El exministro Juan Camilo Restrepo habló con EL TIEMPO sobre la actualidad del gobierno Petro, el panorama político y la apuesta de la consulta popular por la reforma laboral. Fue crítico con la ‘paz total’.
Usted ha sido crítico con la actualidad política del Gobierno, ¿por qué?
Veo que el gobierno Petro agotó todos los espacios de coalición y de acuerdo nacional, de los cuales habló mucho pero nunca trabajó. Ahora, le pone todo su impulso político a la famosa consulta popular. Pero, eso tampoco va a funcionar. No va a funcionar porque es muy difícil que esa consulta logre los 13 millones de votos para que se apruebe. Mi impresión es que le va a dar manivela a ese tema de la consulta, porque le da calle y balcón, pero al final terminará abortándola.
¿Cuál es el futuro de la consulta, según su opinión?
Terminaremos con el mejoramiento de las condiciones laborales vía ley y no por consulta, entre otras cosas porque el resto de mecanismos de participación que se han usado han fracasado, incluso a Uribe cuando estaba en el cénit de su popularidad. No le veo futuro a esa consulta y más con su costo exorbitante.
El presidente Petro insiste en la consulta popular para sacar adelante su reforma laboral. Foto:Joel Gonzalez. Presidencia
O sea, ¿usted cree que es mejor que el Congreso niegue la realización de la consulta?
No. El Congreso está en un predicamento muy complicado. Si la niega, va a parecer un enemigo del mejoramiento de las condiciones laborales. De inmediato el Gobierno se aprovechará de esto y lo mandará a las tinieblas de la opinión pública.
Pero, ¿no está el Gobierno contra la pared si no apoya la resurrección de su reforma laboral o el proyecto de los liberales, que tiene varias de las propuestas a preguntarle a los colombianos?
La consulta es una apuesta electoral grande del Gobierno. Entonces va a intentar jugar en una cancha de dos escenarios. Seguirá impulsando la consulta popular, ante la movilización que le da, y al mismo tiempo no se opondrá a las iniciativas de orden parlamentario. En algún momento dejará morir la iniciativa de la consulta popular y se pasará a apoyar la fórmula legislativa. En ese momento, el ministro Armando Benedetti (Interior) saldrá del escenario y tomará la batuta Antonio Sanguino (Laboral).
Ya que habla de Benedetti, ¿cómo ve su gestión luego de que pasara la polémica por su llegada y el optimismo de los que lo veían como el gran componedor de la agenda de Gobierno?
Dentro de lo que han encomendado hacer y lo que representa, no lo ha hecho mal. Lo hizo peor antes de ser ministro que siéndolo. Está cumpliendo con la tarea que le encomendaron con relativo éxito. Vamos a ver cómo le funcionan las cosas cuando deba asumir sus otras responsabilidades, que no es solo la consulta popular.
El renunciado Jorge Rojas, el presidente Gustavo Petro y el ministro Armando Benedetti. Foto:Presidencia de la República
¿Eso quiere decir que no les ve buen futuro a las reformas del gobierno en el Congreso?
Veo el panorama muy malo. No veo coalición o grupos mayoritarios con los que se pueda decir que se van a sacar adelante las reformas de la salud y las otras que andan. Veo un ánimo muy crispado y lo que estamos viendo es que el gobierno de Petro solo cuenta con el 20 por ciento de las bancadas y el pretende, equivocadamente, que con ese porcentaje tenga la capacidad de exigir que se aprueben todo lo que quiere a pie juntillas.
¿El presidente Gustavo Petro tiene alguna razón cuando dice que hay un bloqueo legislativo?
Esa es una de las mentiras políticas que el gobierno repite, pero no tienen fundamento. Este Congreso le ha aprobado infinidad de leyes importantes al actual gobierno, comenzando con la tributaria y otras leyes. No pueden hablar de bloqueo parlamentario. Lo que pasa es que no se puede confundir bloqueo con la incapacidad del Gobierno por lograr unas mayorías en las comisiones respectivas.
Usted ha estado muy activo hablando de la guerra comercial de Trump, ¿cómo ha visto la gestión del gobierno Petro desde febrero, de la crisis que hubo, hasta hoy?
No ha sido mala, porque hasta el momento se han quedado quietos. Han jugado una carta en la dirección de la discreción y han evitado el activismo. Sería grave que recurrieran a esto último en algún momento porque más sal le echarían a las heridas relaciones con los Estados Unidos. La discreción manejada es muy buena, sobre todo cuando es muy probable que se descertifique al país.
Hablando de la descertificación, usted destacó las decisiones tomadas por el Gobierno sobre glifosato y erradicación, pero dice que es tarde, ¿por qué?
