¿Se empantanó la escisión de la Alianza Verde? Estas fueron las razones por las que no se votó el 'divorcio'

La escisión de la Alianza Verde parecía un mero trámite en la jornada de ayer. Estaban citados para las 8 de la mañana y el único punto del día era discutir y votar la hoja de ruta para la ‘ruptura de cobijas’. Hacia las cinco de la tarde se levantó sin un acuerdo y con la promesa de una nueva reunión en 8 días para culminar con el proceso en el que se dividiría la colectividad entre el sector gobiernista y el independiente.

A pesar de que se ha hablado todo el tiempo de que sería una separación de mutuo acuerdo, fue difícil conseguir los votos mínimos para concretar la separación. Y es que no será una tarea fácil según los estatutos, necesitan las tres cuartas partes de los votos de la dirección nacional para proceder con la ruptura de la colectividad y ayer no lo lograron.

“Uno quiere que haya humo blanco a la primera, pero no se pudo. Ya fue el mismo camino de Dignidad, dos o tres sentadas”, dijo el representante Alejandro García frente a lo que ocurrió en la sesión de este lunes. Se necesitaban 45 de 58 votos de los miembros que conforman la dirección nacional. Al final solo obtuvieron 41, lo que obligó a posponer la decisión.

Durante la sesión a puerta cerrada se estudiaron distintas alternativas para tratar de desbloquear el freno legal en el que estaban. Al menos fueron seis propuestas, que incluyeron receso de 20 minutos, aplazar la sesión, crear una comisión técnica o votar teniendo un criterio de mayoría simple.

Al final, se acordó que se crearía una comisión técnica para confeccionar el acuerdo de escisión y de esta manera amarrar esta propuesta a la ruptura y de esta forma proceder con ambas decisiones de una misma vez.

En ese acuerdo se dejará constancia de cómo se resolverán los temas financieros y patrimoniales, quién se quedará con el nombre y los logos, las sedes y los espacios en medios. La colectividad buscará que lo logrado en estas discusiones durante esta semana en la comisión de escisión facilite el procedimiento, que luego tendrá que pasar a ser estudiado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

No obstante, ambos sectores dan por hecho que el rompimiento será de mero trámite. “Tenemos los votos, es un divorcio de mutuo acuerdo. Las personas que no están de acuerdo con nosotros, quienes sí quieren acompañar al Gobierno, dicen que sí, que mejor clarifiquemos esto y que cada uno siga su camino. Aquí no hay buenos y malos, acá hay diferencias políticas entre dirigentes políticos”, dijo Angélica Lozano, senadora de la Alianza Verde.

¿Cómo estaría el reparto de fuerzas?

De acuerdo con los presentes ayer, 22 de los 25 congresistas están de acuerdo con el “divorcio”. Uno de los pocos que se ha opuesto en público es el senador Iván Name, que fue crítico con la decisión de aplazar la votación para el próximo lunes.

“Voy a pedir el acta de esta asamblea para impugnarla. Esta sesión es ilegítima porque no se cumplió con la formalidad de votar el orden del día, sino que se aplazó para buscar el momento más adelante en que se tengan los votos. Así no se procede en el derecho, ni siquiera forzando una interpretación. Voy a demandar esta asamblea por ilegítima. Como no tuvieron los votos, apelaron a la dilación", señaló el expresidente del Senado, que ya anunció que no buscará revalidar su curul en 2026.

Solo faltaría hablar con los otros miembros de la dirección nacional. Solo faltan cuatro votos para lograr las mayorías exigidas por los estatutos. Luego de concretarse la escisión, será el CNE el que dé el visto bueno y permita la reorganización de las dos colectividades.

Aunque son 22 los congresistas de acuerdo con la división en dos colectividades. Eso no quiere decir que la repartición será en partes iguales. Todavía no se sabe con cuántas credenciales quedará cada una de las colectividades. Por el momento, el sector que buscó ‘romper cobijas’ apenas cuenta con los seis congresistas firmantes, no se sabe en cuánto aumente el número de afiliados al nuevo partido que nazca.

Este será el primer reto político que asuma dicha colectividad, pues a pesar de las diferencias en el seno de los verdes, hay muchos que son reacios a dejar la colectividad por el experimento de un nuevo partido.

Por otro lado, también estará el debate sobre cómo será la discusión de 2026. El nuevo partido deberá definir sus mecanismos y candidatos legislativos para dichos comicios. También se dará una dura discusión en su seno frente a cuál candidatura presidencial apoyar. Entre los seis congresistas hay sectores claudistas y otros que han hecho campaña por Sergio Fajardo en el pasado.

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JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO 

Redacción política