Preocupación, sospechas y un manto de silencio rodean la desaparición de dos hombres cuyas trayectorias están marcadas por el crimen organizado y el paramilitarismo. Se trata de Julio Mario Rodríguez Pertúz, alias el Gordo Pertúz, de 45 años, y Robinson Alfonso Forero Henríquez, conocido como el Abogado, de 56. Ambos salieron de sus viviendas en el Atlántico el pasado sábado 3 de mayo con la supuesta intención de concretar la compra de un vehículo. Desde entonces, no se volvió a saber de ellos.
Rodríguez Pertúz salió de su casa en Puerto Colombia a mediodía. Forero Henríquez hizo lo propio, pero más tarde, desde el barrio El Recreo de Barranquilla. Aunque sus rutas parecían individuales, una coincidencia inquietante ha puesto a las autoridades en máxima alerta: habían acordado encontrarse ese mismo día.
Una hipótesis fuerte —aunque no confirmada oficialmente— indica que ambos habrían sido víctimas de un ajuste de cuentas, una modalidad violenta común entre organizaciones criminales con cuentas pendientes o traiciones acumuladas. Las autoridades tratan de determinar si su desaparición fue un acto coordinado o si se trata de eventos separados con un origen común: sus vínculos con redes criminales transnacionales.
Desaparecidos. Foto:Cortesía
Dos historias de crimen y poder
Julio Mario Rodríguez Pertúz no es un desconocido para las autoridades. En 2017 fue capturado junto a 16 personas, señalado de liderar la organización narcotraficante conocida como ‘Shark’, que operaba desde Barranquilla hacia puertos internacionales. Su estructura utilizaba estibadores, personal portuario y miembros de la fuerza pública para contaminar contenedores con cocaína, enviándolos a Estados Unidos, Europa y Centroamérica.
Este caso reveló una red bien aceitada que movía droga desde Antioquia y Santander hasta la región Caribe. Una vez en Barranquilla, la sustancia era camuflada en cargamentos de exportación, con la colaboración de empleados del puerto y algunos policías, según la Fiscalía.
Pero hay un episodio aún más sospechoso en su historial. El 29 de octubre de 2018, Rodríguez Pertúz salió del penal El Bosque con rumbo al Continental Medical Center, supuestamente por una “valoración médica”. Salió a las 4:30 de la tarde y regresó 12 horas después, en la madrugada del día siguiente. El centro médico no opera en ese horario ni ofrece hospitalización, lo que levantó sospechas sobre un posible acto de corrupción al interior del Instituto Penitenciario (Inpec).
Una investigación interna fue abierta por la entonces directora regional del Inpec, María Alexandra García Forero, quien pidió verificar si Rodríguez Pertuz realmente fue atendido en la clínica o si su salida fue un encubrimiento para otros fines. El caso, sin embargo, fue desestimado sin sanciones públicas.
Julio Mario Rodríguez Pertúz, alias el Gordo Pertúz. Foto:Cortesía
Por su parte, Robinson Alfonso Forero Henríquez, alias el Abogado, tiene una historia ligada al paramilitarismo y al crimen de alto perfil. Fue capturado en 2005, vinculado como testaferro de Jorge 40 y financiador del Bloque Resistencia Tayrona de las AUC, bajo el mando de Hernán Giraldo.
Su nombre también aparece relacionado con el asesinato del magistrado Camilo Enrique Noguera Aarón y su conductor Rafael Pérez, ocurrido en la vía a Taganga. Aunque en ese entonces negó los cargos, su detención fue considerada parte de una ofensiva judicial contra los llamados “financieros del paramilitarismo” que habían infiltrado sectores políticos y empresariales en la región Caribe.
¿Negociación de vehículos o fachada criminal?
Aunque la versión de una compra de vehículo parece sencilla, los investigadores le dieron a EL TIEMPO que creen que ese fue el pretexto para una reunión de otra naturaleza: "Ambas trayectorias se cruzan en círculos de poder, narcotráfico, estructuras paramilitares y alianzas estratégicas entre criminales que comparten un pasado turbio".
En el caso de Rodríguez Pertúz, fuentes cercanas a la investigación aseguran que, tras su captura en 2017, habría retomado algunas actividades ilegales, incluyendo negocios de fachada como venta de automotores, que son comunes para el lavado de activos: "La hipótesis que cobra más fuerza es que ese encuentro con Forero Henríquez era, en realidad, una cita pactada para resolver diferencias o establecer acuerdos financieros ligados a viejas alianzas criminales".
Desaparición y búsqueda
El Grupo de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Fiscalía ha asumido la investigación. Hasta el momento, no hay rastros de los vehículos que ambos conducían ni registros de cámaras que hayan captado su encuentro. Familiares de ambos desaparecidos han pedido a la ciudadanía aportar cualquier información que permita ubicarlos.
Aunque por ahora se desvirtúa un secuestro con fines extorsivos, no se descarta que estén retenidos por estructuras criminales que buscan enviar un mensaje o evitar que colaboren con la justicia.