Durante años, soñaron con un retiro distinto: sin grandes lujos, pero con lo esencial para vivir bien y, sobre todo, cerca de sus personas favoritas. Cuatro parejas de Texas, amigas de toda la vida, decidieron tomar el destino en sus manos y construir algo único. Planearon en conjunto una pequeña comunidad de minicasas para envejecer juntas.
En 2016, ese sueño se materializó a orillas del río Llano, cerca de Austin, Texas. Contrataron a un arquitecto local, Matt García, para diseñar cuatro viviendas compactas y una casa común que funcionaría como punto de encuentro. Llamaron al proyecto 'Llano exit strategy' y cada pareja invirtió US$40.000. Así, vivieron allí en armonía, rodeadas de naturaleza, compartiendo cenas, charlas y atardeceres.
Pero en 2024 todo cambió. Sin ningún conflicto entre ellos, una propuesta inesperada golpeó la puerta: un comprador ofreció US$3'000.000 por el complejo, con planes de convertirlo en un conjunto de alojamientos turísticos. Así, lo que comenzó como un refugio íntimo para el retiro, terminó por convertirse en un exitoso negocio inmobiliario.
¿Por qué decidieron vender su tranquilo paraíso de minicasas en Texas?
El propio arquitecto del proyecto confesó al Daily Mail que nunca había visto a un grupo de personas concretar este tipo de idea, a pesar de que miles se lo han planteado. Pero, cuando apareció una oferta millonaria de una empresa local especializada en convertir espacios en destinos turísticos, las parejas no lo dudaron: decidieron vender.
¿Cómo eran por dentro las minicasas que construyeron en Texas?
Cada cabaña tenía 37 metros cuadrados y aprovechaba el espacio al máximo. Los techos inclinados recolectaban agua de lluvia y las paredes de acero reflectante ayudaban a mantenerlas frescas durante el verano.
En su interior, la madera contrachapada aportaba calidez. Había lugar para una cama doble, un sofá, un baño privado y un rincón para descansar. El terreno incluía una casa principal de 140 metros cuadrados donde compartían comidas.