Los temores de una guerra abierta que arrastre a Oriente Próximo a un conflicto abierto y regional siguieron elevándose este lunes luego de que Israel lanzó su mayor oleada de ataques contra Hezbolá en el sur y el este del Líbano desde el recrudecimiento de las hostilidades entre ambos bandos hace una semana.
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La Fuerza Aérea de Israel dijo que golpeó unos 800 objetivos del movimiento proiraní en unos bombardeos que dejaron 274 muertos, incluyendo unos 21 niños. Fotógrafos y corresponsales en Sidón, una de las principales ciudades del sur libanés, pudieron constatar caos vehicular y cientos de carros repletos de familias que intentaban abandonar la zona ante la creciente ola de violencia.
Por su parte, Hezbolá afirmó que lanzó "decenas de cohetes" contra dos bases israelíes "en respuesta a los ataques del enemigo israelí en el sur y en (el valle de) Becá", tras haber apuntado contra otros tres objetivos israelíes por la mañana.
Ninguna escalada militar, ningún asesinato o ninguna guerra total conseguirán el regreso de los residentes (del norte de Israel) a la frontera
El intercambio de agresiones entre israelíes y Hezbolá se produce casi a diario en la frontera con el Líbano desde el inicio de la guerra de Gaza. Sin embargo, después de la operación de sabotaje que terminó con las explosiones de los bíperes y walkie-talkies la semana pasada, en la que resultaron más de 30 personas muertas y unos 3.000 heridos, estas nuevas agresiones parecen el preludio de una guerra más amplia en la región.
De hecho, Egipto afirmó temer una "guerra total" en Oriente Próximo y alertó que la escalada entre Israel y Hezbolá podría socavar los esfuerzos para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí continúa con su devastadora ofensiva de represalia.
Mientras que la coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, advirtió este domingo de que la región se encuentra "al borde de una catástrofe inminente".
Irán, aliado de Hezbolá, advirtió el lunes a Israel de "las consecuencias peligrosas" que tendrán sus ataques en el Líbano, y el movimiento islamista palestino Hamás denunció una "agresión salvaje".
¿Cuáles son los riegos y qué tan probable es que haya un conflicto mayor entre Israel y el Líbano?
De acuerdo Jeremy Bowen, editor internacional de la cadena británica BBC, "estamos asistiendo a otra escalada muy grande por parte de los israelíes. Tal vez su cálculo es que creen que Hezbolá está en una posición tan debilitada en este momento que esta es su oportunidad de realmente infligirle algún daño y cambiar el panorama estratégico en las colinas y ciudades a ambos lados de la frontera entre Israel y el Líbano".
Bowen se refiere a que la operación de sabotaje de los bíperes y walkie-talkies supuso un golpe moral y estratégico contra la milicia proiraní, algo que Israel buscaría capitalizar.
Sin embargo, Bowen agrega: "Su decisión de pasar a la ofensiva es arriesgada. Aunque Hezbolá está herido, tiene capacidad de sobra para contraatacar. Y es por eso que los amigos y enemigos de Israel siguen preparándose para lo peor.
Así las cosas, en los días o semanas siguientes puede haber un recrudecimiento de las acciones militares de parte y parte, como ocurrió durante el enfrentamiento que tuvieron ambos en la Segunda Guerra del Líbano en 2006. Y es que a juzgar por las declaraciones de tanto de Israel y Hezbolá, este escenario se ve como algo inevitable a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional.
Estamos en una guerra regional. No hay peligro. Está sucediendo. Ha estado sucediendo durante 11 meses
Justo después de la explosión de los aparatos de comunicación en los bastiones de Hezbolá en el Líbano, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunció que su país estaba afrontando “una nueva fase” del conflicto, que el “centro de gravedad” de la guerra se estaba desplazando hacia el norte y que las operaciones militares contra Hezbolá continuarán.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo este fin de semana que "en los últimos días, hemos infligido a Hezbolá una secuencia de golpes que no se imaginaba. Si no han entendido el mensaje, prometo que lo entenderá", añadió.
