La batalla a sangre y fuego que libran los grupos armados ilegales de ‘Iván Mordisco’ y ‘Calarcá’ en los departamentos del Meta y Guaviare por el control del territorio y las economías ilegales como la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal, tiene como principales víctimas directas a niños y jóvenes recién reclutados.
En los recientes combates que libraron estas estructuras el pasado sábado en la vereda Miravalle, en San José del Guaviare, murieron veinte combatientes, cuyos cuerpos fueron recuperados y remitidos a la sede de Medicina Legal en Villavicencio. Tras las necropsias e identificación se logró establecer que entre los combatientes que fallecieron se encontraban seis menores de edad y cinco mujeres, los otros guerrilleros muertos eran jóvenes entre 18 y 29 años.
El comandante de la Cuarta División del Ejército, brigadier general Fredy Fernando Gómez Gamba, aseguró que los guerrilleros que murieron hacen parte de las estructuras Primera y Séptima de ‘Iván Mordisco’, que señalaron les habían secuestrado a sus oponentes 14 combatientes, mientras del lado de ‘Calarcá’ afirmaron que mataron a 22 alzados en armas del otro grupo. Los muertos adicionales que no fueron recuperados y los heridos, cuyas cifras las autoridades no han podido certificar, los recogieron los dos grupos y se los llevaron.
A los seis menores de edad que murieron en los combates en Guaviare se suman los 10 niños que entre noviembre y diciembre pasado recuperó la fuerza pública en el Meta, que habían sido reclutados en el Cauca y que venían a reforzar el bloque Martín Villa de ‘Iván Mordisco’, en los municipios de Mesetas y Uribe.
El origen de la guerra
Los combates entre los dos grupos ocurrieron en el mismo lugar donde nacieron las disidencias de las Farc. Allí fue el centro de agrupamiento inicial, antes de que se crearan los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación de los firmantes de paz, liderado por Miguel Botache Santillana, ‘Gentil Duarte’.
Allí mismo, ‘Gentil Duarte’, junto a sus hombres, desertaron del proceso de paz, recordó un líder comunal del Guaviare que por razones de seguridad pide no se revele su identidad.
Y tras la muerte de ‘Gentil Duarte’, uno de los más poderoso jefes de las disidencias, como consecuencia de un ataque con explosivos en el estado Zulia, Venezuela, en mayo de 2022, quedaron al frente de esa estructura de las disidencias ‘Iván Mordisco’ y ‘Calarcá, que hace menos de dos años aparecieron en un acto púbico en el Yarí dando la bienvenida a los diálogos de paz con el gobierno.
Luego se dividieron y el Guaviare quedó con los dos jefes de las disidencias y con un frente del bloque Amazonas, que es el antiguo frente Primero de las Farc, y la compañía John Linares, que es el antiguo séptimo Frente, explicó el líder comunal.
El general Gómez Gamba dice que hoy la estructura Primera está al mando del ‘Paisa Duver’ y la Séptima la lidera ‘Jimi’, quienes, siguiendo las órdenes de Iván Mordisco, en las últimas semanas hay recibido refuerzos de personas procedentes de Caquetá, Arauca y Cauca, con la intención de arrebatarle el control del territorio a ‘Calarcá’.
Así mismo, ‘Iván Mordisco’ ordenó a las estructuras del Cauca armar un bloque en el Meta, llamada Martín Villa, y trajeron unos 120 hombres y mujeres, incluyendo bastante niños a los municipios de Uribe y Mesetas.
Extorsiones
La disputa entre las dos facciones de las disidencias empezó a trascender entre ganaderos, comerciantes y finqueros de Guaviare y del sur del Meta con las extorsiones, lo que condujo a las autoridades a hacer campañas y operativos que llevaron a la captura de tres cabecillas de finanzas de la estructura 39 de ‘Iván Mordisco’ que delinque en Puerto Gaitán y Mapiripán, así como a capturas de estructura de ‘Calarcá’, aseguró el comandante de la Cuarta División.
Por eso, los guerrilleros cambiaron su forma de extorsionar de un modo presencial, con boletas, a la utilización de las redes sociales para citar los ciudadanos.
“Hace unos meses hubo un mensaje de WhatsApp que convocaba a los comerciantes de San José del Guaviare a un centro poblado del sector del Guayabero y fue así como el 95 por ciento del comercio no abrió y otros se desplazaron a la zona, y que eso pase y el gobierno no tome medidas, es mostrar debilidad”, aseguró el líder comunal.
