Suele suceder que en medio de una conversación lo interrumpan o usted mismo sea quien inconscientemente hable de manera inesperada mientras que obliga a otros a quedarse en silencio.
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Esta es una situación que le ha pasado a todos, al menos una vez en la vida, y puede llegar a ser más común de lo que se cree en realidad. Sin embargo, cuando el interrumpir se convierte en un hábito puede llegar a revelar distintos aspectos de la personalidad de cualquier individuo.
Cuando existe una persona que de manera constante interviene en una conversación que están teniendo otras personas, puede resultar frustrante o incluso molesto. Según la psicología, esto puede llegar a estar relacionado más con la manera de ser del sujeto que con una acción intencionada de su parte.
¿Qué significa que una persona interrumpa constantemente?
Según expertos en psicología, existen tres aspectos que se presentan en las personas que interrumpen conversaciones de manera constante y que demuestran muchas cosas acerca de su personalidad.
- Impaciencia y falta de autocontrol
Interrumpir es una señal que puede indicar impaciencia o falta de autocontrol en un individuo, por lo que este tipo de personas expresan sus ideas justo en el momento en que aparecen en su mente. Este hábito también se ve como una señal de una personalidad ansiosa o impulsiva que podría tener mayor deseo de ser escuchado que de escuchar a otros.
Intervenir en una conversación también puede llegar a ser una señal de tener una necesidad de validación por parte de los demás. Al hacer esto, la persona busca demostrar que tiene algo importante que decir o que su opinión puede llegar a ser más relevante. Sin embargo, esto puede reflejar cierta inseguridad de su parte.
Interrumpir de manera habitual las conversaciones puede llegar a ser una señal de falta de empatía con los demás y una gran incapacidad para establecer una escucha activa. Las personas con esta conducta tienden a centrarse más en sus propias ideas y en cómo comunicarlas, sin prestar la suficiente atención a lo que expresa la otra persona, lo que puede crear conflictos en las relaciones.
ERIKA LUCIA IBAÑEZ GARCIA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO