El excanciller Luis Gilberto Murillo habló con el periodista Luis Carlos Vélez y relató los desafíos que enfrentó en su paso por el Gobierno de Gustavo Petro y defendió su gestión en medio de la incertidumbre global.
Migrantes en las salas internacionales del aeropuerto El Dorado. foto Migración Colombia Foto:Migración Colombia
Tras su salida del Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo asegura que tomarse distancia del ritmo gubernamental le ha permitido ver los temas con otra perspectiva.
“El ritmo de los distintos gobiernos es muy demandante, exige mucha concentración, pero también físicamente genera mucho desgaste”, afirmó en entrevista.
Añadió: “Ayuda el hecho de tomarse un tiempo, le permite a uno ver los temas desde otra perspectiva. Ahorita lo que veo es que hay que apartarse de la polarización por la gran incertidumbre que tenemos a nivel mundial”.
Luis Gilberto Murillo habla de su paso como canciller Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
Murillo destacó que su llegada a la Cancillería se dio “en medio de mucha turbulencia”. Aunque no profundiza en las razones específicas de esa crisis, deja ver que la coyuntura era compleja y que su labor fue la de estabilizar la relación más estratégica del país: la que se tiene con Estados Unidos.
“Yo llegué en medio de mucha turbulencia a tomar el mando de la nave cuando ya estaba en medio de la turbulencia, pero hicimos lo mejor posible”, recordó.
Murillo habla de cómo fue su paso con el gobierno Petro
Reconoce que una de las tareas más complejas fue gestionar los primeros meses de una administración de centroizquierda frente a la mirada atenta de Washington. “Esa transición con el primer gobierno de una coalición de centroizquierda generaba obviamente ciertas reacciones en Estados Unidos, y por eso el papel de la embajada fue fundamental y allí logramos un buen aterrizaje”, aseguró.
Una de las crisis diplomáticas más relevantes durante su gestión se produjo por los vuelos de deportación de migrantes. La negociación de este tema, según relató, se vivió con alta intensidad. “Nos gastamos casi 16 horas un domingo muy fuerte, además que ya me estaba preparando para mi retiro. Madrugué a preparar mi informe de empalme”, dijo Murillo.
Luis Gilberto Murillo fue el canciller encargado tras la suspensión de Álvaro Leyva. Foto:Claudia Rubio. Archivo EL TIEMPO
A pesar de las tensiones, destacó la actitud de interlocutores como Mauricio Claver-Carone, asesor en temas hemisféricos del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. “Había mucha atención y molestias de lado y lado, pero lo que hay que reconocer también es que Mauricio Claver y el equipo de la Casa Blanca siempre mantuvo, como nosotros, una disposición de llegar a un acuerdo por la importancia de esta relación”.
'El presidente nunca tuvo la intención de romper relaciones con EE.UU.'
Murillo explicó que desde el Gobierno colombiano la prioridad era garantizar un trato digno para los migrantes. “El presidente nunca tuvo la intención de romper relaciones. El presidente estaba concentrado en cómo garantizar que a los migrantes en Colombia se les tratara de manera digna de acuerdo a los estándares humanos”, afirmó.
Pese a que empresarios y otros sectores expresaron preocupación por las tensiones bilaterales, Murillo enfatizó que hubo un espíritu constante de entendimiento.
“Nosotros todos hablamos con la dirigencia política. Es cierto que todos los empresarios llamaron e hicieron caer en razón”, comentó. Para él, esa interlocución fue clave para que “los principios que él [el presidente Petro] había planteado se reflejaran en los acuerdos con Estados Unidos”.
Estados Unidos Foto:iStock
Sobre su relación con el presidente Petro, aclaró que, aunque hubo momentos de tensión, siempre primó la cordialidad. “Mi relación con el presidente es cordial y siempre lo que he dicho es que cualquier diferencia en el abordaje de los asuntos públicos no debe superar la relación de amistad”, explicó.
A modo de balance, Murillo insistió en la importancia de la prudencia y la claridad en la acción diplomática. “La prudencia en el accionar de la política y de la diplomacia es muy importante. En los gobiernos siempre es muy difícil hacer gestión pública. Uno no está ahí para que lo alaben, sino para hacer las cosas correctas, así se generen reacciones y se vea impopular”.
Y concluyó con una reflexión sobre el rol de los funcionarios públicos: “Yo soy una persona de vocación de servicio público y siempre que pueda contribuir, lo haré”.
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS.