipo de propuestas. Proteger a los Dreamers (menores indocumentados en Estados Unidos), convenciones, establecer más restricciones de asilo en la frontera, o por tan siquiera ayudar a las personas a tener un camino a una legalización o revolución en Estados Unidos, todo eso requiere el Congreso. Quizás algo que no ha sido muy puntual de la candidata Harris es en apuntar a cómo va a poder ella o cuál es su plan para poder aprobar este tipo de propuestas en el Congreso para que las pueda firmar. (Harris) Ha dicho muchas veces que en el primer día buscará firmar este tipo de iniciativas pero no ha dicho todavía cómo va a ser que el Congreso se las entregue en su escritorio en la primera semana, en el primer día, en sus primeros cien días. No ha sido muy claro en cómo va a ser eso todavía.

Kamala Harris en el cierre de su campaña en Washington, en Estados Unidos.

Kamala Harris en el cierre de su campaña en Washington, en Estados Unidos.

Foto:AFP

¿Hay alguna perspectiva de lo que se espere en el Congreso en estas coaliciones republicanas o demócratas?

Se espera, según las encuestas, que el Congreso va a continuar dividido y que va a ser muy difícil buscar un compromiso entre los partidos para poder avanzar ese tipo de políticas de migración. 

Aunque en Estados Unidos un presidente quiera deportar a más personas, al final del día, se requieren acuerdos para las repatriaciones a países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, en donde usualmente será muy difícil, sea Harris o Trump, poder convencer a esos países que reciban a sus ciudadanos de vuelta.

No solamente para dar recursos, sino, para reducir el asilo en Estados Unidos, como lo quiere hacer el presidente Trump, o para deportaciones, pero también va a ser muy difícil tener un consenso en el Congreso para poder aprobar la propuesta de ley, para poder darle algún ajuste de estatus a las personas inmigrantes indocumentadas que buscan regular su estatus, o también, por ejemplo, proteger a los Dreamers que ha mencionado Kamala Harris.

En realidad lo que hemos visto es que el centro del partido demócrata y republicano se está haciendo menos y menos viable en los últimos años, porque es más y más controversial la inmigración para gran parte de los dos partidos y por eso hace más difícil que haya ese consenso. Lo que sí quisiera aclarar en este caso y parecería un punto para empezar con «sea quien gane las elecciones», es que sí hubo un ejemplo en diciembre del año pasado, y enero de este año, en el cual ciertos republicanos y demócratas se reunieron para tener un compromiso en una propuesta de ley que le llamaban cómo brindar seguridad a la frontera, el “Secure the Border Bill”, y en ese caso sí hubo una pequeño pero importante esfuerzo de los dos partidos para poder aprovechar ese tipo de consenso. Al final, por razones que el presidente Trump no quería continuar ese tipo de propuesta, no se pudo llegar a un alcance para pasarlo en el Senado y todavía no sabemos si llegaría a pasar en la casa de representantes, pero es un buen principio para empezar, sea quien gane en la siguiente semana, para poder entender cómo se podría avanzar.

México y Panamá, además de otros países de la región, son claves para las estrategias migratorias. ¿Cuál es su perspectiva de la capacidad de trabajo colectivo del nuevo mandatario de EE. UU. sobre estos dos países?

Lo que nos ha quedado claro en los últimos tres años es que la migración hoy en día es muy diferente a la del 2019 o 2020 cuando el presidente Trump estaba en la Casa Blanca. Requiere, y es fundamental los requisitos para poder trabajar con personas y gobiernos de otros países, para poder manejar y gestionar una migración más regular en el hemisferio.

Esto no cambiaría de quién gana en la Casa Blanca en esta elección. Pero aparte, quizás podemos enfocarnos en Panamá y en México, que son dos gobiernos que han buscado aumentar sus controles migratorios en los últimos meses, pero también en los últimos años. También existen otros países. Colombia es muy importante, no solamente porque ha buscado regularizar a muchos migrantes, sino también porque es una pieza clave geográfica en cómo la migración venezolana ha pasado para Estados Unidos por Centroamérica, y también países aún más pequeños, pero también importantes como Guatemala, que ha puesto o buscado intentar aumentar sus controles y favorecer más a protecciones de peligros que están pasando. Entonces es muy difícil todavía saber exactamente cómo responderían estos gobiernos, pero claramente el modelo que utilizó el presidente Trump en los últimos años de su mandato de hacer amenazas a México o a otros países para poder buscar su apoyo, no sería necesariamente lo mismo y no funcionaría de la misma manera que lo hizo en el 2019.

Ahora, con una presidenta nueva en México, todavía buscamos ver qué es lo que ella quisiera; sean las prioridades y las negociaciones con Estados Unidos, por ejemplo, para poder llevar o continuar este tipo de controles que está haciendo México ahora, que debemos mencionarlo, han sido muy importantes para reducir el número de personas que están ingresando de manera regular a Estados Unidos. 

Stephany Echavarría - Editora INTERNACIONAL - EL TIEMO - @StephEchavarria

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