Un año después del exitoso lanzamiento de Diablo IV, Blizzard regresa con la expansión Vessel of Hatred, una adición significativa que no solo continúa la narrativa del juego base, sino que también introduce una nueva clase y región.
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La trama principal de Diablo IV quedó en suspenso tras la desaparición de Neyrelle con la Piedra del Alma que contiene a Mefisto, el Señor del Odio. Vessel of Hatred retoma esta narrativa, llevando a los jugadores a la región selvática de Nahantu, una locación inspirada en Mesoamérica, que añade un ambiente fresco y exótico. Esta región se destaca por sus paisajes variados y detalles que evocan una atmósfera oscura, perfecta para el tono de la saga.
La historia está bien contada, con suficientes picos dramáticos para mantener el interés, aunque resulta un tanto corta, con una duración aproximada de nueve horas. A pesar de esto, es una experiencia inmersiva que amplía el trasfondo de la saga y deja espacio para futuras expansiones.
Uno de los elementos más esperados de esta expansión es la nueva clase: el Espiritualista. Este personaje introduce una dinámica de juego muy versátil al poder canalizar el poder de cuatro animales guardianes (Gorila, Jaguar, Águila y Ciempiés), cada uno de los cuales altera las habilidades y atributos del personaje. Esta flexibilidad permite a los jugadores adaptar su estilo de combate, ya sea enfocándose en el combate cuerpo a cuerpo o en ataques a distancia.
Aunque el Espiritualista destaca por su capacidad de cambiar de roles según la situación, algunos jugadores pueden encontrar que su falta de especialización lo vuelve un tanto vulnerable en niveles de dificultad más alto.
Vessel of Hatred también introduce una serie de mejoras que pulen y expanden la experiencia de juego. Entre las más notables está la adición del sistema de mercenarios, que permite reclutar aliados controlados por la IA para asistir en combate, mejorando la versatilidad del juego en solitario. También se han ajustado sistemas clave como el nivel máximo (ahora 60), el Paragón y la calidad de los objetos, lo que proporciona más profundidad al juego base.
Además, se ha introducido la Ciudadela Oscura, una nueva actividad cooperativa PvE, ideal para quienes buscan un reto grupal en el endgame. Si bien la dificultad no es tan elevada como en otros títulos de Blizzard, la mazmorra añade una capa extra de contenido para los jugadores veteranos.
Vessel of Hatred cumple con las expectativas de los fans de Diablo IV, aunque su campaña breve y algunas críticas sobre la dependencia futura de expansiones pueden restarle puntos. No obstante, la adición de una nueva clase, región y mecánicas de juego lo convierten en una compra atractiva para quienes buscan más contenido en este oscuro universo.