Tiene una pizzería en EE. UU. y fue a prisión por amenazar a sus empleados migrantes con esto

hace 3 semanas 14

Los migrantes en Estados Unidos pueden estar expuestos a distintas situaciones de discriminación cuando arriban al país, sean indocumentados o no. Uno de los aspectos más complicados para ellos es el del trabajo, tal como ocurrió con el dueño de una pizzería que fue a prisión por haber amenazado a sus empleados extranjeros.

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Según el sitio oficial del Departamento del Distrito de Massachusetts, el dueño de Stash's Pizza, una cadena de pizzerías en Massachusetts, fue sentenciado por cargos de trabajo forzado hacia seis de sus empleados migrantes, cinco hombres y una mujer a los que amenazó y hostigó por un tiempo prolongado.

El acusado, llamado Stavros Papantoniadis, obligó o intentó obligar a las víctimas a trabajar para él mientras las amenazaba con deportarlas ante las autoridades de inmigración de Estados Unidos, cumpliendo con exigencias laborales mediante abuso físico violento, y además efectuando amenazas de violencia y daños graves.

La pena para Papantoniadis es de 102 meses de prisión, un año de libertad supervisada y pagar una multa de US$35.000. Cabe recordar que el implicado ya había sido detenido el 16 de marzo de 2023 y se encontró bajó esa condición durante todo este tiempo, hasta que se conoció su sentencia definitiva.

El acusado fue condenado a 102 meses de prisión en EE. UU.

El acusado fue condenado a 102 meses de prisión en EE. UU.

Foto:iStock

Las pésimas condiciones en las que trabajaban las víctimas del dueño de la pizzería en Estados Unidos

Acorde al sitio oficial del Distrito de Massachusetts, Papantoniadis tenía poco personal en sus pizzerías y empleaba deliberadamente a trabajadores sin estatus migratorio para que trabajaran tras bastidores, durante 14 horas o más y hasta siete días a la semana, algo que es penado por la legislación de Estados Unidos.

“Para mantener el control de esos trabajadores indocumentados, les hizo creer que les haría daño físico o que los deportaría. Vigilaba a los trabajadores con cámaras de vigilancia, a las que accedía desde su teléfono móvil, y los degradaba, insultaba y acosaba constantemente”, contaron los investigadores.

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