Cada 19 de octubre se recuerda el Día Mundial del Cáncer de Mama, una fecha que cobra especial relevancia para Soledad, una mujer de 47 años que lleva once años enfrentando esta enfermedad.
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Su historia comenzó en 2013, cuando notó una bolita en el seno, solo unos días después de haberse realizado exámenes de rutina en el ginecólogo que no revelaron ninguna anomalía. “Fue a los cuatro días que sentí la bolita y era algo grande”, recordó en entrevista con SuMédico.
Soledad, originaria de Santa Ana, en el Estado de Hidalgo, México, tuvo la suerte de vivir cerca de un centro médico donde, tras una revisión, fue canalizada a la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM).
El 5 de mayo de 2013, le confirmaron el diagnóstico de cáncer de mama. "Ahí empezó mi trauma, mi delirio. Se me vino el mundo abajo, especialmente porque mis hijos estaban pequeños, lo primero que pensé fue ‘qué va a ser de ellos’", expresó.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que, en 2022, el cáncer de mama fue el cáncer más común en mujeres de 157 de los 185 países, y causó 670,000 muertes.
La difícil lucha de Soledad
A Soledad le diagnosticaron carcinoma metaplástico triple negativo, un tipo de cáncer de mama muy agresivo y raro que afecta solo a una mujer entre un millón, complicando el tratamiento.
“Creí que no había esperanza, en cuanto escuchas la palabra cáncer piensas en muerte y no pude evitar pensar ‘por qué a mí’”, recordó.
El tratamiento que siguió incluyó cuatro quimioterapias rojas. La naturaleza de su diagnóstico implica que no puede recibir más tratamiento, aumentando el riesgo de desarrollar tumores adicionales, lo que le ha sucedido, pues detectaron tumores en su cabeza y pulmones. “Me dieron tumores en la cabeza, luego en mis pulmones y estoy por realizarme un estudio para revisarme una bolita que me salió en la espalda”, compartió Soledad.
Aunque la enfermedad ha sido un desafío, Soledad se mantiene positiva y ha contado con el apoyo de Fucam. “Agradezco mucho haber llegado a Fucam porque es un proceso muy difícil, largo y doloroso no solo para nosotros como pacientes, sino para la familia”, comentó. Sin embargo, expresó preocupación sobre el costo del tratamiento tras la eliminación del Seguro Popular, lo que incrementó el gasto de las consultas. “Si me afectó mucho porque antes lo que pagábamos en Fucam era mínimo, pero ahora ya tenemos que pagar 280 por la consulta normal y si es de especialidad, hasta 600”.
Prevención y diagnóstico temprano, claves para sobrevivir
La doctora Flores Díaz afirmó que un diagnóstico temprano es crucial para un tratamiento efectivo, y subrayó la importancia de la mastografía a partir de los 40 años, además de la autoexploración a cualquier edad. "Desafortunadamente, muchas mujeres no llegan a tiempo al diagnóstico, llegan en etapas avanzadas porque creen que no les va a dar y qué creen, que una de cada siete mujeres en nuestro país tendremos cáncer de mama a lo largo de nuestra vida", enfatizó María Luisa Guisa Ortega, de Fucam.
Este trabaja en las comunidades rurales a través de unidades móviles para facilitar pruebas como la mastografía gratuita, ultrasonidos y biopsias. “No es necesario tener seguro social, recibimos a cualquier paciente y cobramos solo una cuota de recuperación que es muy baja”, explicó Guisa Ortega. Esta labor permite que mujeres en áreas rurales reciban atención adecuada y oportuna.
Soledad, tras años de lucha, ha aprendido a valorar cada momento de vida. “Me di cuenta que no somos solo unos pechos, somos seres humanos increíbles, únicas e irrepetibles, podemos con eso y más a pesar de todo lo que duele y lo que pasamos”, afirmó. A pesar de los efectos físicos y emocionales, continúa luchando por su vida con fortaleza y esperanza.
La importancia del apoyo emocional y económico
El cáncer de mama no solo representa un reto físico, sino también emocional y económico, y muchas veces requiere un esfuerzo adicional para cubrir los tratamientos. "Desafortunadamente, quien tiene cáncer, tiene que tener dinero, porque no alcanza", afirmó Soledad, quien además ayuda a otras mujeres de su comunidad a recaudar fondos para sus tratamientos.
María Luisa Guisa Ortega resaltó la importancia de que las mujeres se hagan autoexploraciones mensuales y, ante cualquier cambio, consulten al médico. "Aunque no tengamos cambios en la mama, también es muy importante estar alerta si aparece una bola en la axila o en el cuello que no duele y que no se quita con antinflamatorios”, señaló la especialista.
En palabras de Soledad, aprender a detectar signos de alerta y buscar ayuda especializada es fundamental, ya que, según ella, algunos médicos no dan la importancia debida a las pacientes jóvenes con protuberancias. “Siempre les digo que en cuanto se sientan algo raro, vayan con expertos en cáncer”, aconsejó.
Para Soledad, la vida sigue siendo una oportunidad invaluable, y aunque el cáncer ha marcado su vida, ella intenta que su experiencia sirva de inspiración. “El cáncer es una enfermedad que a veces gana, pero debemos tratar de dejar una esencia, un brillo de nuestro ser, seguir hasta el último momento porque eso es lo más bonito que le podemos dejar a nuestra familia”, concluyó.
SUSANA CARRASCO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.