El consumo de chicharrón de cerdo ha sido parte de la tradición culinaria de diversos países, especialmente en América Latina. Aunque es reconocido por su sabor característico y textura crujiente, su valor nutricional y los efectos que puede tener en la salud continúan siendo motivo de análisis y debate.
El cerdo, también conocido como puerco, marrano o cochino, es un animal doméstico cuya carne figura entre las más consumidas a nivel mundial. De ella se obtienen diversos subproductos, como el jamón, el chorizo, el tocino y el paté. El chicharrón forma parte de esta lista y es uno de los productos más populares gracias a su versatilidad en la cocina.
Su valor nutricional y efectos en la salud continúan siendo motivo de análisis y debate. Foto:iStock
Este alimento puede servirse como acompañante o como ingrediente principal en preparaciones como tacos, guisos o ensaladas. Además, suele consumirse también como aperitivo. Sin embargo, su perfil nutricional ha generado cuestionamientos sobre qué tan recomendable es incluirlo en la dieta de forma habitual.
El chicharrón está compuesto principalmente por proteínas y grasas, sin presencia de carbohidratos. De acuerdo con el portal Healthline, una porción de 100 gramos aporta alrededor de 544 calorías, distribuidas en un 50 % de grasa y un 50 % de proteína. Esta combinación convierte al chicharrón en un alimento energético, con una alta densidad calórica.
Uno de los aspectos positivos es que contiene colágeno, una proteína que desempeña un papel fundamental en la salud de la piel y las articulaciones. Su consumo puede aportar beneficios en la elasticidad de la piel y en el mantenimiento del cartílago que protege las articulaciones.
El chicharrón está compuesto principalmente por proteínas y grasas, sin presencia de carbohidratos. Foto:iStock
Según la U.S. Meat Export Federation (USMEF) México, “si no lo cocinas en aceite, el chicharrón no contiene carbohidratos”. Esta organización también destaca que sus grasas pueden ser benéficas para el corazón, ya que su aportación de grasas saludables, benéficas para el corazón, ayudan a reducir el colesterol ‘malo’. También es fuente de energía rápida por sus propiedades y le puede permitir mantenerse más activo.
Estudios han señalado la presencia de ácido oleico en el chicharrón, una grasa monoinsaturada también presente en el aceite de oliva. Esta sustancia es conocida por sus posibles efectos positivos en la salud cardiovascular. Por otra parte, su alto contenido de proteínas puede generar una sensación de saciedad, lo que contribuye a regular el apetito y puede ser útil en algunos planes de alimentación.
No obstante, hay factores que invitan a la moderación. Cuando el chicharrón se fríe en manteca, aumenta su concentración de grasas saturadas, las cuales se han asociado con un mayor riesgo de enfermedades del corazón. Asimismo, suele tener un contenido elevado de sodio, lo que puede afectar la presión arterial y el funcionamiento de los riñones.
El consumo frecuente de este alimento también puede incidir en el aumento de peso, debido a su alta cantidad de calorías. En este sentido, expertos recomiendan limitar su ingesta y optar por métodos de preparación que eviten el uso de aceites adicionales.
En conclusión, el chicharrón puede formar parte de una dieta equilibrada si se consume con moderación. Si no se cocina en aceite, no contiene carbohidratos. Además, acompañarlo con alimentos ricos en fibra, como vegetales, puede mejorar su perfil nutricional y disminuir el impacto negativo de su ingesta.
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.