En la región del Ariari también se hicieron esas convocatorias y los campesinos hoy siguen pagando por una canasta de cerveza, por una vaca y por un cultivo de plátano o de yuca, aseguró el defensor de derechos humanos Alexander Leal. En el Guaviare los gobernantes también pagan para que les dejen hacer los festivales o fiestas en sus territorios.
Mientras que el general Gómez Gamba sostiene que como fuerza pública pudieron neutralizar parte de esa acción, no en el ciento por ciento, e insiste en que la gente no debe pagarles nada a los grupos armados ilegales, para que sigan engrosando sus arcas y fortaleciéndose y al contrario denunciarlos para capturarlos.
Los enfrentamientos
Las dos facciones disidentes tuvieron enfrentamientos en octubre pasado en el Meta y luego tropas del Ejército, dijo el comandante de la Cuarta División, tuvieron combates con ellos en una operación ofensiva entre noviembre y diciembre, que duró unos 20 días, en la que se afectó a más de 40 integrantes de esa estructura, dos murieron, varios fueron capturados, otros se sometieron a la justicia y se recuperaron 10 menores de edad que provenían del Cauca.
También, fue afectada esa estructura con 36 fusiles, dos ametralladoras, un mortero, drones, explosivos y material de intendencia como uniformes para equipar a 110 personas.
Finalmente, la estructura martín Villa “se ubicaron en un área de una comunidad indígena a la que tienen amedrantada e intimidada y sabemos que ingresó un cabecilla alias ‘Chito’ que dentro de su perfil delictivo hizo parte de la seguridad de alias ‘Malibú, en el Cauca, afirmó el general Gómez Gamba.
“Ese bandido es un enfermo mental, los mismos guerrilleros le tienen temor y hemos podido saber que a los soldados que caen en combate les quitaba la cabeza. Sabemos el sector donde están delinquiendo, que son entre 60 y 70 hombres, y estamos desarrollando operaciones”, anticipó el comandante de la Cuarta División.
De ese mismo grupo era el carro bomba que explotó esta semana cuando uno de los terroristas lo manipulaba en una casa de San Juan de Arama (Meta), guerrillero que murió y es oriundo de Caloto, Cauca. “Buscaban afectar una unidad militar, de policía o de los campesinos, uno no puede esperar nada bueno de los bandidos”, agregó el general.
¿Siguen mandando?
El líder comunal del Guaviare sostiene que los programas de recuperación forestal y de formalización de la tierra, los grupos que dicen estar en un proceso de paz no han permitido el avance.
“En el caso de El Capricho los campesinos están dejando de recibir 360 millones de pesos mensuales por conservar el bosque y no se han dado por la determinación del grupo de ‘Calarcá’ para negociar y el gobierno ha sido permisivo con eso, para venderle a la población civil que hay un abandono y que únicamente hay dos salidas: cultivar coca e ingresar a los grupos armados”, sostuvo el líder comunal.
Agregó que el cultivo no es rentable, “será rentable para los terceros, porque yo conozco personas que llevan 30 años cultivando coca, se están volviendo viejos y siguen en la pobreza”, agregó.
El comandante de la Cuarta División agregó que a los guerrilleros lo que les interesa es tener un pueblo ignorante para obligarlos a que mantengan las economías ilícitas como el narcotráfico, porque necesitan quien trabaje los cultivos que en Guaviare son pequeños en diferentes partes y no son extensivos industriales como en Cauca y Putumayo.
🚨Alerta Temprana 001-25 🚨
En cumplimiento de nuestro mandato de prevenir y proteger los derechos humanos, alertamos sobre los graves riesgos que enfrenta la población civil en Putumayo, Caquetá, Huila, Amazonas, Meta, Guaviare y Cauca (sector de Piamonte), tras la… pic.twitter.com/uDTE5JkV9o
La situación es tan compleja que este sábado la Defensoría del Pueblo advirtió alerta de extremo inminente en el sur Oriente de Colombia por la guerra entre estos dos grupos. La situación se está dando en 45 municipios y tres áreas municipalizadas correspondientes a siete departamentos pertenecientes a la región Amazónica y a la Orinoquia. Hay riesgos de carácter extremos y altos para la población civil, señaló.
El comandante de la Cuarta División lo sabe y responde con vehemencia ante las críticas en el sentido de que las Fuerzas Militares no tiene mayor maniobra de acción: “Nunca hemos estado amarrados y no he escuchado la orden de dejar de hacer lo que nos corresponde. Son temas políticos que no entramos a discutir. Nosotros siempre hemos estado en alerta, no solamente hoy. Sabemos que tenemos criminales al frente de estructuras criminales”.
NELSON ARDILA
Para EL TIEMPO