Con un trino, el Partido Cambio Radical salió en defensa del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, en el choque que mantiene con el gobierno de Gustavo Petro por cuenta de la extensión de la avenida Boyacá. El Ejecutivo demandó la licencia ambiental otorgada por la CAR para proceder con el proyecto que busca extender la importante avenida desde la calle 171 hasta la calle 223.
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"Que triste ver que los que gobernaron mal a Bogotá, y ahora lo hacen con Colombia, en aquel entonces no hicieron y ahora no dejan hacer nada", dijo la colectividad, que aprovechó un discurso del alcalde de Barranquilla, Alejandro Char -avalado por dicho partido-, para cuestionar el contraste entre posturas con el primer mandatario nacional.
"A nosotros no nos da pena decir que el cemento es progreso, bien lo dice nuestro alcalde de Barranquilla, Alejandro Char", dice el trino, que viene acompañado de un discurso del alcalde barranquillero.
"Y a mi me dicen el alcalde del cemento porque pavimento. Yo les digo, vaya a usted a vivir en una casa y salga de ella a las 8 de la mañana y pise barro o trague polvo, a ver si van a querer vivir en ese barrio. La gente estaba cansada de pisar barro y las abuelitas en sus casas esperaban pacientemente su muerte porque no había acceso a las ambulancias. Por eso pavimenté los barrios del sur (de Barranquilla) a todos, y todavía faltan calles", dice el discurso que compartieron del alcalde de Barranquilla.
El origen de la polémica
La polémica comenzó desde la semana pasada pero se prolongó ante los nuevos trinos del alcalde Galán, en los que recordó que el proyecto de ampliar la avenida Boyacá viene desde la administración de Gustavo Petro, en 2012. "Se incluye la extensión de la Avenida Boyacá, bajo el nombre Avenida Low Murtra, hasta la calle 240, pasando por la reserva Van Der Hammen"; dijo Galán.
El alcalde bogotano ha cuestionado al gobierno central pues estos se han opuesto a otros proyectos estratégicos de la ciudad. Además, el choque viene desde antes, por cuenta de la ejecución del metro de Bogotá. Desde el gobierno central se insistió hasta lo último en que la primera línea del metro fuera subterránea, a pesar de que ya se venía desarrollando el actual proyecto, que es sobre un viaducto.