Roger Thomas, un residente de Florida de 85 años, dejó atrás los estereotipos asociados al envejecimiento. Su vida está lejos de ser sedentaria: no utiliza bastón, mantiene una rutina activa y luce un estado físico envidiable.
Su energía, su capacidad para correr y ejercitarse, y su aspecto rejuvenecido son solo algunas señales de una vida marcada por la disciplina. Lo que muchos no imaginan es que su dedicación al ejercicio también fue clave para vencer una grave enfermedad.
Un diagnóstico inesperado que cambió su historia
En 2015, cuando tenía 75 años, Roger recibió una noticia que lo tomó por sorpresa. Una colonoscopia reveló que tenía cáncer de colon, pese a no haber experimentado síntomas previos.
“No tenía síntomas, ni idea de que tenía cáncer. Me lo encontraron al hacerme una colonoscopia”, relató en diálogo con Spectrum News.
La detección temprana permitió que los médicos intervinieran rápidamente y le extirparan el tumor antes de que el panorama se agravara.
La importancia de su condición física para superar el cáncer
Según explicó Thomas, los profesionales de la salud que lo atendieron destacaron la influencia positiva que su buen estado físico tuvo en el proceso de recuperación.
“Los médicos me dijeron que el tumor llevaba mucho tiempo ahí, pero que estaba haciendo algo para evitar que se propagara”, afirmó. La actividad física se convirtió entonces en una herramienta vital. “El gimnasio literalmente me ha salvado la vida”, reconoció.
El ejercicio como una forma de vida
Superada la cirugía, Roger no abandonó su rutina. Volvió al gimnasio con el mismo ímpetu que lo ha acompañado durante años. Su entrenamiento incluye levantamiento de pesas, carreras y ejercicios de resistencia.
Lejos de conformarse, se prepara para competir en una categoría de fisicoculturismo para adultos mayores. “El gimnasio salvó mi vida”, reafirmó.
En su camino hacia una mejor condición física, enfrentó dificultades iniciales. Su fuerza era limitada y su resistencia, baja. “Cuando empecé, solo podía levantar 32 kilos en press de banca y no podía hacer esto en absoluto”, recordó. Hoy, su progreso es evidente. “Ahora levanto casi el doble”, aseguró con orgullo.
Motivación constante y un ejemplo para otros
Roger entrena cuatro veces a la semana y mantiene una alimentación equilibrada, supervisada por un nutricionista. A través de su cuenta de Instagram (@gymratgrandpa_), comparte videos y consejos para incentivar a otros a adoptar un estilo de vida más activo.
“Me gusta el reto. Me gusta que me permita caminar sin bastón. Todavía puedo correr, practicar deporte con normalidad y hacer todo lo que hacía antes”, explicó.
El entusiasmo que transmite ha calado en su entorno. Michael Coulter, su compañero habitual de entrenamientos, compartió lo que significa tenerlo como aliado. “Dice que lo motivo todos los días, pero, de hecho, él me motiva a mí”, expresó.
Hoy, con la mirada puesta en una próxima competencia de fisicoculturismo que se celebrará en junio, Roger continúa preparándose.
Sus hábitos saludables, tanto en el entrenamiento como en la alimentación, son la base sobre la que sostiene su vitalidad. La rutina que lo ayudó a vencer el cáncer también es la que hoy lo impulsa a mantenerse en forma para enfrentar su “próximo gran desafío”.
La Nación (Argentina) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.