En medio del debate por el choque de versiones entre el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, y el presidente Gustavo Petro sobre la fumigación con glifosato, las delegaciones del Gobierno y de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB) ratificaron, al cierre de la cuarta ronda de negociación, el compromiso de sustituir 30.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca en Nariño y Putumayo, compromiso que había sido anunciado a principios de este mes en el municipio de Roberto Payán.
El encuentro tuvo lugar en La Hormiga, a 150 kilómetros de Mocoa (Putumayo), y contó con la presencia de Geovany Andrés Rojas, alias Araña, jefe de los ‘Comandos de la Frontera’, quien reapareció por videollamada durante las plenarias, dos meses después de su detención al cierre de la tercera ronda de diálogos en Bogotá. En este espacio, el cabecilla, solicitado en extradición por delitos de narcotráfico -EL TIEMPO conoció que se encuentra en el pabellón de extraditables de La Picota-, manifestó que continuará en el proceso.
El cuarto ciclo se desarrolló entre el 7 de abril y este jueves. Foto:Oficina del Consejero Comisionado de Paz
Parte de la discusión durante los dos días de conversaciones giró en torno al mencionado acuerdo de sustitución. Este plan, que será concertado con las comunidades, incluirá proyectos productivos y obras en estos territorios. Nariño y Putumayo ocupan el primer y segundo lugar, respectivamente, entre los departamentos con mayor área sembrada de cultivos de coca. En el primero hay, según datos de 2023 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 64.990 hectáreas, y en el segundo 50.343, para un total de 115.333.
Sobre este compromiso, el comisionado de paz Otty Patiño, en diálogo con EL TIEMPO, manifestó que el objetivo es que comience a ejecutarse lo antes posible. “Yo creo que antes de que termine este año eso debe estar en marcha, y desde luego, el Estado, al asumir estos compromisos, adquiere una dinámica muy fuerte en esa región”, señaló.
Asimismo, ese grupo armado, escisión de la Segunda Marquetalia, firmó varios compromisos de índole humanitaria, como el no reclutamiento de menores de edad y la no utilización de minas antipersonal. En ese sentido, también se acordó la creación de una subcomisión para acompañar el retorno de las personas desplazadas por los enfrentamientos de los Comandos de la Frontera -que, junto a la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, conforman la CNEB- y otros grupos armados presentes en Jardines de Sucumbíos.
El ciclo contó con el acompañamiento de la Iglesia y los países garantes. Foto:Oficina del Consejero Comisionado de Paz
“¿Por qué los animamos a seguir avanzando en el diálogo entre el Gobierno y la Coordinadora Nacional? Constatamos que es, en primer lugar, importante responder al clamor de las comunidades, a la urgencia de que se cumpla lo establecido por el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos. Hay una aspiración legítima de transformaciones territoriales que resuelvan el vacío histórico de la presencia del Estado y garanticen el desarrollo integral que beneficie a todos los habitantes con una vida digna”, señaló monseñor Héctor Fabio Henao, delegado para las relaciones Iglesia-Estado.
Finalmente, se firmó un acuerdo para trazar la hoja de ruta que conduzca a un acuerdo definitivo e incorpore las conclusiones de las demás subcomisiones creadas hasta la fecha en el marco de esta mesa, que —vale la pena recordar— se instaló en julio del año pasado en Caracas. En el encuentro, además de Araña, estuvieron presentes José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza, y los delegados del Gobierno, liderados por Armando Novoa. También se confirmó que el próximo ciclo de diálogos será a finales de mayo en el municipio de Tumaco, Nariño.
CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
X: (@camiloandres894)