Actitud Autodestructiva / Nikolay Tavdumadze, Embajador de Rusia en Colombia

hace 3 horas 11

La saliente administración de Joe Biden con uno de sus últimos decretos, perjudicando aún más las relaciones con Moscú, impuso nuevas medidas restrictivas contra el sector petrolero ruso. Sin embargo, el mismo expresidente demócrata reconoció que eso conllevaría un aumento del precio de combustible en EE.UU. Nos encontramos ante una situación bastante ridícula: los líderes occidentales entienden el carácter contraproducente de sus políticas antirrusas, se dan cuenta del daño que hacen estas medidas a sus propias economías; y aun así, siguen obstinados en la idea fija de tratar de infligir una “derrota estratégica” a Rusia, la que no van a alcanzar.

Extracción de petroleo. (Imagen de referencia).

La salida de Joe Biden impuso nuevas medidas restrictivas contra el sector petrolero ruso. Foto:Jaime Moreno/Archivo EL TIEMPO

La realidad es contraria a las aspiraciones de los países occidentales y muy desalentadora en lo económico (sobre todo en Europa). Los efectos negativos de las sanciones los siguen sufriendo ante todo los países que utilizan esta herramienta en sus estrategias geopolíticas. Como las medidas restrictivas impuestas contra Rusia alteraron las cadenas internacionales de producción y venta, quebraron el equilibrio de flujos de inversiones y comercio a nivel global, la tasa de crecimiento de los países desarrollados en 2024 no superará el 1,8%. Más aún, el Reino Unido, Japón y Canadá están acercándose a una recesión.

El Viejo Continente enfrenta una situación muy complicada. Según las proyecciones, el PIB de la UE en 2024 crecería un 0,9%. Como una de las razones, los expertos mencionan el alto precio del gas y petróleo. Las industrias que requieren mucha energía se están asfixiando. En Alemania, por ejemplo, en 2024 la producción industrial cayó el 12,5%, en el sector químico, el 23%; el número de vehículos fabricados es un cuarto menos que en la época pre-Covid.

El artífice del discurso antirruso, EE.UU., no desaprovecha la situación. La venta del gas natural licuado a la UE le rinde grandes ganancias, unos 53 mil millones de euros en 2024. Los europeos antes pagaban 6 mil millones de euros mensuales por los suministros del gas extranjero (incluido el ruso). Una vez excluida Moscú de la lista de proveedores, la cifra ha aumentado hasta los 15 mil millones de euros; sin duda alguna, subirá aún más tras la negativa de Kiev de continuar este año con el tránsito de gas de Rusia a Europa. El alto precio que se paga por la energía se refleja en costos de producción de todos los bienes y servicios. El que paga por todo esto es, al fin y al cabo, el usuario final, o sea los ciudadanos comunes.

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Para la Casa Blanca, las sanciones son, herramienta de la lucha con los competidores. Foto:KOB

Para la Casa Blanca, las sanciones son, entre otras cosas, herramienta de la lucha con los competidores. Una herramienta que, cabe destacar, es incompatible con los principios de libre comercio propagados por Washington. Esto, sumado con la creciente desconfianza hacia la moneda estadounidense y los problemas con las finanzas públicas del país, provocó una salida de 400 mil millones de dólares en las inversiones extranjeras en los bonos de tesoro de EE.UU.

Circulan noticias de que la UE está preparando nuevas sanciones contra la economía rusa. Quiero hacer recordar que éste sería ya el 16(!) paquete de restricciones. Deberían reflexionar profundamente ellos si realmente vale la pena continuar con estas políticas miopes con miras a aislar a nuestro país, cuando esta actitud, guiada por las convicciones políticas y no por viabilidad económica, perjudica a los mismos europeos, sin traer el resultado deseado. Espero que tomen en cuenta eso también los países de la Mayoría Mundial, cuando Bruselas o Washington intenta persuadirlos a adherirse a las restricciones, en gran parte autodestructivas, contra Moscú.

Nikolay Tavdumadze

Embajador de Rusia en Colombia.

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