Certificación antidrogas: William Brownfield alerta por ‘choque de trenes’ con Estados Unidos

hace 1 semana 15

El exembajador de Estados Unidos en Colombia William Brownfield dice, en diálogo con EL TIEMPO que el gobierno del presidente Gustavo Petro debe mostrar más resultados contra los narcocultivos, si quiere evitar nuevos ruidos con Donald Trump.

¿Se imaginó en algún momento que la situación diplomática entre Colombia y los Estados Unidos llegara a una situación como la que aparentemente está empezando a gestarse hoy?

Admito que estamos en un momento más complicado, más sensible quizás, que hemos visto en décadas. Pero si me preguntara si es el peor momento en la relación bilateral entre Estados Unidos y Colombia diría que no. Deberíamos acordarnos de los años 90 y creo yo que en ese momento fue mucho más complicado y difícil que en este momento. Ahora bien, admito que en este momento tenemos la situación de dos gobiernos y dos presidentes. No es solamente la cuestión de la personalidad de Petro o de Trump. El desafío para nosotros, básicamente los que creen en la relación positiva y bilateral entre Colombia y Estados Unidos, es buscar mecanismos, tácticas, estrategias para controlar las diferencias y evitar la detonación que convierte un problema en un desastre.

William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Colombia.

William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Colombia. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO

¿Qué va a pasar con las políticas migratorias de Trump? ¿Se van a endurecer?

Mi especulación es que, en el futuro inmediato –estamos hablando de los próximos meses–, habrá mucha actividad que para el 90 % del resto del mundo va a parecer bastante agresiva, en términos de expulsiones, en términos de procesos penales contra personas en los Estados Unidos. Y mi especulación es que después de un periodo de tiempo, y calculo meses, vamos a ver que las cifras indicarán que hay mucha menos gente que está entrando a los Estados Unidos en una manera irregular. Y en ese momento me imagino, o por lo menos es mi esperanza, que se pueda hablar de mecanismos, sistemas, políticas que van a garantizar, o casi garantizar, el control del movimiento de migrantes por nuestras fronteras hacia los Estados Unidos, y también un mecanismo que permite la entrada de personas que tienen un deseo o necesidad auténtica para entrar en los Estados Unidos.

¿Cómo está viendo hoy a Colombia, después de ese periodo en el que usted estuvo como embajador?

Colombia ya llega a la posición de tener los desafíos y hasta cierto punto los problemas económicos, sociales, políticos, de cualquier otro país democrático y normal en el mundo. Yo tenía el honor de servir como embajador de mi país acá en Colombia, durante el momento en que Colombia finalmente pasó el punto de inflexión, cuando fue inevitable que iba a resolver y superar los problemas que habían afligido a Colombia por décadas y décadas. Creo que eso es bueno, que Colombia ya está en esa posición. Ahora bien, ¿que eso ya complica hasta cierto punto el diálogo, la comunicación entre Colombia y Estados Unidos, por ejemplo? Por supuesto que sí. La verdad es que no teníamos muchas discrepancias entre Bogotá y Washington durante mi tiempo, porque básicamente teníamos los mismos retos fundamentales, seguridad, la droga ilícita, desarrollo económico y eliminación del terrorismo. Ya el universo es más amplio de contactos y ambos gobiernos y ambos pueblos tienen que aceptar esa realidad.

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Una de las camionetas 4x4 que recoge la coca en el Cauca. Foto:Juan Pablo Rueda, enviado especial de EL TIEMPO

¿En materia de seguridad y orden público usted ha visto algún tipo de deterioro?

Mi respuesta es sí, pero un sí calificado. Sin duda alguna, se puede decir que hemos visto eso en los últimos años. Creo que la culpa no es totalmente de Venezuela. Al contrario, creo que otro gobierno quizás al otro lado de la frontera tiene mucha más responsabilidad en eso. Se puede decir que el optimismo de 2016 con el acuerdo de paz, que sin duda alguna produjo resultados positivos a pesar de las diferencias de opinión, pero tengo que admitir que Colombia es mejor con ese acuerdo de paz que habría sido sin ese acuerdo. No fue perfecto, pero tampoco fue algo que dejó la situación peor, pero lo que ya vemos son los límites de ese acuerdo. Creo que hay que aceptar esa realidad hay que decir que el desafío del Gobierno de Colombia en este momento es buscar el mecanismo, la estrategia el rol o papel para la Policía, para las Fuerzas Armadas y lo que se puede hacer económicamente para responder o ya sean negociaciones si ese es el deseo o diálogo para resolver esos problemas. Es innegable que los problemas son peores en este momento.

