Colombiana en Francia, sorprendida al comprobar que ‘el peor enemigo de un migrante es otro migrante’: ‘Hay personas que son egoístas, terminé crucificada’

hace 1 mes 61

Andrea Santoya es una colombiana que lleva tiempo radicada en París, Francia, y desde que llegó a ese país no la ha tenido nada fácil, ya que como migrante su situación ha sido bastante dura.

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Por eso aprovechó sus redes sociales para hablarle a sus seguidores de cómo es la situación allá, y contó una experiencia poco desagradable que le pasó cuando intentó ayudar aquellas personas que se encuentran sin trabajo.

Comenzó su video hablando de un adagio popular que ha escuchado en varias ocasiones, desde que vive en Francia y es: “El peor enemigo de un migrante es otro migrante”, y aunque ella nunca le había tocado vivir una situación en la que recibiera insultos por parte de las personas y más cuando era para ayudar a alguien que estaba necesitado.

Para Andrea fue una gran sorpresa y por eso lo quiso compartir con sus seguidores y por parte de ellos recibió apoyo y muchos les contaron que habían vivido experiencias iguales.

“Yo hice una publicación sobre una oferta laboral para un hombre, era un trabajo de demolición, así que utilice mis redes sociales para hacer pública esa oferta, lo hice porque soy consciente de que no todos llegamos con una oportunidad laboral y que en ocasiones se puede pasar algo difícil en el extranjero”, comentó Santoya.

Andrea lo hizo con el fin de ayudar a todos aquellos migrantes que llegan a París con un sueño y que a veces no la suelen pasar tan fácil y les toca dormir hasta en las calles.

“Muchas personas viven en las calles, en las iglesias pidiendo ayuda, así que bueno quise aportar como mi granito de arena y ayudarles a conseguir trabajo a algunos de ustedes. Sin mentirles recibí aproximadamente unos 115 mensajes, yo solo daba el número de contacto y ellos se encargaban de mirar si les convenía la oferta o no”, agregó.

De estos comentarios que recibió en sus redes sociales, había algunos en la que trataban mal y de que era “explotadora” y que el empleo al cual ella le estaba haciendo publicidad podría ser una “estafa” y que no confiaran en ese tipo de trabajos.

“Al final uno entiende la posición de las personas que llevan tiempo en el extranjero y que no quieren recomendar ni ayudar a los demás y de pronto se vuelven egoístas, pero lo hacen por el bien propio, porque al ayudar pueden terminar crucificado”, dijo Santoya.

A pesar de recibir toda clase de insultos, la colombiana hizo caso omiso y les contó a sus seguidores que mientras ella pudiera ayudarle a conseguir un empleo, lo iba a hacer, porque sabe lo duro que puede llegar hacer conseguir uno y más cuando son migrantes.

“Lo que me genera algo de tranquilidad es que de las 115 personas que me escribieron, ya una comenzó a trabajar. Mientras yo conozca más ofertas laborales, siempre las voy a publicar, porque me solidarizo y tengo empatía con las personas que llegan acá por una oportunidad y que les cuesta conseguir empleo”, concluyó.

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