Videojuegos: ¿amigos o enemigos de su salud? La ciencia revela los beneficios de jugar hasta tres horas diarias

Hoy en día, los videojuegos se consolidan como una de las formas de entretenimiento más atractivas y accesibles globalmente. Esta tendencia ha permeado generaciones, involucrando a personas de todas las edades que dedican tiempo a explorar mundos virtuales cargados de retos. 

Pese a su popularidad, la relación entre videojuegos y salud mental ha sido motivo de debate, con preocupaciones centradas en posibles adicciones y efectos negativos en las relaciones sociales. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature Human Behaviour desafía esta visión negativa, argumentando que jugar videojuegos hasta tres horas diarias podría tener un impacto positivo en el bienestar mental.

Juegos de video y su evolución como herramienta cognitiva

Con la creciente digitalización, los videojuegos han evolucionado de simples pasatiempos a un medio que abarca múltiples géneros, desde contenidos educativos hasta simuladores de la vida real y experiencias colaborativas. 

Los videojuegos cooperativos y creativos mejoran la autoestima y la socialización.

Foto:iStock

Esta diversidad ha posicionado a las consolas y plataformas de juegos en línea como herramientas que pueden fomentar habilidades cognitivas. Sin embargo, es necesario aclarar que el abuso de este entretenimiento digital podría impactar negativamente la salud física y mental, generando dudas acerca de su influencia.

En este contexto, José Soza, psicólogo y docente de la Continental University Of Florida, explicó a 'El Comercio' que la relación entre los videojuegos y la salud mental depende de múltiples factores, como el tipo de juego, el tiempo de uso y el contexto social, además de la personalidad del jugador. 

Algunos videojuegos pueden fomentar habilidades sociales y emocionales, mientras que otros, si se utilizan de forma desmedida, pueden exacerbar problemas preexistentes como la ansiedad o el aislamiento social.

Estudio en Japón: videojuegos y bienestar mental en tiempos de pandemia

Un estudio titulado Causal effect of video gaming on mental well-being in Japan 2020–2022, liderado por Hiroyuki Egami, investigó los efectos de los videojuegos en la salud mental durante la pandemia de covid-19.

Basado en un experimento con 97,602 personas entre 10 y 69 años en Japón, el análisis evaluó cómo el tiempo de juego y el tipo de consola influyeron en el bienestar psicológico de los jugadores. 

Para ello, el estudio aprovechó la distribución aleatoria de consolas Nintendo Switch y PlayStation 5, dada la escasez de estos dispositivos en esa época. Los resultados mostraron que quienes jugaban entre una y tres horas diarias reportaron mejoras en su salud mental y una mayor satisfacción con la vida.

¿Qué factores impactan el bienestar de los jugadores?

Cantidad de tiempo de juego

Según el estudio, el tiempo de juego es un factor determinante en el bienestar mental, ya que jugar menos de tres horas diarias se asocia con beneficios, como menor malestar psicológico y mayor satisfacción. Sin embargo, superar este límite podría provocar efectos contraproducentes.

Tipo de consola

La consola utilizada también influye en los efectos de los videojuegos. La Nintendo Switch, por ejemplo, promueve un juego más cooperativo y familiar, lo que beneficia en especial a los adolescentes, como destacó la psicóloga clínica Ana Rodríguez, ya que permite una mayor interacción social y conexión con amigos y familiares.

En contraste, la PlayStation 5, con títulos más complejos y competitivos, resultó ser mejor para jugadores adultos o intensivos. Aunque ofrece modos multijugador, tiende a enfocarse en experiencias individuales, lo que podría limitar sus beneficios sociales frente a la Nintendo Switch.

Contexto social de juego

Liliana Tuñoque, psicóloga de la Clínica Internacional, resaltó que jugar en un entorno social favorable, como con familiares o amigos, puede enriquecer la experiencia, fortaleciendo relaciones y generando un sentido de comunidad. Rodríguez complementa esta idea al afirmar que el apoyo social recibido a través del juego puede actuar como un mecanismo de protección contra el estrés y la ansiedad.

Perfil del jugador

La investigación encontró que adolescentes y jugadores casuales parecen obtener mayores beneficios emocionales. Para jugadores intensivos, los efectos positivos dependen del tipo de consola y del tiempo de juego. 

Adicionalmente, el Nintendo Switch favorece a ambos géneros, mientras que el impacto positivo de la PlayStation es más frecuente en hombres.

“Definitivamente, hay diferencias significativas entre los grupos etarios y de género”, recalcó Soza, al destacar que los adolescentes son especialmente sensibles tanto a los efectos positivos como negativos, dado que se encuentran en una fase de desarrollo emocional. Además, estudios sugieren que los hombres prefieren juegos de competencia, mientras que las mujeres tienden a elegir títulos de estrategia o sociales.

Beneficios de los videojuegos en la salud mental

El estudio concluyó que los jugadores que dedican menos de tres horas al día a los videojuegos experimentan una notable reducción en el malestar psicológico. Esto sugiere que jugar de forma moderada puede aliviar el estrés y la ansiedad, proporcionando una mayor satisfacción con la vida. 

Además, plataformas como el Nintendo Switch, que favorecen juegos compartidos, pueden mejorar la interacción social, fortaleciendo lazos y mitigando la soledad, especialmente en situaciones de aislamiento como la pandemia.

Rodríguez también mencionó que “los videojuegos se suelen asociar con el desarrollo de habilidades cognitivas, como la resolución de problemas, la toma de decisiones, la memoria y la coordinación mano-ojo”. Juegos que requieren planificación y estrategia, según la psicóloga, pueden favorecer el bienestar mental y contribuir al desarrollo de habilidades esenciales.

MILENKA DUARTE

El Comercio (Perú) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.