El año pasado Colombia erradicó forzadamente 9.400 hectáreas y tenemos hoy 253.000 hectáreas según la ONU. ¿Eso va a ser un nuevo motivo de fricción con el gobierno de Donald Trump?

Por 50 años Colombia y Estados Unidos han tenido una relación simbiótica entre la producción de cocaína en Colombia, el consumo de cocaína en los Estados Unidos y por décadas cuando la producción subía, la demanda y consumo en Estados Unidos subía y lo que ha sucedido en los últimos 10 años es que la producción ha subido hasta 500 %, por lo menos 350 %, pero el consumo en Estados Unidos ha subido por solamente unos 60 % y eso quiere decir que en este momento no es simbiótico. Ahora bien, el problema por supuesto con la erradicación es que en el momento en que se decidió concluir la aspersión, no había buen plan para sustituir el mecanismo. El plan hasta cierto punto fue la erradicación voluntaria y voy a ser franco: la erradicación voluntaria casi nunca funciona y el problema es que se ofrecía solamente la zanahoria a los cocaleros, a los campesinos, que naturalmente no son criminales. En eso el presidente Petro tiene toda la razón, son campesinos humildes: el problema por supuesto es que ganan tres o cuatro veces más por una cosecha de coca que por casi cualquier otra cosa que puedan cultivar, aunque creo que el café podría servir.

Venezuela es una tragedia. En mi opinión, en Washington hay dos posiciones de personas en términos de cómo se debería tratar la tragedia de Venezuela.

William BrownfieldExembajador 

¿Cree que Colombia será descertificada por Washington en la lucha contra narcóticos?

En mi opinión sí, la matemática va a ser el problema en septiembre, cuando el gobierno de Donald Trump tiene que tomar su decisión de certificar o descertificar a los 30 o 40 países. En marzo normalmente se prepara la lista de los países donde hay actividad creíble en términos de la droga ilícita. Y en eso, por supuesto Colombia va a ser una de la lista. Y en septiembre el gobierno de los Estados Unidos tiene que decidir quién ha demostrado claramente que ha fallado en sus esfuerzos de controlar. Y mi mensaje es qué se puede hacer bilateralmente entre Colombia y Estados Unidos para dar evidencia de progreso en esa área. En mi opinión, hay que hacer algo de erradicación: si no hay por lo menos algo que indica un esfuerzo y que dé resultados, hay un alto riesgo. La erradicación de alguna manera tendrá que ser forzosa, porque voluntaria no sirve, nunca produce el resultado deseado. Nunca en la historia la sola erradicación voluntaria ha producido el resultado esperado.

William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Colombia.

William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Colombia. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO

Usted jugó un papel clave en este tema en el primer gobierno de Trump...

En 2017 tuve que dedicar los últimos días en servicio activo tratando de convencer a todas las personas de importancia de que esa decisión sería un desastre total, no solamente para Colombia sino para los Estados Unidos. Finalmente personas inteligentes tomaron la decisión correcta. Este año, el subsecretario de Estado para Drogas y Asuntos Policiales tiene que tener algo de evidencia, algo que puede usar en el debate interno del gobierno de los Estados Unidos para demostrar los resultados de Colombia. Ojalá que haya algo, faltan seis meses. Lo que se puede ver en esta materia son dos trenes avanzando uno hacia el otro por una sola carrilera a toda velocidad. Si nadie toma ninguna decisión, vamos a tener un choque de trenes. Espero que haya personas que tomen acciones serias para evitarlo.

¿Cuál cree que sea el futuro de Venezuela en la era Trump?

Venezuela es una tragedia. En mi opinión, en Washington hay dos posiciones de personas en términos de cómo se debería tratar la tragedia de Venezuela. Una línea de pensamiento dice que después de 26 años tenemos que enfrentar la realidad y hay que seguir en nuestros intereses nacionales, como tratamos con China o con Rusia. La otra línea dice que en este momento la peor amenaza para toda la región es el régimen de Nicolás Maduro y tenemos una colectividad que piensa en enfrentar y resolver ese problema.

MARÍA ALEJANDRA GONZÁLEZ DUARTE - REDACCIÓN POLÍTICA

JHON TORRES - EDITOR DE PAÍS 

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