Mientras que el líder máximo de Hezbolá, Hasán Nasralá, prometió una contundente respuesta contra el Estado hebreo y advirtió que los enfrentamientos entre ambos han entrado en su “parte más precisa, sensible, profunda e importante”.
Todo esto ha obligado a decenas de miles de civiles de ambos países a desplazarse. Y para el primer ministro israelí, uno de sus objetivos es lograr que sus ciudadanos regresen a sus hogares en el norte del país.
Sin embargo, Nasralá asegura que eso “nunca” se cumplirá. "Ninguna escalada militar, ningún asesinato o ninguna guerra total conseguirán el regreso de los residentes (del norte de Israel) a la frontera” con Líbano, proclamó.
Por su parte, el número dos de Hezbolá, Naim Qasem, anunció "una nueva fase" en la batalla contra Israel, la del ajuste de "cuentas pendientes".
Así las cosas, todo parece apuntar a que Israel seguirá bombardeando objetivos de Hezbolá en el Líbano para disminuir su capacidad de ataque, puesto que muchos creen que la milicia estaría “obligada” a responder a la operación de sabotaje considerada como un gran golpe para esa organización.
Es probable que en las próximas semanas se produzcan nuevos ataques israelíes en el Líbano. Sin embargo, ambas partes siguen evaluando que una guerra prolongada a gran escala resultaría costosa, pero los riesgos de un conflicto tanto para el Líbano como para Israel están bajo una presión al alza
“El ataque de los bíperes humilló a Hezbolá. Quedó claro antes quienes lo apoyan que es vulnerable e infiltrable. Eso, precisamente, obliga a la organización a reaccionar islamista en forma muy contundente”, le dijo a este diario Yossi Kuperwasser, exbrigadier general del Servicio de Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Por su parte, Mohanad Hage Ali, subdirector de Investigación del Centro de Oriente Medio Malcolm H. Kerr Carnegie, asegura que Hezbolá e Irán, su socio estratégico en la región, han evitado desde el inicio del conflicto en Gaza a una “conflagración regional más amplia”.
No obstante, Hage Ali dice cree que “el ataque aumenta la presión sobre Hezbolá para que responda, dado su impacto en la moral del partido, así como el hecho de que se produjeron bajas entre familiares de los dirigentes del brazo político de Hezbolá en el Líbano”.
Con esa visión coincide Control Risks, una firma consultora especializada en riesgos mundiales. “Es probable que en las próximas semanas se produzcan nuevos ataques israelíes en el Líbano. Sin embargo, ambas partes siguen evaluando que una guerra prolongada a gran escala resultaría costosa, pero los riesgos de un conflicto tanto para el Líbano como para Israel están bajo una presión al alza”, dice un informe del 19 de septiembre.
Sin embargo, hay quienes creen que la llamada “escalada regional” llegó hace mucho tiempo a la región. “Estamos en una guerra regional. No hay peligro. Está sucediendo. Ha estado sucediendo durante 11 meses”, le dijo a este diario Michael Oren, exparlamentario israelí, exviceministro de la oficina del primer ministro y exembajador de Israel en Estados Unidos entre 2009 y 2013.
La preocupación de la comunidad internacional por la seguridad de Oriente Próximo
Frente a esta escalada, Estados Unidos, principal aliado de Israel, exhortó a sus ciudadanos a abandonar Líbano.
"Haremos todo lo posible para evitar que estalle una guerra más amplia", aseguró el presidente Joe Biden.
China, entre tanto, llamó a sus ciudadanos a irse de Israel "lo antes posible".
Mientras que la Unión Europea, "muy preocupada", exhortó por su parte a un alto el fuego "urgente", y Londres reiteró su apoyo a "una solución de dos Estados".
"Creo en el derecho de Israel a su seguridad. Y también creo en la justicia de la causa palestina", señaló por su parte el canciller británico, David Lammy.