ABIYÁN, Costa de Marfil — Durante mucho tiempo, Costa de Marfil había sido un refugio para las personas LGBTQ, incluso cuando enfrentaban persecución en otras partes de África occidental. Pero en los últimos meses, esa sensación de seguridad se ha visto sacudida.
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Docenas de hombres homosexuales y personas transgénero dijeron a grupos de derechos humanos que habían sido atacados en Abiyán, la ciudad más grande de Costa de Marfil, después de que varios influencers exhortaran a sus seguidores en las redes sociales a “cazar woubis”, un término que se refiere a los hombres homosexuales afeminados y que se ha convertido en un eslogan para designar una comunidad estigmatizada.
El legislador más joven del país, que pertenece al mismo partido que el Presidente Alassane Ouattara, prometió presentar un proyecto de ley para “contrarrestar la expansión” de la homosexualidad.
“Costa de Marfil era un oasis de paz para la comunidad”, dijo Carlos Idibouo, un marfileño activista LGBTQ. “Ahora nos preguntamos: ¿corre peligro la gente?”.
Más de 30 de los 54 países de África criminalizan la actividad sexual entre personas del mismo sexo. No es ni legal ni ilegal en Costa de Marfil, una nación multicultural de unos 30 millones de habitantes que se enorgullece de su hospitalidad. Y Abiyán, conocida por su escena musical, de moda y artística, tiene mucho tiempo de ser un lugar favorito para las reuniones de organizaciones queer. Los jóvenes LGBTQ también se habían sentido libres de ir a citas en bares, restaurantes al aire libre y festivales.
Pero muchos, como Franck Blé, un estilista de 21 años, ya no pueden hacerlo. En septiembre, dijo, estaba fumando un cigarro cuando dos hombres le preguntaron: “Tus amigos que se comportan como mujeres; ¿dónde están?”. Dejaron a Blé con el rostro ensangrentado, un ojo morado y la fractura del arco superciliar, uno de los más de 45 ataques contra personas LGBTQ registrados desde septiembre por Gromo, un grupo LGBTQ marfileño.
Este verano, varios influencers de redes sociales acusaron al Gobierno de intentar favorecer a las personas LGBTQ vía una ley que protegería la “orientación sexual” de cualquier ciudadano. Mamadou Touré, vocero adjunto del Gobierno de Costa de Marfil, dijo que éste estaba comprometido a proteger a todos los marfileños.
En septiembre, unos jóvenes irrumpieron en un mercado en Abiyán, donde estilistas homosexuales trenzan el cabello de sus clientes. “Los gays deben irse”, gritaban al saquear los salones.
Touré acusó a activistas de los países vecinos de provocar la campaña en línea en un momento en que los gobiernos regionales se han alineado con Rusia. Pero también adoptó un tono de advertencia.
“Costa de Marfil es abierta, pero sigue siendo un País africano donde estos temas siguen siendo contrarios a nuestros valores”, dijo Touré.