Se han sembrado más de 250.000 hectáreas y el año pasado se hizo la más baja erradicación de la última década. Por eso fue que el gobierno comenzó a hablar de usar glifosato. El gobierno se ha asustado sobre cómo el gobierno estadounidense va a leer estas cifras, las más malas de la historia del país. Entonces, solo es un esfuerzo desesperado de última hora para tener una carta que mostrar en la discusión de la descertificación. Pero es tarde, ya está disparada la siembra de coca. Además, recordemos que ya se va a acabar el estado de conmoción en el Catatumbo y no sabemos si se ha avanzado en las 25.000 hectáreas que iban a erradicar.
Restrepo destacó las decisiones tomadas por el Gobierno sobre erradicación, pero dice que es tarde. Foto:Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
Fue muy crítico con lo expuesto en el pasado consejo de ministros sobre el tema energético, ¿por qué?
Primero, quiero referirme al tono y lenguaje del Presidente, que es inaceptable. No puede coger los canales oficiales y los privados para acusar de ladrones, extorsionistas, estafadores y bandidos a todas las empresas que trabajan en el sector energético y a los mandatarios que lo han antecedido. Está utilizando un lenguaje de alcantarilla contra sus contradictores. Si tiene que controvertir, que lo haga en un tono digno y de altura, como le corresponde al Presidente de la República. Si fuese cierto que todos los gerentes de las empresas energéticas son unos estafadores y bandidos, pues él tiene el deber de presentar la denuncia penal correspondiente. Pero, como no es el caso, tiene el deber de tratar bien a todos los colombianos porque está normalizando el uso de un lenguaje paupérrimo y polarizando el clima político en Colombia.
¿Y los contenidos de ese consejo?
Hay una propuesta buena, pero utópica. Dice que pagará el subsidio a los estratos 1, 2 y 3, que actualmente no ha pagado, con paneles solares en los techos de 8 a 10 millones de hogares. Es una idea bonita, pero está muy lejos de plasmarla en la realidad: por los tiempos, costos y organización. Este gobierno es muy dado a hacer anuncios, pero los hace de forma improvisada y de allí no sale ninguna realidad concreta. Lo hace ofuscando la realidad de las cosas. Como lo que dijo sobre importar energía de Panamá, cuando en Darién no hay líneas de alta tensión que permitan eso que él propone. No se puede manejar estos temas de tanta importancia para el país con esa ligereza verbal y de contenidos. Van muy mal la energía eléctrica y el gas. Además, Ecopetrol se está marchitando de una forma muy preocupante.
También ha cuestionado la forma en que el mandatario se ha pronunciado contra el Banco de la República, ¿por qué?
Solo digo, qué tal que la inflación no estuviera relativamente controlada, como ocurre ahorita, se imaginan el chaparrón de insultos que vendrían del Gobierno al Banco de la República. La inflación está controlada gracias al emisor y no gracias al gobierno Petro. Por eso me parece impreciso e injusto todas las descontextualizaciones que permanentemente el Gobierno les ha hecho a los directores del Banco de la República. Ellos no son funcionarios de la Casa de Nariño sino de un banco central a los que la Constitución ha rodeado de independencia total del Gobierno. Afortunadamente tenemos eso, porque ha sido gracias a ello que Colombia ha tenido un buen comportamiento alrededor de la inflación, no como ha pasado en otros países. Eso es gracias a un banco independiente que le ha dicho no al ministro de Hacienda. Las tasas no han bajado porque se ven nubarrones en el panorama económico.
El exministro Restrepo también fue negociador del Gobierno ante el Eln. Foto:Oficina del consejero Comisionado de Paz
¿Cómo ve la actualidad de la ‘paz total’, sobre todo ante su experiencia como negociador?
De la paz total no queda absolutamente nada, solo unos rescoldos. Pero, en el fondo es un fracaso total. Ha faltado gerencia, organización y planeación. La idea original no era mala porque era una paz con un brazo largo que arropara muchos grupos. Para hacer eso se necesitaba una gran capacidad de organización y claridad que no se ha tenido. Se ha ido de improvisación en improvisación y los resultados son lamentables.
¿Qué piensa del estado del diálogo con el Eln, que no se ha acabado, pero tampoco se ha reanudado? ¿Qué debe hacerse?
Es muy lamentable lo que ha ocurrido con el Eln, pero solo ha sido culpa de esa guerrilla y no del Gobierno. Han visto pasar el tren de la tierra en sus narices y no se montaron en él. Se han especializado en violar el derecho internacional humanitario, irrespetando a los civiles no combatientes. Esto ha llevado a que sea muy improbable, y casi que imposible, que, al menos, en este gobierno se pueda llegar a un acuerdo de paz con estos señores. Pero siempre hay que persistir, así como con los otros grupos, porque las llaves de la paz no las puede tirar al fondo del mar este u otro gobierno.
JUAN LOMBO