Se surten varios procesos críticos para el sector de las TIC, su futuro y estabilidad, sin que existan muchas claridades o certezas de para dónde van las cosas, cuáles serán las decisiones y, principalmente, cuándo vendrán las definiciones, lo que tiene a esta industria sumergida en un mar de dudas e inestabilidades.
El primero es el caso de la fusión entre Tigo y Movistar, un negocio presentado en detalle al Gobierno, en el que el Estado posee poco más del 32 por ciento, y que está bajo la cuerda de la Superintendencia de Industria y Comercio, entidad que guarda silencio y alarga el tiempo de una urgente definición que se necesita para la estabilidad del sector en general.
En el mundo, las fusiones entre corporaciones de telecomunicaciones son la tendencia ante unas realidades financieras y operacionales. Es urgente, señores SIC, que sepamos pronto qué va a pasar.
Luego está el tema de Azteca, una red de fibra que ha vivido un complejo proceso de implementación, despliegue y soporte desde el 2011, empresa en la que el Estado ha invertido 400 millones de dólares y el grupo Salinas de México, contraparte del contrato, otros 300 millones. Esta empresa se encuentra en reorganización empresarial y no tiene, a la fecha, un claro comprador que la rescate, tras la negativa de Ufinet (Enel) de continuar con su interés en la operación.
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Si Azteca se derrumba, más de una centena de municipios, con sus entidades, empresas y hogares, entrarían en una gran crisis de telecomunicaciones.
Sigue en la lista de pendientes Telecall, un operador ganador de espectro 5G en la subasta de espectro de 2023, empresa que no ha cumplido desde el comienzo con ninguno de los pagos y plazos establecidos en el compromiso que adquirió con el Estado. Extrañamente “se quedó sin socio capitalista” (¿se metió a una subasta de 70 millones de dólares sin tener los recursos asegurados en un banco?) y del que a hoy, más de un año después de comenzar a incumplir, no sabemos si el Ministerio TIC le hará efectiva las sanciones establecidas en el proceso.
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Y finalmente está el instrumento de compra de servicios de nube pública y privada en Colombia Compra Eficiente, una herramienta de transparencia y eficiencia que ha tenido extensiones con cuentagotas y que no aguanta más indefiniciones: miles de entidades, servicios ciudadanos, aplicaciones de gobierno en línea, plataformas ciudadanas, corren en servicios de nube que podrían terminar apagados.
Hay muchas preguntas para el Ministerio de las TIC. Ojalá lleguen pronto las respuestas.
JOSÉ CARLOS GARCÍA R.
Editor Multimedia
@JoseCarlosTecno